Estas en una ciudad desconocida y tienes que ir a una reunión de trabajo. Para llegar a la ubicación que te han pasado utilizas Google Maps, quien te lleva al supuesto punto de encuentro. Pero, una vez llegas, quieres comprobar que no te has equivocado de lugar.
En este momento lo mejor que puedes hacer es ver en Google qué aspecto tiene en el edificio al que vas y, una vez visto, abrir el Google Maps para seleccionar el modo Street View, el cual nos sitúa en el calle con una vista real del entorno.
Esto lo hemos usado todos en algún momento de nuestra vida. Además, Google está trabajando en mejorar esta herramienta con el lanzamiento de Live View, que dará mucha más información del sitio utilizando realidad aumentada y las cámaras del teléfono. Pero a lo que íbamos.
El Street View es una herramienta que nos permite situarnos en un punto y verlo todo desde el punto de vista del coche de Google Maps. De esta forma podemos ir hacia delante y hacia atrás como si fuéramos en vehículo, los cual es muy útil para ubicarnos en lugares desconocidos. El problema viene cuando al coche de Google se le olvida que tiene frenos.
Un accidente de moto en Senegal provocado por Google
Sin saber muy bien cómo hemos llegado aquí, la realidad es que si nos vamos a este punto en concreto de Senegal, en la región de Tambacounda concretamente, viviremos en primera persona cómo el coche de Google atropella a un motorista que estaba haciendo un cambio de sentido.
No queremos meternos en temas de culpables y víctimas, pero si hacemos la secuencia completa del coche, podemos observar como una moto que va en dirección contraria al coche empieza a hacer un cambio de sentido y, a mitad de maniobra, acaba siendo arrollado por el coche de Google.
La secuencia es completa: viendo cómo la moto es atropellada, el motorista sale volando, el casco salta por los aires y con un final que no conocemos, ya que al poco Street View deja de darnos imágenes de la zona.
Es muy curioso que Google no haya borrado estas escenas, puesto que reflejan un accidente claro por parte de su coche cámara y, sinceramente, parece que la culpa es del coche, que tenía tiempo de sobra para frenar al ver la moto. Esperamos que el conductor esté bien y que todo quedara en un susto y una anécdota que contar a los nietos: “el día que Google me atropelló”.