Hacer una copia de seguridad en tu PC es bastante sencillo y es que este respaldo suele guardarse en el almacenamiento interno o el de la nube, ya sea por medio de Google Drive, OneDrive, Dropbox u otras plataformas similares en las que se pueden incluir todo tipo de formatos, como documentos, imágenes, ficheros o vídeos.
Además, también se puede hacer uso de un servidor NAS o el método para convertir tu ordenador antiguo en espacio de guardado con Nextcloud. Sea como sea, las formas más efectivas de hacer esto apuntan a que no es una buena idea optar por un disco duro SSD o HDD.
Cuando se trata de conservar elementos relevantes o hacer backup desde Windows, macOS o Linux, el hecho de usar una unidad de memoria dedicada a largo plazo, tal vez no sea la mejor opción, incluso si se trata de un disco duro externo.
En realidad, tiene muchas consecuencias que influyen en el funcionamiento del componente y también podría llegar a tal punto en el que se dañe por completo. A continuación, tienes algunos de los motivos por los que no deberías utilizarlo para estas situaciones y por qué es mejor quedarse con los servicios virtuales.
Es posible que los datos nunca se recuperen por el desgaste

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Utilizar un disco duro SSD para almacenar tus datos puede ser una desventaja porque estos componentes funcionan de una manera diferente a muchos otros. Para ser más específicos, requieren de una conexión a una fuente de alimentación para mantener energía, incluso cuando no están conectadas.
Esto se debe a que las celdas internas se deben cargar con regularidad para mantenerse en funcionamiento. Entonces, en una situación hipotética donde has almacenado elementos en un SSD para después desconectarlo y usarlo como copia de seguridad, lo más probable es que se desgaste.
Tras uno o dos años sin usar el componente, comenzaría a generar problemas y los datos no se podrían recuperar, sobre todo si la temperatura no es favorable en el sitio donde lo dejes. Sin embargo, cuando lo guardas y mantienes de forma segura, podría funcionar sin problemas.
Tienes que invertir más dinero

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A diferencia de los HDD, los SSD se mantienen en un rango de precio elevado a pesar de que ha pasado mucho tiempo y el mercado ha evolucionado. Por ejemplo, un modelo SATA SSD de 2 TB y 2.5 pulgadas vale aproximadamente 100 euros.
El M.2 SATA SSD de 2 TB y M.2 NVMe SSD de 4 TB, 140 euros y 400 euros, respectivamente. Esto quiere decir, que según el tipo y la cantidad de tamaño se aumenta considerablemente el valor, haciendo que sea una decisión muy riesgosa.
Comparándolo con plataformas de servicio en la nube, es una inversión demasiado alta. En Google One se pueden obtener 2 TB de almacenamiento por una suscripción mensual de 9,99 dólares (9,25 euros) o 119,88 (111,06 euros) y no habría riesgo de deterioro o de otra inversión aparte cuando pase mucho tiempo.
El espacio de almacenamiento es muy limitado

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En la actualidad, obtener un disco duro de 4 TB u 8 TB es algo bastante complicado y no son tan buscados por sus precios elevados. Esta sería relativamente la capacidad máxima que un usuario promedio puede llevar en su equipo, aunque se está trabajando para que sean formatos aptos y la evolución es inminente.
Contar con un componente como este para solo guardar backups o archivos no sería la mejor idea y gastar mucho dinero en ellos tampoco, por lo que termina siendo una opción inviable para la mayoría de las personas, sobre todo cuando hay otras formas de solucionar.
Teniendo en cuenta que también existe el riesgo de que se generen fallos inesperados en el SSD al no usarlo con frecuencia o por algún inconveniente, al dañarse no podrías recuperar tus elementos de ninguna forma.
Por estas razones, se recomienda optar por otras opciones, como el almacenamiento en la nube y dispositivos NAS o incluso pendrives de última tecnología de ser necesario. Así tendrás un mayor resguardo y soporte para esos datos tan importantes.
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Etiquetas: SSD, Discos duros, Datos