Hay historias que es mejor no conocer, aunque, de cierta forma, sirven a todos como toque de atención a la hora de usar la inteligencia artificial como si fuese el mejor doctor del mundo. Si bien tiene una gran cantidad de información en su poder, hay que recordar que toda esta proviene de Internet, y ya todos sabemos qué es lo que uno encuentra cuando le hace preguntas Google sobre salud.
Ese fue el caso de Warren Tierney, un técnico en informática de 37 años, que comenzó a buscar respuestas en ChatGPT cuando sintió molestias al tragar.
En vez de acudir directamente al médico, optó por preguntar al chatbot de OpenAI qué podía ser. La IA, tan convincente y rápida como siempre, descartó problemas graves y animó a Warren a relajarse y no darle mayor importancia.
Sin embargo, semanas después los síntomas empeoraron y perdió peso, hasta que finalmente acudió a urgencias. El diagnóstico fue horroroso: cáncer avanzado con metástasis.
Si bien es cierto que este es un caso entre muchos, de nuevo deja claro que el ser humano es el que realmente tiene la capacidad de evaluar a la perfección a otro ser humano. La IA, en este, y en otros tantos casos, puede echar una mano, pero nunca como sustituto de las personas.
Eso sí, al César, lo que es del César. Según un estudio de la Universidad de Binghamton, ChatGPT consigue identificar enfermedades y dar información de calidad con una precisión del 88% al 97% siempre que se trate de cuadros claros. El problema viene cuando el usuario describe síntomas ambiguos, como suele ocurrir en la vida real: la IA no tiene contexto, ni capacidad visual para valorar la gravedad.
Teniendo en cuenta la tendencia de primero ChatGPT, luego el médico, y los terribles resultados que esto podría dar pie, los profesionales insisten en que estas herramientas sirven como apoyo informativo y para entender de cierta forma los síntomas más básicos, pero nunca deberían usarse para autodiagnóstico o tomar decisiones sobre tu salud.
Trucos para usar ChatGPT para temas de salud de forma segura, según médicos y especialistas
Teniendo en cuenta que, en muchas ocasiones, resulta inevitable recurrir al famoso Doctor Google o a la inteligencia artificial, los médicos han recogido una serie de consejos para, primero, evitar sustos innecesarios y, segundo, no confundir diagnósticos.
1. Empieza por lo general, no por el diagnóstico: el chatbot te ayuda a entender qué es una enfermedad, cómo funciona un tratamiento o por qué se recomienda cierto estilo de vida, pero nunca está preparado para decirte qué tienes exactamente.
2. Aclara tu contexto, pero nunca des datos delicados: está bien mencionar tu edad, sexo o alguna condición, si quieres respuestas más detalladas, pero nunca pongas resultados médicos privados, nombres o información tuya muy concreta.
3. Pídele que traduzca tus informes médicos: si tienes un papel médico con palabras complicadas, deja que ChatGPT te explique qué significa con palabras sencillas.
4. Utilízalo como guion antes de ir al médico: deja que la IA te ayude a preparar preguntas sobre tus síntomas, pruebas o tratamientos antes de la cita.
5. No busques segundas opiniones médicas: por mucho que parezca fiable, ChatGPT no tiene acceso a tu historial ni puede ver tus pruebas reales. Si tienes dudas importantes, siempre toca consultar a un especialista humano.
6. Confirma la información en fuentes oficiales: usa lo que te dice el chatbot como punto de partida, pero compruébalo después en sitios fiables y 100% seguros.
7. Aprende sobre tratamientos y efectos, pero nunca te automediques: jamás tomes decisiones sobre dosis o inicies un tratamiento solo por lo que dice ChatGPT. No es un farmacéutico o alguien especializado en el tema, recuérdalo.
8. Consulta siempre a un médico después de usar la IA: si las respuestas de ChatGPT te preocupan, no te quedes solo con la interpretación del chatbot. Ve al médico, aunque eso sí, sin miedo porque, como suele ocurrir en muchas ocasiones, podrían exagerar demasiado con algo que no es especialmente relevante.
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Etiquetas: Consejos, Inteligencia artificial, Salud
