Beyoncé y los Grammy, una tensa relación de nuevo a flor de piel

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Beyoncé es la artista más premiada en la historia de los Grammy gracias a discos que han causado terremotos culturales y remodelado los estándares de la industria.

Sin embargo, con todos estos logros a cuestas, la texana nunca ha ganado dos de los Grammy más importantes: Álbum y Grabación del año.

De nuevo, la cantante estadounidense llega a la mayor gala de la Academia de la Grabación este domingo como gran favorita, con su “Cowboy Carter“. El disco, bien recibido por la crítica, abarca varios géneros y su contenido abunda en temas sociopolíticos.

La producción está nominada para Álbum del año, una categoría que en ediciones previas Beyoncé perdió frente a artistas como Taylor Swift, Beck, Adele y Harry Styles.

La cantante de 43 años ha competido por Grabación del año nueve veces. Y casi siempre perdió frente a artistas blancos del pop y el rock.

“Si gana en la categoría de Álbum del año por ‘Cowboy Carter’, sería para mí algo similar a cuando Barack Obama ganó la presidencia”, dijo Birgitta Johnson, profesora de historia de la música y estudios afroamericanos de la Universidad de Carolina del Sur.

“Líneas de ruptura”

Según Johnson, los votantes del Grammy tienden a dejar de lado proyectos colaborativos, característica de la obra de Beyoncé, quien con frecuencia se enfoca en música negra e incorpora a sus colegas.

“Cuando observamos el pop y el R&B y otros géneros, vemos un abordaje más colaborativo, pero ese abordaje de colaboración no ha sido valorado por los votantes del Grammy”, dijo la musicóloga Lauron Kehrer.

En cambio, afirma Kehrer, sus “valores han estado más alineados con géneros como rock y alternativo, dominados por blancos”.

Kehrer sostiene que la carrera de Beyoncé muestra “líneas de ruptura en como las organizaciones piensan acerca de estilo y género, especialmente cuando se trata de raza y género”.

Y aunque la Academia amplió las categorías para promover la diversidad (de cinco nominados, pasaron a diez y luego a ocho), en la práctica los votos se dividieron y, como resultado, los artistas que no son blancos o son poco convencionales triunfan con menos frecuencia.

“Todo esto entra en juego cuando se trata de Beyoncé, esa estrella icónica global que continúa perdiendo este premio en particular”, dijo Johnson.

Sin género específico

El trabajo de Beyoncé escapa a las definiciones. Fuera de las principales categorías, sus once nominaciones a los Grammy de este año se pasean por varios géneros.

La cantante ya tiene varios gramófonos por música de baile y electrónica.

“Ella se rehúsa a ser una intérprete de una sola nota”, dijo Kehrer.

“Se siente como si ‘Cowboy Carter’ fuese un proyecto especialmente para mostrar, entre otras cosas, que ella es una artista versátil que no puede ser clasificada, y un poco también para forzar a las instituciones a prestar atención a esto”.

En este sentido, Beyoncé representa un reto para los Grammy, que deben mejorar su manera de clasificar la música para reflejar más adecuadamente las tendencias de la industria.

Y es que los Grammy necesitan a Beyoncé mucho más de lo que Beyoncé necesita a los Grammy.

Su aporte es vital para la gala, dijo Johnson, “porque así pueden mostrarse, no sólo relevantes, sino también todo lo inclusivos que dicen que tratan de ser”.

“Prueba de fuego”

En definitiva, si Beyoncé realmente quisiera las principales estatuillas de la música, trabajaría en piezas destinadas específicamente a esto.

Pero no parece ser ese su objetivo, de acuerdo con Johnson. “Ella trata de trabajar más en torno a narrativas e identidad”.

“Es una de esas pocas artistas cuya creatividad es libre, pero que también consigue propagar su visión”.

Esa visión se traslada a los artistas que sí ganan, continuó Johnson, como la consentida de la Academia, Billie Eilish, un ejemplo de cómo las generaciones más jóvenes se inspiran en Beyoncé para atravesar estilos y temas.

Aunque los Grammy no sean más que una referencia de éxito, “es difícil ignorar que son un reconocimiento significativo”, apuntó Kehrer, quien considera la gala como una “prueba de fuego”.

Beyoncé puede no necesitar la aprobación institucional, pero su triunfo le importa a los fans.

“Lo significativo de los Grammy es que nos muestran dónde estamos”, consideró Kehrer. “No sólo en la música, sino también en la política”.

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