El concepto de honor estaba tan arraigado en los samuráis japoneses, que muchos de ellos se quitaron la vida mediante el ritual del seppuku, también llamado harakiri. Un organizador de eventos pensó que era una buena idea organizar un concurso de seppuku en Matsue (Japón), pero la gente se ha echado las manos a la cabeza.
El castillo de Matsue fue refugio y fortaleza de los samuráis hace unos cuantos siglos, así que cada año se organizan festivales y actos culturales en Matsue, para honrar la memoria de estos guerreros japoneses.
Cuando un samurái cometía un acto que suponía una falta de honor, o fallaba a su señor, se practicaba el seppuku, también llamado harakiri. En este ritual el samurái se ponía de rodillas, o se sentaba en el suelo, y se clavaba una espada corta en el estómago, acabando con su vida. Un ritual sagrado que ahora quieren convertir en concurso.
El concurso de seppuku, en Matsue, cancelado
Todos los años, por estas fechas, se celebran en la ciudad de Matsue diversos actos culturales asociados a los samuráis. El pasado 9 de noviembre, apareció este mensaje en la prensa local, que se viralizó en X:
“Buscamos participantes para un concurso de seppuku que se celebrará en la Terraza Dandan del Ayuntamiento de Matsue el 14 de diciembre (sábado).
Después de cometer seppuku con una espada de plástico, por favor demuestre sus habilidades de actuación retorciéndose durante 30 segundos a un minuto. La persona con la actuación más vívida será nombrada campeona. Está prohibido el uso de sangre falsa”.
Como es lógico, mucha gente en Japón se ha sentido escandalizada por este concurso. Unos creen que es irrespetuoso con el ritual sagrado de los samuráis. Otros, que podría fomentar el suicidio en personas con depresión que ven el concurso.
Lo que más ha extrañado, es que el concurso de harakiri se iba a llevar a cabo en una propiedad gubernamental, como es la Terraza Dandan del Ayuntamiento de Matsue.
El ayuntamiento reaccionó rápidamente, organizando una rueda de prensa en donde aseguró que solo había dado permiso para celebrar un mercadillo tradicional en la terraza, no un concurso de seppuku.
Al organizador del evento no le quedó más remedio que salir al paso. Ha emitido un comunicado explicando que la idea fue de una chica que iba a vender espadas de plástico retráctiles en el mercadillo. Pensaron que sería divertido organizar el concurso para promocionar las espadas de samurái de juguete:
“Hemos recibido correos electrónicos de personas que nos dicen que aprueban la idea y quieren participar, pero creemos que celebrarlo podría contribuir a que el ayuntamiento perdiera la confianza en nosotros, por lo que cancelamos el concurso”.
Es difícil entender dónde está el lado divertido de un concurso de seppuku, tratándose de un ritual de suicidio que resultaba dramático para la persona que lo practicaba. Otros piensan que un concurso con tono humorístico, tampoco hace mal a nadie. ¿Quién tiene razón?
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