Si tienes un coche eléctrico o estás pensando en comprar uno, hay una muy buena noticia para ti y es que los propios usuarios están muy contentos con su decisión. Un estudio reciente de la británica Zapmap ha recogido las experiencias de casi 4.000 personas que conducen coches 100% eléctricos y la conclusión es clara: más del 97% no volvería a un vehículo de gasolina o diésel nunca más.
En cuanto a los puntos a destacar, se menciona especialmente una conducción mucho más agradable y cómoda. Nada de ruidos ni vibraciones, menos mantenimiento porque no hay casi piezas móviles ni cambios de aceite, además de un importante ahorro económico en combustible. Cargar el coche, especialmente en casa, es tan sencillo como conectar el móvil a la corriente.
El coste de la electricidad para recargar es uno de sus grandes pros. En mayo de 2025, la carga rápida en estaciones públicas estaba en unos 0,87 euros por kWh, mientras que la carga doméstica es mucho más barata. Puedes recorrer cientos de kilómetros de una forma muy asequible, sin tener que estar pendientes de qué gasolinera elegir y cómo está precio por litro.
Pero que estén tan encantados con su compra va más allá del simple ahorro o comodidad. Muchos reconocen un sentimiento especial, como si formaran parte de un momento histórico y necesario para el planeta. De forma simple, se sienten orgullosos.
Casi no hay vuelta atrás para los ‘electric lovers’ aunque hay matices
Por su puesto, todo tiene una cara B y sí, hay ciertos puntos que admiten que deben mejorar. Precisamente uno de ellos es la autonomía, pese a las mejoras que ya existen actualmente y la cantidad de kilómetros que ya pueden recorrer.
Afirman que hay modelos que aún pecan en este aspecto, lo que les obliga a planificar rutas para asegurarse poder repostar en estaciones de carga, especialmente si quieren moverse fuera de las ciudades.
Por otro lado, la percepción general de la infraestructura española todavía no es la mejor. Comparada con otros países europeos, España sigue teniendo menos puntos de carga públicos accesibles o fiables, lo que da pie a lo que llaman ‘ansiedad por autonomía’ o miedo a quedarse tirado lejos de casa.
Tal y como comentan nuestros compañeros de AutoBild, a la pregunta que Zapmap lanzo de si volverían a un coche con motor de combustión interna, la inmensa mayoría dejó bien claro lo contentos que están con su coche eléctrico y solo un 3% reconoció que volvería a un vehículo con motor de combustión.
Sin embargo, matizar que aquí otras encuestas mencionan una tasa de arrepentimiento más alta. Por ejemplo, McKinsey informa que en torno al 29% de aquellos que tiene un eléctrico en 15 países se plantea volver a la combustión. Esto eleva hasta casi el 46% en Estados Unidos y, en España, un 29% coincide con una tasa de arrepentimiento y el 21% descarta seguir con un eléctrico.
Zapmap realizó el estudio centrándose en los puros eléctricos, todos con acceso a carga en casa y en el resto se incluyen híbridos y usuarios sin acceso doméstico a carga, de ahí esta diferencia en los datos. Al final, la experiencia más completa y satisfactoria suele darse cuando tienes un cargador en casa, porque la comodidad influye mucho en la percepción.
Con la idea de seguir mejorando, Sara Aagesen, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, recuerda que todas las partes involucradas, es decir, la administración, sector privado e industria eléctrica, están trabajando para que la experiencia mejore.
“Es el grupo del vehículo eléctrico, de la infraestructura de recarga, donde están todos los agentes, las distintas administraciones, pero también el sector, de las ‘utilities’ y el sector de los fabricantes, y yo creo que cuando identificamos una barrera lo que hacemos es trabajar para evitarla”, comenta.
Con todo esto, desde luego todavía queda mucho por hacer, aunque parece que la dirección es la correcta. Cada vez más ciudades dan ventajas a los vehículos eléctricos, como aparcamientos gratuitos o acceso a zonas restringidas para reducir emisiones.
Desde el punto de vista medioambiental, aunque los coches eléctricos no son perfectos y la producción de baterías genera impacto, siguen siendo mucho más limpios durante su uso y cuentan con sistemas de reciclaje cada vez más avanzados.
Y, por último, los fabricantes no paran de innovar para que los vehículos sean más accesibles, mejoren su rendimiento y bajen de precio. Muchas marcas ofrecen ya opciones de alquiler o venta sin batería, por lo que dar el paso hacia el eléctrico se convierte, en algunas ocasiones, en algo casi natural e inteligente.
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