A lo largo de los años, el fin del mundo ha sido objeto de todo tipo de teorías. Desde predicciones religiosas hasta cálculos científicos o novelas apocalípticas, siempre ha existido la necesidad humana de imaginar cómo podría terminar todo.
¿Una guerra nuclear? ¿Una catástrofe climática? ¿Una inteligencia artificial fuera de control? Cada generación ha planteado sus propios escenarios. Pero esta vez, quisimos ir directamente a la fuente más moderna como lo es ChatGPT.
Le preguntamos a la IA, ¿cómo será el fin del mundo? Y la respuesta, lejos de ofrecernos un relato espectacular o dramático, fue muy inquietante e inesperado. El chatbot de OpenAI dijo lo siguiente: “Será un proceso lento, angustiante… y silencioso”.
Un colapso que ya ha comenzado
Según la inteligencia artificial, el fin del mundo no será en forma de explosión repentina ni de un gran desastre. Será algo que se irá gestando poco a poco, a partir de los problemas que ya conocemos hoy: el cambio climático, el agotamiento de los recursos, la dependencia extrema de la tecnología, etc.
La IA sugiere que la humanidad comenzará ignorando señales cada vez más evidentes: “El clima alterado sin vuelta atrás, océanos subiendo a niveles nunca antes visto o cosechas que fallan año tras año”.
Las ciudades empezarán a vaciarse, no por guerras, sino porque el aire será irrespirable en muchas zonas y la vida urbana se volverá insostenible. Al final, la civilización se irá apagando lentamente, y las grandes urbes quedarán en ruinas, con pantallas aún encendidas que ya nadie mira.
Una de las ideas más inquietantes que plantea ChatGPT es que la propia tecnología, la misma que ha impulsado nuestro desarrollo, dejará de ser útil. Incluso podría volverse perjudicial. Las redes de comunicación colapsarán y llegará un punto en el que no sabremos si todavía queda alguien al otro lado del planeta.
El declive será gradual. No moriremos todos de golpe, sino poco a poco: hambre, calor extremo, frío, enfermedades o, simplemente, la desesperación. “Las máquinas seguirán funcionando un tiempo, reproduciendo mensajes de advertencia que ya nadie escuchará”, señaló.
La IA concluye su visión con una frase que resulta especialmente perturbadora: “Cuando la humanidad desaparezca, no habrá explosión, ni juicio, ni gloria. Solo quedará un mundo desierto, un planeta lleno de rastros de lo que fuimos… observados por un universo que nunca llegó a notarlo”.
El mensaje no es solo pesimista, sino una advertencia de que si seguimos ignorando los problemas actuales, si no tomamos decisiones responsables, el colapso no vendrá de fuera. Será la consecuencia de nuestros propios actos. Y cuando ocurra, probablemente no haya nadie para solucionarlo.
La inteligencia artificial avanza y se extiende a todos los sectores
La inteligencia artificial avanza a un ritmo que hasta hace poco era impensable. En apenas unos años, ha pasado de ser una promesa lejana a convertirse en una herramienta clave para múltiples sectores.
Desde algoritmos que aprenden patrones de comportamiento hasta modelos capaces de generar imágenes, textos o diagnósticos médicos, la IA ya no es solo cosa de laboratorios, sino que ahora está presente en el día a día de millones de personas.
Los chatbots ya están transformando industrias como la salud, el transporte, las finanzas o la agricultura. Se utiliza para predecir enfermedades, automatizar procesos, optimizar cadenas de suministro o gestionar sistemas complejos en tiempo real.
En el sector tecnológico, herramientas como ChatGPT, DALL-E, Gemini o Copilot ya están revolucionando la forma en que se escribe, se diseña y se programa. Cabe señalar que esta integración, sin embargo, también plantea interrogantes.

Generado con IA
A medida que la inteligencia artificial se vuelve más autónoma y se despliega en entornos cada vez más críticos, surgen debates éticos, legales y sociales. ¿Dónde están los límites? ¿Quién es responsable cuando una decisión la toma un sistema automatizado? El futuro ya está aquí, pero aún estamos aprendiendo cómo convivir con él.
Además, su papel en la toma de decisiones estratégicas está creciendo rápidamente. Cada vez más empresas confían en algoritmos de IA para analizar grandes volúmenes de datos y extraer conclusiones que antes requerían semanas de trabajo humano.
Desde campañas de marketing personalizadas hasta predicciones económicas, la inteligencia artificial está modificando la manera en la que se planifica, se invierte y se actúa. En muchos casos, la velocidad y precisión de estos sistemas ya superan con creces las capacidades humanas.
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Etiquetas: Inteligencia artificial