La mayoría de los adolescentes y jóvenes utilizan las redes sociales. El 45 % de ellos declara estar conectado a Internet casi constantemente, y otro 44 % afirma estar conectado al menos varias veces al día, por lo que muchos se preguntan si el uso de las redes sociales puede ser perjudicial para la salud mental.
Y es que, la adolescencia es una época en la que las conexiones con el entorno social es cada vez más importante y las grandes aplicaciones sociales como Facebook, Twitter, Instagram o TikTok ofrecen oportunidades para ello. Pueden ayudar a los jóvenes a formar amistades, a mantenerse en contacto con sus amigos y obtener apoyo social.
Sin embargo, también pueden hacer que algunas personas se sientan peor. Casi el 25 % de los adolescentes cree que las redes sociales tienen un efecto mayoritariamente negativo en su salud mental.
Muchos estudios han hallado una relación estrecha entre el tiempo dedicado a las redes sociales, así como el número de plataformas de redes sociales utilizadas, y los síntomas de depresión y ansiedad.
¿Cómo afectan las redes sociales a los adolescentes?
Como cualquier otra plataforma tecnológica, las redes sociales tienen ventajas e inconvenientes. Y cuando se trata de los efectos de las redes sociales en los adolescentes, la cosa no cambia y también encontramos pros y contras importantes a tener en cuenta.
En el lado positivo, plataformas como TikTok, Twitter, Instagram y Snapchat pueden ser salvavidas para los adolescentes que se sienten aislados o marginados, especialmente los adolescentes LGBTQ. Además, las redes sociales ayudan a los adolescentes a sentirse más conectados y no tan solos en determinados casos.
A esto hay que sumarle que estas aplicaciones ya están añadiendo novedades a sus aplicaciones con el objetivo de reducir las críticas debido a los adolescentes que pasan demasiado tiempo en las redes sociales y cómo esto afecta a su salud mental.
Por ejemplo, Instagram ha anunciado nuevas medidas para paliar estos efectos con el nuevo Modo Silencio (Quiet Mode), la función “Protección contra desnudos”, limitar la segmentación de anuncios o la restricción de acceso de los adolescentes a contenidos para adultos.
Ahora bien, el impacto de las redes sociales en los jóvenes también puede ser muy perjudicial para la salud mental. En concreto, las redes sociales y la depresión en adolescentes están estrechamente relacionadas. Además, el uso excesivo de estas aplicaciones les expone al ciberacoso, a problemas de imagen corporal y a la adicción a la tecnología.
Y aunque la mayoría de los padres creen saber lo que sus hijos publican en las redes sociales, según una encuesta de Pew Research, un sondeo entre adolescentes reveló que el 70 % de ellos oculta a sus padres su comportamiento en Internet.
Realmente no es que sea algo negativo, pero el problema viene cuando estos sufren problemas graves debido a las redes sociales y sus padres no son conscientes de ello.
En un estudio de 2018, los adolescentes de 14 a 17 años que usaban los medios sociales siete horas al día tenían más del doble de probabilidades de haber sido diagnosticados con depresión, tratados por un profesional de la salud mental o haber tomado medicamentos para un problema psicológico durante el último año.
Sin embargo, el uso responsable de los medios sociales puede aumentar las oportunidades de conexión y comunicación, aumentar la autoestima, promover la salud y acceder a información relevante sobre diversos temas.
El 43 % afirmó que el uso de las redes sociales les hace sentirse mejor cuando están deprimidos, estresados o ansiosos. Entre los jóvenes LGBTQ, el 52 % dijo que las redes sociales les ayudan a sentirse mejor cuando experimentan estas emociones tan complicadas. Como vemos, los extremos están muy marcados y sinceramente poco se puede hacer para evitarlo.
Aquí quizá el peso de la responsabilidad sobre el uso de las redes sociales debería caer primero en cómo las grandes empresas como Meta desarrollan sus aplicaciones y las medidas de seguridad que establecen para evitar estos casos negativos y, segundo, en la educación sexual, digital y social que los jóvenes reciben hoy en día.
Las ventajas son muy claras y resulta inviable separar a un adolescente de su incursión en el mundo digital y las redes sociales, pero sus inconvenientes son bastante peligrosos y es donde debemos poner el foco.