Un informe de Bloomberg recoge los testimonios de empleados de Google, que afirman que su inteligencia artificial Bard es “peor que inútil” y “una mentirosa compulsiva“. Pidieron a la compañía que no la lanzase, pero supuestamente Google dejó a un lado la ética para no perder la carrera con ChatGPT y Microsoft.
La inteligencia artificial es un gran negocio aún sin explotar. Y, aún más importante, hace tambalear el dominio de 20 años de Google, en el campo de los buscadores. Desde que Bing, un buscador que estaba prácticamente muerto, ha implantado ChatGPT, vuelve a competir de tú a tú con el intocable buscador de Google.
Hace unos días surgió el rumor de que Samsung iba a abandonar el buscador de Google en sus móviles, para usar Bing con ChatGPT. Dicen que cuando Google se enteró, el sentimiento en la compañía fue de pánico.
Verdad o no, la realidad es que ChatGPT y y DALL-E de OpenAI, con el apoyo de Microsoft, están liderando la inteligencia artificial mainstream. No solo en el buscador, sino en la reciente integración de la IA en Office. De pronto, las herramientas y servicios de Google se han quedado anticuados para muchos usuarios, deslumbrados por el carisma de la inteligencia artificial.
Google Bard y el problema de la ética
Para intentar contrarrestar el empuje de ChatGPT, Google lanzó Bard, su propia IA basada en texto. Pero ya el día de la presentación las cosas no fueron bien, produciendo algunos resultados desastrosos. Análisis independientes han comprobado que es menos fiable y tiene menos funciones que ChatGPT.
Ahora, un informe de Bloomberg que nos llega vía The Verge, desvela la intensa lucha que tuvo lugar en Google, con un grupo de empleados pidiendo desesperadamente que no se lanzase Google Bard.
Bloomberg ha entrevistado en secreto a 18 empleados, y ha tenido acceso a capturas de mensajes internos, en donde puede verse que empleados de la compañía califican a Bard de “peor que inútil“, y la acusan de ser una inteligencia artificial “mentirosa compulsiva“.
Estos empleados asegura que Bard ofrece malos consejos en cuestiones críticas como pilotar un avion o practicar submarinismo, que pueden costar vidas. También dicen que Google ignoró informes éticos, y decidió lanzar Bard lo antes posible.
“El gigante de las búsquedas de confianza en Internet está proporcionando información de baja calidad en una carrera por mantenerse a la altura de la competencia, mientras da menos prioridad a sus compromisos éticos“, concluye el informe de Bloomberg.
Pero la compañía dice todo lo contrario. Brian Gabriel, portavoz de Google, asegura en el mismo medio que “la ética de la IA sigue siendo una prioridad. Seguimos invirtiendo en los equipos que trabajan en la aplicación de nuestros Principios de IA a nuestra tecnología“.
Los propios empleados de Google acusan a la inteligencia artificial generativa de la compañía, Bard, de ser “peor que inútil“, y “una mentirosa compulsiva“. Google dice que la ética es su máxima prioridad. Hace falta una ley que regule la IA, de forma urgente.
