La empresa farmacéutica Eli Lilly dio a conocer la semana pasada los últimos datos de un ensayo de fase III de su medicamento experimental contra la diabetes de tipo 2 y la obesidad, la tirzepatida y han sido realmente espectaculares.
Como ya hemos anticipado, las personas que tomaron el fármaco perdieron hasta un 22% de su peso corporal, que fue mucho mayor que aquellos que tomaron placebo.
En este estudio del efecto de la tirzepatida, participaron 2500 personas con sobrepeso y obesidad, que además padecían una enfermedad posiblemente relacionada con su peso, a excepción de la diabetes.
El proceso implicaba la administración semanal mediante una inyección bajo la piel de este fármaco. Además del tratamiento, se aconsejó a cada grupo que siguiera una dieta baja en calorías y que aumentara su actividad física.
Se ha demostrado que cuanto mayor fue la cantidad recibida, 5%, 10% o 15%, mayor fue el porcentaje de peso corporal perdido.
Los efectos adversos fueron, por lo general, de leves a moderados, pero incluyeron náuseas, vómitos y diarrea, que a menudo se produjeron al principio, a medida que aumentaban las dosis.
Los resultados aún no se han publicado en una revista revisada por expertos, por lo que deben tomarse con cierta precaución. Pero las cifras observadas aquí, suponiendo que sean sólidas, no tienen precedentes para convertirse en un fármaco.
Y es que, la capacidad de perder el 15%, el 20% o el 25% del peso corporal total con medicamentos es increíble, ya que este tipo de resultados normalmente sólo se han visto en pacientes que se han sometido a una reducción de estómago.
“Creo que estamos asistiendo a una nueva era terapéutica. Y estos fármacos van a marcar una diferencia significativa en nuestra lucha contra muchas de estas enfermedades crónicas que tanto nos ha costado controlar”, explican los investigadores que han colaborado en el proceso.
Suponiendo que los resultados de la tirzepatida sean satisfactorios, es probable que el año que viene dispongamos de dos de estos fármacos de nueva generación, a los que podrían seguir otras terapias aún más eficaces a lo largo de la próxima década.