EL NUEVO DIARIO, México.- La hepatitis C es una enfermedad llena de estigmas. Debido a ello, el diagnóstico y acceso al tratamiento son tardíos, lo cual agrava los síntomas de este padecimiento que puede derivar en cáncer de hígado o cirrosis hepática, dijo hoy a Efe la experta Miriam Castellot.
“Es una enfermedad silenciada. La hemos silenciado todos por miedo a la discriminación, a los tabúes, al estigma social, pero queremos que esto cambie”, señaló la presidenta de la asociación Unidos por una vida mejor.
La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por el virus del mismo nombre, que pocas veces presenta síntomas y que se transmite a través de la sangre.
Castellot señaló que, desafortunadamente, se piensa que este es un padecimiento que solo se transmite por la vía sexual. Pero existen diversas formas de infección, que se desconocen y, al ser una enfermedad asintomática, las complicaciones se presentan años después.
“Yo me infecté en 1975 por una transfusión, pero no me lo detectaron hasta 30 años después. Me dieron tratamiento con Interferon y Ribavirina, pero no funcionaron. Ya ahora con nuevos tratamientos vencí al virus, pero desarrollé cirrosis, enfermedad con la cual vivo”, aseguró la experta.
Las complicaciones por esta enfermedad incluso afectaron a su trabajo pues debido a las molestias que sentía pasó de ser una persona activa a querer estar solamente acostada.
También presentó alta presión e hipotiroidismo, entre otros síntomas derivados del medicamento.
Castellot cuenta que las afectaciones alcanzaron a su núcleo familiar, pues uno de sus hijos empezó a tener síntomas de hepatitis, diagnóstico que fue confirmado cuando ya tenía 33 años.
“Pensamos que el contagio fue al nacer, ya que el parto fue difícil, complicado, venía en una posición inadecuada y en ese entonces hicieron un manejo inadecuado de la sangre, lo que lo llevó al contagio”, explicó.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 71 millones tienen infección crónica de hepatitis C y cada año mueren unas 400.000 personas por esta afección.
En Latinoamérica aproximadamente 10 millones de personas están infectadas, mientras en México entre 400.000 y 600.000 mexicanos viven con este virus.
México es el segundo país de Latinoamérica con más personas infectadas.
Los estigmas y mitos que rodean a la hepatitis C, muchas veces, afectan más allá de la salud de las personas “pues en ocasiones, padecer la enfermedad puede ser motivo de despido laboral”, dijo Castellot.
Entre los principales grupos de riesgo, apuntó, están los usuarios de drogas inhaladas e inyectables, así como profesionales de la salud como dentistas, quienes se realizan tatuajes o piercings en lugares no seguros, y quienes se realizan hemodiálisis.
Aunque actualmente existen medicamentos que pueden lograr hasta 99 % de cura en tan solo tres meses, la experta señaló que, en México, este tipo de tratamientos no están accesibles para toda la población.
“Incluso en grupos como las personas que viven en las cárceles, indigentes, el problema se vuelve mayor porque el riesgo de que contagien a otras personas es alto. Pero no tienen acceso a tener un diagnóstico y mucho menos al tratamiento”, aseveró.
Castellot dijo que desde su fundación buscan hacer conciencia en las autoridades de salud para promover el diagnóstico oportuno.
Es por ello que se busca que existan pruebas de diagnóstico rápido, pero también canalizar a quien dé positivo a la atención médica y que se garantice el acceso al tratamiento “pues es posible curar esta enfermedad con medicamentos”, finalizó.
El Día Mundial de la Hepatitis se celebra el 28 de julio de cada año con el fin de concienciar e informar a la población sobre esta enfermedad.