- Ni Cudillero ni Chinchón: los 5 pueblos más bonitos de España, según National Geographic
- Málaga esconde 10 curiosidades que debes saber si este verano vas de vacaciones
Es muy común que las fronteras entre territorios definidas por la humanidad vengan marcadas por diferentes accidentes geográficos, como pueden ser montañas, ríos o mares. No obstante, algunos de estos límites surgen de maneras especialmente particulares. Y es que, en ciertos casos, puede ocurrir que la separación entre dos naciones esté establecida con un elemento tan sencillo como un bordillo de una acera peatonal.
Esta curiosa circunstancia se da en una pequeña localidad ubicada en los alrededores del municipio de Figueres, Girona. En mitad de una gran avenida ocurre la particularidad de que la parte oeste pertenece a la localidad francesa de El Perthús, mientras que el este forma parte de Els Límits-La Jonquera, España. Es uno de los territorios más únicos del planeta, además de ser especialmente representativo del sentimiento de convivencia europeo.
TE PUEDE INTERESAR
Jorge García González
Se trata de una avenida conocida por su principal carácter comercial. Es de especial interés para la población francesa, puesto que estos encuentran productos con un precio significativamente más barato que en su nación. Por lo tanto, los establecimientos ubicados en la parte de Cataluña están orientados a atender los deseos de este tipo de clientes, que suelen hacer gasto en bienes como alcohol y tabaco.
Curiosidades de la localidad
Su particular naturaleza de frontera da lugar a ciertas curiosidades que resultan muy poco frecuentes en cualquier otro lugar del mundo. Por ejemplo, se pueden encontrar diversos elementos del mobiliario urbano de cualquier localidad española, como buzones de Correos o cabinas telefónicas de Movistar. Lo interesante de ello es el enorme contraste que genera con los mismos de la acera de enfrente, los cuales responden a empresas francesas como puede ser La Poste o France Télécom.
TE PUEDE INTERESAR
Jorge García González
Por otro lado, allí se ubica un árbol plátano que crece sobre la acera que divide ambos países. Esta peculiaridad se traduce en que nadie se atreve a declarar a cuál de las dos naciones pertenece, siendo parte del propio pueblo en sí. Además, existen varios letreros escritos tanto en francés como en catalán que informan de que los tickets de aparcamiento de la zona azul obtenidos en una parte del pueblo no tienen efecto en la del otro lado de la frontera. Esta aclaración sirve para despejar dudas acerca de estos hechos, ya que tanto las plazas de parking como los parquímetros de las dos partes están separados a unos pocos metros de distancia.
Una de las curiosidades históricas más remarcables de la zona es que, durante un remarcable brote de meningitis B, las existencias de las vacunas Bexsero, eficaces contra esta infección, eran más bien escasas en las farmacias españolas. Es por ello que muchos habitantes catalanes de los alrededores acudieron a una farmacia ubicada en la parte francesa, ya que las unidades eran mucho más abundantes en estas.