Santo Domingo.- El economista Jaime Aristy-Escuder expresó que durante la gestión del actual ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte se han registrado pérdidas en las empresas eléctricas y el sector minero.
Durante un comentario en el programa Enfoque Final, de la periodista Addys Burgos, destacó que la actividad minera se ha desplomado en los 4 años comprendidos entre el año 2020 y 2023, registrando su valor agregado variaciones de -1.5, -0.7, -7.2 y -1.3 en ese periodo.
Dijo que en los dos primeros meses de este año, y a pesar de que el precio del oro ha llegado a un nivel récord de 2,371 por onza, hoy la actividad minera presenta una variación de -1.9.
«El sector eléctrico también está en crisis; las pérdidas de las empresas distribuidoras de Electricidad se incrementaron de 29% en el año 2019 a un 40% en el año 2023, obligando al gobierno central a destinar anualmente 1,500 millones de dólares en forma de subsidios para mantenerlas a flote», dijo.
Resaltó que ante esta situación, el presidente Luis Abinader tomó medidas decisivas para enfrentar la crisis en el sector eléctrico y designó a la vicepresidenta Raquel Peña como líder del gabinete eléctrico, reconociendo su eficiencia administrativa.
Además, citó que a finales de 2021, nombró a Celso José Marranzini como administrador de la Central de Punta Catalina, quien logró revitalizar la empresa, generando beneficios anuales significativos que alcanzaron los 240 millones de dólares.
Comentario íntegro
En la República Dominicana hay dos actividades que exhiben un desempeño terrible, lo que provoca una pérdida de ingresos para el Estado y de valor agregado para la sociedad. El denominador común de ambas actividades y de su deprimente evolución es el señor Antonio Almonte, quien ocupa el cargo de Ministro de Energía y Minas desde agosto del año 2020.
La actividad minera se ha desplomado en los 4 años comprendidos entre el año 2020 y 2023, registrando su valor agregado variaciones de -1.5, -0.7, -7.2 y -1.3 en ese periodo. En los dos primeros meses de este año, y a pesar de que el precio del oro ha llegado a un nivel récord de 2,371 por onza, hoy la actividad minera presenta una variación de -1.9.
El sector eléctrico también está en crisis; las pérdidas de las empresas distribuidoras de Electricidad se incrementaron de 29% en el año 2019 a un 40% en el año 2023, obligando al gobierno central a destinar anualmente 1,500 millones de dólares en forma de subsidios para mantenerlas a flote.
Con relación a la generación de electricidad, desde el año 2020 no se ha instalado un solo megavatio de energía base, y se gestionó de forma pésima tanto operativa como administrativamente la central termoeléctrica Punta Catalina entre el 18 de agosto del año 2020 y el 28 de octubre del año 2021.
Basta con recordar que debido a la incapacidad del equipo humano que la gestionaba en ese entonces, la planta se quedó sin carbón, provocando una pérdida superior a centenares de millones de dólares.
Afortunadamente, el presidente Luis Abinader ha intervenido directamente en el sector eléctrico para reducir la intensidad de la crisis. Para esto, ha designado como cabeza del gabinete eléctrico a la vicepresidenta Raquel Peña, la funcionaria más eficiente de su administración, y nombró a finales del año 2021 como administrador de la Central Termoeléctrica Punta Catalina a Celso Marranzini, un empresario con amplia experiencia en el sector eléctrico, quien logró recuperar el buen desempeño de esa empresa llevándola a tener nuevamente beneficios anuales de 240 millones.
Posteriormente, el presidente le quitó a Almonte la responsabilidad de las empresas distribuidoras de Electricidad y se la asignó a Marranzini. La pésima gestión del señor Almonte eleva la probabilidad de que se ha removido del cargo para evitarlo, obviamente, está agarrándose de una rama que consiste en la crítica de Punta Catalina.
En una declaración recogida en la prensa nacional, el señor Almonte insistió en decir que según una auditoría, el costo de construcción de la central termoeléctrica Punta Catalina fue de unos 3,400 millones de dólares.
Afortunadamente, tal como he demostrado en otras ocasiones, Almonte se equivoca. El monto pagado al contratista EPC por la construcción de Punta Catalina, incluyendo el monto correspondiente a la indexación de los hitos, fue de 2,455 millones dólares. Una suma que se compara favorablemente con otros proyectos similares a nivel internacional.
A ese monto anterior, la empresa que realizó el informe de servicios relacionados, no la auditoría, le quiere añadir pérdidas que denomina otros costos del dueño, que incluyen los costos hundidos incurridos durante la licitación, así como los costos del carbón, de la cal, lo repuesto y otros insumos utilizados para generar electricidad.
Es extraño que la firma haya tomado en consideración los costos, pero no haya tomado en cuenta los ingresos millonarios que obtuvo la CDEEE al colocar en las redes la electricidad que produjo Punta Catalina, utilizando esos insumos.
Estoy seguro de que esos ingresos superan esos otros costos del dueño, lo cual reduce el costo neto de la inversión.
La firma quiere, además, añadir, a diferencia de lo que ocurre con otros proyectos de inversión pública como el metro, el teleférico, el monorriel, las presas, las carreteras, entre otros proyectos, los intereses generados por los recursos que se utilizaron en la construcción de esa importantísima generadora de electricidad. Esto es un absurdo que tiene como objetivo dañar la imagen de la joya de la corona del sector eléctrico nacional.