Para algunos niños la caída de sus dientes de leche es un momento muy emocionante, pues recibirán la visita del “hada de los dientes” o “el ratoncito Pérez”. Pero, para otros es una situación estresante imaginarse el dolor que podrán sentir al extraerse el diente, por lo que deciden prolongar el momento lo más posible, aunque esté flojo.
Tal vez muchos padres piensen que la dilatación de extracción del diente de leche no es un gran problema, pero esto puede provocar que los niños terminen teniendo “dientes de tiburón”.
En más de una ocasión hemos visto reportajes en Animal Planet o National Geographic sobre los tiburones. Estos escualos depredadores del mar poseen dientes organizados en hileras que se caen y se sustituyen rápidamente, de ahí el nombre de “dientes de tiburón”, cuando en los niños coinciden los dientes de leche y los definitivos.
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“Este fenómeno recibe su nombre porque los dientes nuevos, que son los dientes permanentes salen detrás de los dientes de leche cuando no ocurre una reabsorción de la raíz de estos o por falta de espacio y esto nos recuerdan al parecido de doble fila de dientes que tienen los tiburones” explica el odontólogo, Luis Antonio Pérez Mejía.
Aunque para muchos puede ser algo extraño, el galeno del Centro Médico Cruz Jiminián, afirma que este fenómeno suele ser muy frecuente y no hay que alarmarse, “por lo general ocurre en niños entre los 6 y 7 años cuando inician su recambio dental y suele suceder en los dientes incisivos inferiores”.
¿Se puede solucionar? El doctor Pérez Mejía resaltó que sí, por lo que en estos casos es importante la opinión de un odontopediatra.
“Es importante acudir a una consulta odontológica y que el odontopediatra pueda determinar con un diagnóstico clínico y radiográfico el tratamiento a seguir, ya que es muy importante controlar el recambio dental de los niños en su etapa de crecimiento y desarrollo para evitar problemas futuros de apiñamiento dental y malformaciones mandibular o maxilar”.