Entre los globos blancos, aplausos y cantos de sus emblemáticos merengues “Volveré” y “Perro ajeno”, entonados por el pueblo, así fue retirado del lobby del Teatro Nacional Eduardo Brito el ataúd con el cuerpo del merenguero Rubby Pérez, mientras eran trasladados para darles cristiana sepultura en el cementerio Puerta del Cielo.
Ante las familias, sus hijos y hermanos, con globos blancos en las manos, rindieron un emotivo homenaje al artista, que perdió la vida en momentos que amenizaba su última fiesta en la discoteca Jet Set Club, la madrugada del martes.
El carro fúnebre que trasladó al cuerpo sin vida del merenguero, conocido como “La Voz más alta del merengue”, fue acompañado por una caravana de vehículos y una batería de periodistas que le rinden el último adiós al artista.
Desde la tarde de ayer, personalidades del merengue llegaron hasta la funeraria Blandido, en donde se efectuó un velatorio privado. Sergio Vargas, Pchy Familia, Miriam Cruz, Ramón Orlando, Dioni Fernández y otros pasaron a darle un último adiós.
Hoy, desde las diez de la mañana, el féretro estuvo expuesto en el lobby del Teatro Nacional, en donde se le rindieron las honras fúnebres que encabezó el presidente de la República, Luis Abinader, junto a su esposa Raquel Albaje, el ministro de la presidencia José Ignacio Paliza y el ministro de cultura Roberto Ángel Salcedo.
Durante el transcurso de la mañana, su hija y corista de la orquesta, Zulinka Pérez, interpretó la última canción “Color de Rosa”, que cantaba su padre al momento de morir. También en medio del dolor interpretó “Cuando se ama” de Laura Pausini. De igual manera, sus hermanos Micaías y Lidia Pérez entonaron una alabanza cristiana. A Rubby le sobreviven siete hijos.