No es algo tan atípico que una muerte ocurra a más de 10.000 metros de altura, dentro de un avión. Es una situación difícil y existe un protocolo a seguir para evitar que cunda el pánico o se complique aún más la situación.
El capitán Doug Morris, veterano piloto de Air Canada Dreamliner, ha arrojado algo de luz al respecto en su libro This Is You Captain Speaking.
En sus más de 35 años de experiencia de vuelo, solo ha vivido una vez este fatídico momento en el que una persona fallece en mitad de un vuelo.
De hecho deja constancia sobre lo que mucha gente piensa cuando otras personas dicen que van a coger un vuelo. En sus palabras, la mayoría imaginamos unas vacaciones paradisíacas con todo incluido en el Caribe, pero la realidad es otra.
Mucha gente asiste a funerales, busca tratamiento médico y incluso vuelan a su lugar de origen para pasar sus últimos días con sus seres queridos.
Protocolo a seguir: “Presunta muerte a bordo”
En las explicaciones Morris queda claro que la tripulación de cabina debe contactar inmediatamente con las autoridades informándoles de una presunta muerte a bordo.
Sí, suena extraño escuchar la palabra presunta, pero el piloto confirma que según el aeropuerto donde vaya a aterrizar una persona no ha muerto hasta que un doctor certifique la muerte. Hasta entonces, se trata como aparente o presunta muerte.
De hecho, en alguna ocasión la muerte ha sido del piloto y un pasajero ha tenido que aterrizar el avión.
Mientras tanto, la tripulación de cabina empieza a encargarse del cuerpo y de los pasajeros que están sentados a su alrededor. En palabras de Morris: “Esta parte es inmensamente estresante para cualquiera“.
Ahora bien, ¿qué acciones debe tomar la tripulación?
Si es posible, cambiar de sitio a los pasajeros colindantes, aunque la mayoría de vuelos suelen ir llenos. O, si fuera posible, cambiarían el cuerpo de sitio.
El procedimiento es estándar: Se cubre el cuerpo con una manta hasta el cuello, el asiento se reclina, se usa un antifaz, se pone el cinturón de seguridad y se usan almohadas como relleno para evitar que el cuerpo se mueva.
Una vez el avión aterriza, la tripulación sigue ayudando a operaciones hasta que un doctor o autoridad certifique la muerte, por lo que, legalmente habría muerto en el país de destino.
Estas medidas diferirán según la compañía o región donde se aterrice y según acuerdos IATA / EASA, pero en general hablamos del mismo protocolo.
