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Rusia ya es la segunda potencia mundial en minería de Bitcoin con el 15,5% del hashrate global.
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El pacto incluiría el suministro de energía a territorio ucraniano por iniciativa de Washington.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró que Estados Unidos ha mostrado interés en realizar operaciones conjuntas de minería de Bitcoin (BTC). Los planes incluyen gestionar la central nuclear de Zaporizhzhia, en Ucrania, la más grande de Europa.
Durante un encuentro empresarial el 24 de diciembre, Vladímir Putin mostró cómo la agenda de Washington para Zaporizhzhia estaría dando un vuelco radical. En lugar de centrarse exclusivamente en la seguridad nuclear, la Casa Blanca tendría en mente utilizar la potencia de la central para minar Bitcoin, transformando la planta de Europa en un activo estratégico para la economía digital de ambas naciones.
Putin no mencionó la participación de Ucrania en las supuestas conversaciones, a pesar de que la central se encuentra en territorio ucraniano ocupado.
La información, adelantada por el diario ruso Kommersant, cita directamente al corresponsal Andrei Kolesnikov, quien recogió las palabras del mandatario: “La parte estadounidense está interesada en organizar operaciones de minería de criptomonedas en la central”, afirmó Putin. El líder ruso incluso sugirió que, por iniciativa de Estados Unidos, se contempla la posibilidad de suministrar electricidad a Ucrania desde las mismas instalaciones.
Sin embargo, hasta el 26 de diciembre de 2025, no se ha producido ninguna confirmación oficial ni comentario por parte del gobierno de Estados Unidos sobre estas afirmaciones. Las declaraciones de Putin permanecen como una versión unilateral rusa en el marco de las conversaciones sobre el futuro de la central nuclear.
¿Se puede minar Bitcoin en una central en riesgo?
La central de Zaporizhzhia es uno de los puntos más críticos desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en 2022. Aunque cuenta con seis reactores de enorme capacidad, la planta no ha inyectado energía a la red eléctrica desde hace tres años debido a los riesgos de seguridad citados por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
En ese sentido, la ambición de usar la planta para la minería de Bitcoin contrasta con la situación técnica actual de la planta. El pasado 13 de diciembre, la central sufrió una nueva pérdida de alimentación externa, obligándola a depender de generadores diésel de emergencia para mantener la refrigeración de los reactores en estado de «parada en frío». En este contexto de inestabilidad, la idea de mantener una operación intensiva de minería digital parece, cuanto menos, un desafío de ingeniería.

Mientras todo esto se define, lo cierto es que Rusia ha escalado posiciones hasta convertirse en el segundo actor global con mayor potencia de cómputo para la minería Bitcoin, solo por detrás de Estados Unidos. Gracias a un excedente de energía hidroeléctrica y gas natural, los mineros rusos aportan hoy el 15,5% del hashrate mundial, como lo ha informado CriptoNoticias.
“Rusia se ha consolidado gracias a su infraestructura energética antes subutilizada”, señala el analista Jaran Mellerud. No obstante, Mellerud advierte que este crecimiento tiene un techo: la minería ya consume el 3% de la electricidad total de Rusia. “La era del crecimiento ilimitado ha terminado”, afirma, lo que explicaría por qué el Kremlin busca nuevas fuentes de energía barata, como Zaporizhzhia.
No obstante, mientras no haya un respaldo público de Washington, las declaraciones de Putin sobre Zaporizhzhia permanecen como una afirmación unilateral. Esto en medio de un conflicto que no da señales de tregua. Por ahora, la central sigue bajo la vigilancia de la OIEA, atrapada entre el riesgo de un desastre nuclear y las ambiciones de usarla para la minería de Bitcoin.



