El tema de la inteligencia artificial y su amplio potencial para participar en producciones de anime vuelve a la palestra años después de ser criticada por grandes directores como el cofundador y director de Studio Ghibli, Hayao Miyazaki, responsable de clásicos del anime tan queridos como La princesa Mononoke. Ahora Netflix está en el punto de mira.
Todo esto es debido a que la plataforma de streaming y Wit Studio, la productora de animación responsable de Attack on Titan, entre otros, han estrenado un nuevo cortometraje titulado The Dog & The Boy, que sigue a un niño que descubre un perro robótico antes de que una gran tragedia los separe. Es emotivo y tierno, pero lo más destacable de este corto no es el argumento, sino el hecho de que los fondos hayan sido generados por inteligencia artificial.
La plataforma de streaming no sólo ha producido un proyecto con IA, sino que ha intentado justificarlo alegando la “escasez de mano de obra” en la industria del anime. Los artistas, como no podía ser de otra forman, no se han tomado estas palabras demasiado bien.
El tuit de Netflix Japón sobre el corto explica que este método es “un esfuerzo experimental para ayudar a la industria del anime”. Una entrada de blog en la web de Netflix Japón entra en más detalles sobre el proceso.
The Dog & The Boy y unos créditos que dan protagonismo a la IA pero no a los artistas que califica como “humanos”
Tras estas palabras de Netflix, Twitter no ha tardado en arder. Muchos usuarios han llamado la atención a Netflix y WIT Studio por este cortometraje y por utilizar herramientas de IA para sustituir a los artistas que crean los fondos.
Otro de los grandes problemas ha sido el tema de la acreditación en los créditos. Y es que, en estos figura IA como cocreadora del arte de fondo y la música. El problema es que sí que hubieron humanos trabajando con la inteligencia artificial para que todo estuviese correcto. Sin embargo, el diseñador de fondos aparece como “IA (+Humano)”.
Sobre la incorporación de la inteligencia artificial en las películas, Ryotaro Makihara, su director, añadió: “Creo que en el centro de la historia está el ‘retrato de seres humanos’. Tener la última tecnología de mi lado me permitirá dedicar más tiempo como creador y volver a ese punto fundamental. Creo que esto acabará reforzando los puntos fuertes de la animación japonesa y ampliando su potencial”, comentó.
Sabiendo esto, posiblemente Netflix lo único que está haciendo es agravar aún más un problema que ya lleva existiendo desde hace años. La escasez de mano de obra a la que apunta Netflix es el resultado de prácticas laborales que hacen que la mayoría de los estudios de animación japoneses dependan de trabajadores autónomos muy mal pagados para completar el trabajo que hace posible el anime.
Si a este tipo de producciones como las de Netflix le añadimos la inteligencia artificial, a muchos artistas les preocupa la posibilidad de que esta devalúe aún más su trabajo, y se hace especialmente llamativa entre los creadores de anime.