Intel ha diversificado su negocio y su estrategia desde hace unos años es ofrecer soporte a diferentes marcas mediante el sistema tradicional de contratos. Este modelo le ha permitido crecer hasta donde se encuentra actualmente, pero el fabricante se enfrenta a un nuevo problema después de los fallos de estabilidad de algunos chips.
La empresa perdió el contrato para diseñar el chip de la futura PlayStation 6 de Sony en 2022. AMD le ganaba en diseño del próximo procesador y Taiwan Semiconductor Manufacturing Co obtenía la licencia de fabricación. Intel perdió la oportunidad de producir miles de unidades que le reportarían ingresos millonarios si las ventas de la PS6 cumplían lo previsto.
El aumento de los contratos de diseño era la estrategia de Intel para recuperarse de unas cifras de ventas bajas en los últimos años y problemas de fiabilidad en los chips. Sony vende más de 100 millones de unidades en cinco años que le reportaría a Intel un beneficio por debajo del 50%, pero era un negocio rentable.
Los beneficios de las ventas podrían haber roto el contrato
Sony ha seguido el ejemplo de los grandes fabricantes y ha optado por contratar a proveedores externos para ayudar con el diseño y la fabricación de chips de inteligencia artificial a medida para sus dispositivos. Esta opción es más rentable que desarrollar sistemas propios desde cero.
Intel no estaba dispuesta a asumir unos beneficios menores del 50% por cada venta, uno de los principales motivos por los que no se firmó el acuerdo final. AMD era menos exigente en ese aspecto y llegó a la fase final de las negociaciones compitiendo con el fabricante de chips.
Sony mantuvo conversaciones con Intel durante meses a lo largo de 2022, pero no encontraron la forma de llegar a un acuerdo. “No vamos a hacer comentarios sobre ninguna conversación actual o potencial con clientes. Tenemos una cartera de clientes muy sana tanto en nuestro negocio de productos como en el de fundición, y estamos totalmente centrados en innovar para satisfacer sus necesidades”, según un portavoz de Intel a Reuters.
Sony aseguró en el cierre del año fiscal de 2023 que ha vendido 20,8 millones desde que salió a la venta la PlayStation 5. Las cifras podrían ser algo más bajas para la recién anunciada PS5 Pro y aún se desconoce la acogida que tendrá una futura PlayStation 6 entre los jugadores.
Sony no quiere problemas de compatibilidad
El chip de la PlayStation 5 era de AMD y ha cubierto de lejos las expectativas de los jugadores. Los fabricantes de procesadores de consolas suelen garantizar la compatibilidad con versiones anteriores del sistema para ejecutar juegos antiguos, aunque se complica si Sony decide cambiarse a Intel.
Este fue otro de los puntos que decantaron la balanza hacia AMD. Los ingenieros y ejecutivos de Intel y Sony no estaban seguros de garantizar la compatibilidad entre diferentes versiones de PlayStation, uno de los aspectos que más valoran los usuarios antes de dar el salto a una consola de nueva generación.
Intel tampoco vivía su mejor momento después de quedarse atrás en el sector de la inteligencia artificial dominado por Nvidia y AMD. El fabricante anunció sus planes de recortar el 15% de su plantilla con las negociaciones en curso para ahorrar 10.000 millones de dólares.
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Etiquetas: Sony, PlayStation, Procesadores