La mente humana no esta hecha para mantener una rutina diaria de 8 horas al día haciendo lo mismo día tras día. O al menos, no las mentes creativas. Y la forma que esas mentes tienen de escapar de la rutina, es con la procrastinación. Si sufres este problema, el Modo Monje puede ayudarte.
La procrastinación consiste en retrasar tareas y obligaciones que tienes que hacer, sustituyéndolas por distracciones o cosas más divertidas, que en realidad no te aportan nada. Esto puede ocurrir por aburrimiento, por pereza, o por saturación. Pero también por el miedo o el estrés que genera enfrentarte a tus obligaciones.
Procrastinar es humano, y todos lo hemos hecho alguna vez. Tienes que completar una tarea con el teletrabajo o los estudios, y te distraes con las redes sociales, o contando la veces que introduces una bola de papel en la papelera, sin fallar… y después intentas batir tu propio récord.
El problema surge cuando la procrastinación te hace retrasar tareas, o te obligar a dedicar varias horas más al día para completar tus obligaciones.
Modo Monje: un caso práctico
Es lo que le ocurría al desarrollador de software Cameron Perrin, que tal como explica en una entrevista en Business Insider, dedicaba 9 o 10 horas al día a completar un trabajo que se podía hacer en 6 o 7 horas.
Cameron trabaja como desarrollador, además de encargos adicionales como freelance. Y mantiene un blog sobre inteligencia artificial.
Reconoce en la entrevista que se distraía mucho con las redes sociales y las notificaciones del móvil, hasta el punto de no terminar el trabajo, y luego dedicar el resto de la jornada a culparse por no terminarlo. Así que decidió buscar una solución. Encontró información sobre el Modo Monje, que lleva un tiempo practicando con éxito. Asegura que ha recuperado 3 horas al día, que puede dedicar a otras cosas.
El Método Monje hace referencia a la austeridad. Hay que eliminar absolutamente todas las distracciones en un plazo fijado. Cameron comenzó con un modo Monje de 2 horas.
Despejó por completo su mesa de despacho, dejándola completamente libre. Quitó las distracciones de la sala, y sacó el móvil y la tablet a otra habitación. Se puso música ambiental para no escuchar a su perro o los ruidos del exterior, y en su ordenador solo tenía abiertas las pestañas con los proyectos que estaba trabajando.
Durante 2 horas intentaba trabajar los máximo posible sin distracciones. Para hacerlo más sencillo usaba también el método pomodoro, que consiste en trabajar 25 minutos fuerte y descansar 5 minutos, y el de “comerse una rana”, que te obliga a hacer la tarea más desagradable la primera.
Sí le venían ideas o actividades que no estaban en su lista, las apuntaba y las dejaba para otro rato.
Mejoró la productividad, así que ahora realiza dos tandas en Modo Monje en cada jornada:
- Crea una lista el día anterior con las cosas importantes que tiene que hacer
- Se levanta a las 5 de la mañana, toma un café, lee un poco la Biblia, y comienza la jornada
- 2 horas en Modo Monje
- 1 hora de descanso con un poco de ejercicio, y un segundo desayuno
- 2 Horas de modo Monje
- Revisa el correo, y hace tareas hasta completar la jornada
Asegura que con este método solo trabaja 6 o 7 horas al día, y recupera 3 horas que había perdido con la procrastinación.
No es sencillo llevar una rutina tan estricta, pero si comienzas practicando 30 minutos con el Modo Monje, y vas aumentando poco a poco, seguro que obtienes resultados positivos para desterrar la procrastinación. ¡Inténtalo!