Panorama Nacional. – Cada 25 de diciembre, la República Dominicana celebra de manera no oficial pero profundamente arraigada en la cultura popular el Día Nacional del Calentao, una tradición gastronómica que reúne a las familias en torno a los sabores que quedaron de la cena de Nochebuena.
El “calentao”, como se le conoce coloquialmente, consiste en recalentar los platos típicos de la víspera navideña, como el cerdo asado, el pavo, el pollo al horno, el moro de guandules, el pastel en hoja, la ensalada rusa y otros manjares que caracterizan la mesa dominicana en Navidad.
Más que una práctica culinaria, el calentao representa un símbolo de unión familiar, aprovechamiento y celebración extendida, ya que permite compartir nuevamente alrededor de la mesa, esta vez de forma más relajada, entre risas, anécdotas de la noche anterior y encuentros improvisados con amigos y vecinos.
Desde tempranas horas del 25 de diciembre, los hogares dominicanos se llenan de aromas familiares, mientras las cocinas vuelven a encenderse y las conversaciones giran en torno a cómo quedó la fiesta, quién bailó más y quién llegó más tarde.
Para muchos, el calentao sabe incluso “mejor que anoche”, porque los sabores reposados intensifican la experiencia gastronómica.
Aunque no está establecido por decreto oficial, el Día del Calentao es considerado por muchos como una tradición nacional espontánea, que se transmite de generación en generación y forma parte del folclore moderno dominicano, reflejando valores como la convivencia, la alegría y el aprovechamiento responsable de los alimentos.
En un país donde la Navidad se vive con intensidad, música, familia y mesa compartida, el calentao se ha convertido en el cierre perfecto de la Nochebuena y en una excusa ideal para seguir celebrando la identidad y el calor humano que distingue a los dominicanos.




