La malaria es una enfermedad que mata al año a más de 400.000 personas, pero parece que podría haber estado haciendo de las suyas hace 100 millones de años. Un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Oregon, liderados por George Poinar Jr., así lo sugiere tras haber descubierto en Birmania un mosquito de la época, perfectamente conservado en ámbar y que pertenece a un nuevo género y especie al que han llamado Priscoculex burmanicus. Aunque se trata de un ejemplar nuevo para la comunidad científica guarda muchas similitudes anatómicas con otros mosquitos que no paran de zumbar a nuestro alrededor, de la familia Anopheles, y que guardan la mala reputación de ser portadores de la malaria, de ahí que hayan hecho esta relación.
Si miramos a su físico, nos encontramos con elementos que ambos ejemplares comparten: venas en las alas, mismo tipo de abdomen, antenas y probóscide (el apéndice alargado y tubular situado en la cabeza del insecto, que le sirve para succionar). Según un estudio recientemente publicado en la revista Historical Biology, podría tratarse del descubrimiento del linaje más temprano de un portador de esta enfermedad. Esto significaría que mosquitos infectados con malaria volaron entre dinosaurios durante el Cretácico medio y este pequeño ámbar sería la clave (hace 3 años, Poinar ya apuntó, tal y como recogimos en QUO, que los insectos podrían haber sido los encargados de hacerlo en esa época, pero ahora las evidencias apuntan a que los mosquitos serían los responsables).
Y es entonces cuando nos surge otra pregunta, ¿pudo esta enfermedad ser la causante de la extinción de gran parte de ellos? Para el líder del estudio, en esa época hubo todo tipo de sucesos catastróficos que les afectaron directamente, como el impacto de asteroides, el cambio climático, flujos de lava… pero, ¿y si los mosquitos tuvieron mucho más que ver de lo que pensábamos?: «Está claro que los dinosaurios se extinguieron lentamente durante miles de años, lo que sugiere que pudo ocurrir todo tipo de situaciones». Y estas, podrían converger en el mismo momento. Y es que los insectos, los patógenos microbianos como la malaria y otras enfermedades importantes estaban surgiendo en ese momento a la vez, lo que podría llevar a pensar que ese cocktail pudo llegar a ser parcialmente mortal para muchas especies de dinosaurios.
A falta de una confirmación más detallada sobre el fósil encontrado, Poinar tiene un estudio anterior publicado en el que detalla un descubrimiento que hizo en República Dominicana de otro mosquito atrapado en ámbar de entre 15 y 20 millones de años. En él, encontraron restos del parásito causante de la malaria (Plasmodium) y es hasta ahora la prueba más fidedigna sobre el origen de esta enfermedad. Veremos si finalmente logra hacer lo mismo con la nueva especie hallada…
Fuente: Oregon State University