People.- Durante muchos años, Gabriel Porras fue uno de los talentos más populares de las telenovelas de Telemundo. Así lo prueban sus participaciones en exitosos melodramas de la cadena como Sin senos no hay paraíso, ¿Dónde está Elisa?, La reina del sur o El señor de los cielos, entre otros.
Pero, con el paso de los años, su teléfono dejó de sonar y comenzaron a escasear las ofertas de trabajo. Lo que lo orilló a reinventarse y a tener que ejercer otra profesión: la de bartender.
Honesto y transparente con su realidad, el actor mexicano habló al respecto y dijo “Creo que es lo más difícil cuando estás en tu casa esperando esa llamada famosa que estamos esperando los actores para el siguiente protagónico o lo siguiente que nos va a pasar y resulta que no llega y pasa un año y no llega y pasan 2 años y no llega y pasa el tercer año sigues haciendo castings y no sucede nada”.
También te podría interesar: Presentan nueva casa productora Ulcitoecoco Films
“Y dices hay dos posibilidades: o que yo diga que soy un terrible actor y que no fui bueno y que me eche tierra para abajo o pensar que las circunstancias no están bien ahorita en este momento para mí como actor. Pero mi cuerpo y mi mente siguen vivas y tengo que pagar las facturas, los impuestos, todo lo que hay que pagar, entonces pues a tomar la decisión; qué hago, qué actividad podría realizar yo que soy actor que no me hiciera sentir mal y dije bueno los actores siempre fuimos meseros o bartenders antes de poder conseguir la fama, entonces a lo mejor yendo por ese lado. Y que me meto a estudiar un curso de bartending”, contó Porras.
“Ya cuando me tocó trabajar ay Dios mío, yo respeto a los meseros y los bartenders como ustedes no tienen ni idea, es un trabajo durísimo. Lo de menos es mezclar bebidas, hay que cargar toneladas de hielo para poder poner las bebidas, todo lo que ustedes ven en los restaurantes las botellas acomodadas bonitas todas esas botellas se acomodan y se guardan todos los días, todos los días se limpia todo y si el mánager te ve que estás así paradito te pone a hacer algo, no puedes utilizar el teléfono, no te puedes sentar…”, explicó.
“¿Te has sentido juzgado por alguno de tus compañeros por tener un trabajo de bartender después de hacer tantas novelas?”.
“No sé qué piensen ellos, yo lo que sí sé es que conocí a muchos compañeros míos que decían que uno no podía dejarse ver por los ejecutivos haciendo Uber porque entonces iban a decir ‘míralo, no tiene trabajo’. Y yo al contrario, pienso que a lo mejor ese ejecutivo te ve ahí y dice ‘mira este, está haciendo esto, déjame llamarlo, por qué no’, entonces es otra óptica. Lo que piensen los demás de mí es problema de los demás”, respondió el actor.
El que fuera galán de exitosas telenovelas como Madre Luna o Bajo el mismo cielo compartió que muchos clientes lo han reconocido trabajando en el bar.
“Todo el tiempo”, aseveró. “Además tengo que agradecer al pueblo cubano porque fueron muy generosos conmigo. Fueron muy amables con las propinas, sobre todo. De pronto yo salía de ahí con 200, 300 dólares de puras propinas”.
La experiencia fue, sin embargo, más difícil de lo que creía. “A las 3 semanas yo lloraba, te lo juro, yo me sentaba en la banqueta y decía pero es que esto no…, me dolía el cuerpo, sentía que no era lo mío y demás”, se sinceró. Por lo que pasados 3 meses tomó la decisión de dejarlo.
“Hice una reflexión y dije sabes qué prefiero hacer teatrito poquito, ahorrar más, tal vez rentar mi casa, no sé, buscar otra alternativa, pero mi espíritu sí se estaba empezando a lastimar porque no era yo. Es un trabajo superdecente, superdifícil, pero no es lo mío”, señaló.