Elon Musk abandona para rescatar a Tesla: “Si Estados Unidos sigue cayendo, todos caeremos con él”

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Elon Musk ha dado un giro de 180 grados en su forma de actuar. Tras meses como asesor estrella de Donald Trump en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), el magnate ha anunciado que reducirá bastante su tiempo en política a partir de mayo para centrarse en Tesla

La razón es bastante clara: las ventas de la compañía cayeron un 13% en el primer trimestre de 2025, el beneficio se desplomó un 71% —hasta 409 millones de dólares—, y los manifestantes anti-Tesla se multiplicaron. 

“Si EEUU sigue cayendo, todos caeremos con él”, declaró Musk, mezclando un patriotismo que parece ya casi forzado con una urgencia empresarial que exige su presencia —y los inversores están que arden—.

La reacción en bolsa fue de alivio, con las acciones subiendo un 5% tras horas de subidas y bajadas, pero el problema es mucho más profundo que unas simples palabras de ‘vuelta a la normalidad’

Elon Musk ha admitido por fin que su rol político estaba espantando a los clientes: “Algunos grupos reciben dinero fraudulento para atacarnos”, acusó. Mientras, Tesla está chocando con una dura realidad de 19.335 millones de dólares en ingresos, un -9%, y un desplome del 20% en ventas de coches.

Donald Trump aranceles

“Nunca una marca de coches había quemado su reputación tan rápido”

Su papel en el gobierno de Trump y sus polémicas declaraciones han pasado una dura factura a la marca de coches eléctricos más famosa del mundo.

Ryan Brinkman, analista de JPMorgan, lo tiene claro: “Nos cuesta pensar en algo parecido en la historia de la industria automotriz, que una marca haya perdido tanto valor tan rápidamente”. Y lo peor es que el boicot contra Musk no se limita a un solo país, sino que se está viendo en todas partes: Europa, EEUU y China.

Pero el daño va más allá de lo financiero y la marca de coches eléctricos está perdiendo su estatus de marca de lujo y pasando a competir en el segmento de mercado medio. La compañía que nació como símbolo de sostenibilidad e innovación se ha convertido en algo mediocre y que no genera la misma exportación que en sus comienzos.

El 2025 será el año más importante para Tesla

Musk ha prometido un plan con tres pilares: la conducción autónoma total con el lanzamiento de un robotaxi en Austin en junio, el robot humanoide Optimus con la producción de “varios miles” de unidades este año y un Tesla barato de 25.000 dólares. 

Sin embargo, la promesa de la autonomía total suena ya a risa e incluso él mismo ha reconocido sus errores también en este campo. Vendió el sueño de la conducción autónoma como algo que estaba a punto de llegar y ni se le espera. 

Sin ir más lejos, en enero de 2025, Musk soltó la bomba: los coches eléctricos necesitarán un nuevo ordenador o sistema para conseguir la autonomía prometida.

En una anterior conferencia con inversores, el multimillonario fue claro: “Vamos a tener que mejorar los ordenadores del Hardware 3. No será fácil ni agradable”. El plan incluye un programa piloto en Austin, Texas, con el nuevo Hardware 4, pero los detalles sobre cómo y cuándo se actualizarán los vehículos antiguos siguen muy en el aire.

Elon Musk Tesla

Lo irónico es que, técnicamente, ni siquiera el Hardware 4 ofrece aún conducción totalmente autónoma. Las regulaciones en EEUU y, sobre todo, Europa, aún prohíben circular sin supervisión humana, algo que choca de frente con toda la palabrería que Tesla usó para vender el FSD.

Y, mientras tanto, la relación de Musk con Trump sigue generando más sombras que luces para la marca. Después de todo, como empleado especial del DOGE, el magnate sudafricano accedió a datos sensibles y se puso al frente para llevar a cabo grandes recortes

Trump ya había advertido: “Elon tiene empresas que dirigir. Llegará un momento en que tendrá que marcharse”. Ahora, Musk dedicará “uno o dos días semanales” a la Casa Blanca, frente a los cinco actuales, con la prioridad de luchar por aranceles bajos, aunque reconoce que “la decisión final es de Trump”.

La situación pende de un hilo a punto de romperse y, por si fuese poco, la fuga de talento está agravando la crisis de Tesla. Dos de sus principales diseñadores, David Imai y Bernard Lee, han abandonado la empresa en un momento crítico de diseño, ventas, seguridad y control de calidad. 

Por ejemplo, casi un 25% de los Model 3 no pasan la primera inspección en Dinamarca y Alemania, lo que no ayuda a mejorar la imagen de la marca. La compañía necesita urgentemente hacer algo para cambiar  esta situación, pero el problema está en casa y tiene nombre y apellidos: Elon Musk.

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Etiquetas: Coche eléctrico, Tesla, Estados Unidos, Elon Musk

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