Los drones Shahed, fabricados por la empresa Shahed Aviation Industries, perteneciente a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, son unos de los más temidos en todo el mundo y, concretamente, por los soldados ucranianos.
Desde hace varios años, la compañía fabrica estos drones para Rusia, con las consiguientes sanciones por parte de Europa desde 2022, ante la amenaza que suponen para la integridad, la soberanía y la independencia de Ucrania.
A menudo, según las cifras ofrecidas por United24Media, se estima que los ataques de Rusia con estos drones Shahed pueden alcanzar un número elevado que oscila entre las 500 y las 700 unidades, combinando estos con otras armas durante las ofensivas.
A lo largo de los meses del verano, en total se han podido contabilizar casi 16.000 lanzamientos de este tipo de drones iraníes, que cuenta con capacidades tecnológicas impresionantes y, por supuesto, devastadoras para las fuerzas armadas de Ucrania.
En los ataques más recientes, según recoge el Instituto para el Estudio de la Guerra –ISW, por sus siglas en inglés– Rusia ha atacado durante las noches del 3 y el 4 de septiembre diferentes ciudades ucranianas con 112 drones Shahed, ocasionando daños sobre población civil.
En el último año, la producción local de drones de este tipo también ha aumentado en territorio ruso, tras un viaje de ingenieros iraníes a la región para modificar las fábricas a nivel local, concretamente para los modelos Shahed producidos para Rusia.

Project Meshkat
De esta forma, Rusia ha nombrado a estos drones –derivados de los Shahed iraníes– como Geran-2 y Geran-3, aunque también hay otras variantes como los drones Garpiya.
Algunos de estos modelos son capaces de volar a altitudes importantes con una velocidad de 500 kilómetros por hora, para acometer ataques kamikazes sobre puntos estratégicos, así como sobre poblaciones civiles.
La primera vez que el ejército de Ucrania consiguió un dron Shahed con motor a reacción fue en mayo de este mismo año, identificando también su capacidad para dirigirse a grandes distancias y cambiar la estrategia de ataque durante el vuelo.
Cabe destacar que la propulsión a chorro es comparable a la forma de desplazamiento de los calamares, empujando agua en una dirección para alcanzar velocidades increíbles.
Según el ISW, Rusia ha sido capaz de esquivar las sanciones impuestas por los socios de Ucrania gracias a su buena relación con China, que aporta prácticamente todos los componentes electrónicos para sus drones.
Por su parte, Ucrania quiere hacer frente a este tipo de ataques con drones mediante otros impulsados por inteligencia artificial, los cuales podrían identificar posibles señuelos previos a un ataque de Rusia.
Con el avance de la guerra, los ataques con drones kamikaze continúan cogiendo fuerza y ya configuran un nuevo escenario de una guerra que parece poner a prueba lo peor de la tecnología.
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