Si bien las ISO personalizadas de Windows pueden resultar atractivas por la promesa de un sistema más ligero, privado y personalizado, es crucial sopesar los riesgos que conllevan instalarlas en tu ordenador.
Cuando decides hacer una instalación limpia de Windows, ya sea porque has actualizado tu disco duro o te has montado un nuevo ordenador, una de las primeras cosas que haces es descargar una ISO de Windows.
Este archivo, que puedes obtener desde la web oficial de Microsoft, contiene todos los archivos necesarios para crear un USB de arranque para instalar el sistema operativo en tu equipo, ya sea de sobremesa o portátil.
Sin embargo, navegando por internet, es posible que te hayas topado con ISO personalizadas de Windows. Estas versiones modificadas prometen una experiencia más ligera, rápida y personalizada, eliminando componentes innecesarios, añadiendo software o realizando ajustes específicos.
Para muchos usuarios, esto suena muy atractivo, sobre todo si tu ordenador no es compatible con la versión del sistema o simplemente porque no quieres estar atado a las funciones nativas, pero ¿realmente son seguras estas ISO?
¿Qué son las ISO personalizadas de Windows y para qué sirven?
Las ISO personalizadas de Windows son imágenes del sistema operativo que han sido modificadas por otros usuarios para adaptarlas a necesidades específicas, y las cuales se pueden descargar fácilmente desde cualquier fuente, ya sea una página web, Telegram o desde foros en Internet.
Estas modificaciones pueden incluir la eliminación de aplicaciones preinstaladas que no utilizas (conocido como bloatware), una mejor optimización del sistema para mejorar el rendimiento en juegos o la desactivación de funciones de seguimiento de datos para proteger tu privacidad.
En teoría, pueden ofrecerte una experiencia más a tu medida, quitando elementos innecesarios y ajustando el sistema a tus preferencias. Sin embargo, es importante tener en cuenta los riesgos que conllevan instalar este tipo de archivos.
Los peligros de las ISO personalizadas
A diferencia de una ISO oficial de Microsoft, que están firmadas digitalmente para garantizar su autenticidad e integridad, las personalizadas no ofrecen ninguna garantía de seguridad. Al descargar una ISO de una fuente desconocida, no tienes forma de saber qué modificaciones se han realizado en ella.
Esto significa que podrías estar instalando sin saberlo software malicioso, como virus, troyanos o rootkits, que podrían comprometer la seguridad de tu ordenador y tus datos personales. Además, estas ISO podrían desactivar funciones de seguridad importantes, como tu antivirus o firewall, dejándote vulnerable a ciberataques.
Otro riesgo considerable es que, al instalar una ISO personalizada, estás dando acceso completo a tu sistema a un desconocido. Esto significa que podrían haber incluido herramientas ocultas para espiar tus actividades, robar tus datos o incluso controlar tu ordenador de forma remota.
A primera vista, pueden parecer una opción atractiva, ya que prometen mejoras en diversos aspectos del sistema operativo. Desde una mayor privacidad hasta un rendimiento optimizado, estas versiones modificadas pueden ofrecer beneficios potenciales para ciertos usuarios.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos beneficios pueden verse eclipsados por los riesgos asociados con su uso. ¿Deberías instalar una ISO personalizada de Windows? La respuesta corta es: no. A menos que confíes plenamente en la fuente y estés dispuesto a asumir los riesgos.
Las ISO oficiales de Microsoft, aunque puedan incluir software que no necesites, son mucho más seguras y ofrecen una experiencia confiable. Si quieres personalizar tu Windows, existen alternativas más seguras, como utilizar scripts post-instalación o herramientas de terceros que te permiten realizar ajustes y modificaciones sin comprometer la seguridad de tu sistema.
Conoce cómo trabajamos en Computerhoy.
Etiquetas: Windows 11, Windows 10