La inteligencia artificial se le está haciendo cuesta arriba a algunas empresas y, principalmente, a las que se dedican al desarrollo de esta tecnología, que están viendo cómo las prisas por ser las mejores y conseguir la deseada inteligencia artificial general (AGI) no son buenas. El último en darse cuenta ha sido Mark Zuckerberg.
Sam Altman, el padre de OpenAI, fue uno de los primeros en afirmar que sí existe una burbuja de la IA y que la inversión en la tecnología que impulsa chatbots como ChatGPT, Gemini y Copilot está fuera de control. Hasta el punto de que muchas de las empresas actuales podrían desaparecer en tan solo unos meses.
“Cuando ocurren burbujas, la gente inteligente se entusiasma con un pequeño núcleo de verdad. Si miras la mayoría de las burbujas en la historia, como la del sector tecnológico, había algo real. La tecnología era realmente importante. Internet era un gran acontecimiento. La gente se entusiasmó de más”, señaló en una entrevista hace solo un mes.
Y no le faltaba razón al comparar el cambio de paradigma con la llegada de internet con la gran revolución que ha supuesto la inteligencia artificial, que también ha empujado a estas compañías, incluida la suya, a contratar expertos por sumas de dinero completamente inverosímiles. Concretamente, hasta 10 millones de dólares al año.
Ahora, Mark Zuckerberg se ha puesto en la misma línea que Altman, afirmando que todas las burbujas de inversión de capital, como es el caso de la expansión de la infraestructura de IA, con la creación de centros de datos; tienden a terminar de forma similar. En otras palabras, explotando.
“Creo que, definitivamente, existe la posibilidad, al menos empíricamente, basándome en las grandes expansiones de infraestructura del pasado y cómo condujeron a burbujas, de que algo ocurra aquí”, ha señalado Zuckerberg, en el pódcast Access.
No obstante, el director ejecutivo de Meta ha querido relajar la tensión insistiendo en que pueden darse muchos escenarios, no solo ese. “Si los modelos siguen aumentando su capacidad año tras año y la demanda sigue creciendo, tal vez no haya colapso”, ha matizado durante su charla.
Para demostrar que no todo tiene por qué irse a pique, Zuckerberg mencionó burbujas pasadas, como la crisis de los ferrocarriles o la burbuja puntocom, que alcanzó su máximo a comienzos de los 2000. En ambos casos, las burbujas se produjeron debido a que las empresas se endeudaron y a otros factores macroeconómicos, como la disminución de la demanda de productos.
Las empresas ahora priorizan el talento humano frente a la IA
En este escenario, no está de más recordar un estudio recientemente realizado por el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT), titulado The GenAI Divide: State of AI in Business 2025 ha revelado recientemente que el 95% de los proyectos piloto de IA generativa en grandes empresas estaban fracasando, “ofreciendo poco o ningún impacto medible en las ganancias y pérdidas”.
Esto ha hecho que muchas organizaciones hayan optado por modificar su estrategia empresarial para incorporar de nuevo talento humano que anteriormente había sido sustituido por inteligencia artificial.
“Estamos viendo que las habilidades humanas se están volviendo premium. Creo que la gente se está dando cuenta que incluso los mejores modelos de IA todavía alucinan un 10% y un 12% del tiempo”, explicó entonces Kelly Monahan, directora general del Upwork Research Institute.
Sobre esas cifras rondan también los porcentajes ofrecidos por la Encuesta de Tendencias y Perspectivas Empresariales (BTOS), realizada por la Oficina del Censo de Estados Unidos, que indican que la tasa de adopción de la IA entre las grandes empresas ha disminuido un 2%, de un 14% a un 12%, desde principios de este año hasta finales de este verano.
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Etiquetas: Inteligencia artificial




