El magnate Elon Musk ha tardado unas semanas en darse cuenta de lo que todo el mundo vio el primer día: que los aranceles de Donald Trump llevan a la economía mundial a un agujero negro. Pero sobre todo, a la economía norteamericana. El ideólogo de las tarifas de Trump, el economista Peter Navarro, ya es su nuevo enemigo número uno.
Elon Musk ha llamado “imbécil” y “más tonto que un saco de ladrillos” al asesor de Donald Trump, y este le ha respondido con un “no es un fabricante de coches, solo monta piezas”. Ouch.
¿Y qué tiene que decir la Casa Blanca al respecto? Pues su jefa de prensa, Karoline Leavitt, dice: “Los chicos siempre son chicos, dejaremos que sus peleas públicas continúen”.
Elon Musk, a punto de romper con Donald Trump
No hace falta entender de economía para darse cuenta de que, si eres el país que más empresas tienes en el extranjero, poner aranceles a otros países es dispararse en el pie, porque ellos pondrán aranceles a tus empresas. Y la mala imagen hará que la gente deje de comprar productos Made in USA.
Más aún cuando esas tarifas no tienen ni pies ni cabeza, porque se basan en el déficit comercial, que depende de algo tan incontrolable como la diferencia entre lo que tú necesitas, y lo que los demás necesitan de ti.
Y sobre todo porque, interesadamente, en la “fórmula” usada Trump ha dejado fuera a los servicios. En Internet todo son servicios, y empresas norteamericanas como Google, Meta, Amazon, Microsoft, Netflix, etc, etc., son monopolios en el resto del mundo, ganando cientos de miles de millones. Pero eso no cuenta para Trump.
En un mundo globalizado desde hace décadas, todas las empresas tienen lazos con empresas extranjeras. Y al fin Elon Musk se ha dado cuenta de que las tarifas de Trump afectan gravemente a los proveedores de piezas de Tesla.
Seguramente daba por asumidas tarifas de un 20 o 25%, pero la espiral irracional ha ido en aumento, y ahora Trump ha impuesto unos aranceles del 104% a China, y otros muy altos a países proveedores de Tesla.
Con esas tarifas, y con el hundimiento de las ventas y la imagen de Tesla por los suelos tras la entrada en política de Musk, ahora mismo Tesla está en serio riesgo de quiebra.
La pelea entre Elon Musk y Peter Navarro se recrudece
Según filtraciones, Elon Musk ya tuvo algún encontronazo en las reuniones de gobierno con Peter Navarro, el ideólogo detrás de los aranceles de Donald Trump. Y ahora ese enfrentamiento se ha trasladado a X.
El pasado sábado, el CEO de Tesla publicó en X un mensaje, luego borrado, en el que decía que Peter Navarro “no había construido una mierda”, aludiendo a que puede ser economista, pero no tiene ni idea de fabricar productos.
Navarro le respondió en Fox News, con un ataque directo: “Musk no entiende de déficits comerciales”, y lo despachó con “no es un fabricante de coches, es solo un montador de piezas“.
Esto ha sido demasiado para Elon Musk, que le ha llamado “imbécil” y “más tonto que un saco de ladrilllos” en X:
El dueño de X argumenta que Tesla tiene “los coches más americanos”, es decir, la mayor parte de sus piezas se fabrican en el país.
Como dice el economista Raymon Bridges en el mismo hilo: “Navarro criticó la planta de BMW en Carolina del Sur por no beneficiar a EE. UU., ya que no es una empresa estadounidense, a pesar de que los autos se fabrican aquí. Navarro también criticó a Tesla por no beneficiar a EE. UU., a pesar de que los autos se fabrican aquí. ¿Qué quiere Navarro? ¿Aislamiento comercial total?”.
Con las Bolsas cayendo en picado y las críticas de quien hasta hace unos días era la mano derecha de Donald Trump, parece que al gobierno de Estados Unidos se le empiezan a romper las costuras.
Puede que para su jefa de prensa sea “una pelea de chicos”, pero el enfrentamiento entre Elon Musk y el ideólogo de los aranceles, Peter Navarro, es la primera gran crisis de gobierno que el republicano va a tener que afrontar.
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