Poca gente debe quedar en el mundo que desconozca ChatGPT (al menos les sonará su nombre). El boom de ChatGPT es innegable al igual que sus múltiples funciones. Esta herramienta IA de OpenAI ha llegado para quedarse y las grandes dudas ahora acechan las mentes de algunos por la posibilidad de que acabe relevándoles de sus puestos de trabajo.
Ahora veremos si algunos empleos pueden verse amenazados por ChatGPT, pero el que sí ya ha dado la voz de alarma es Google.
Y es que, recientemente los cimientos de esta compañía han empezado a tambalearse y la dirección de Google ha declarado el lanzamiento de ChatGPT de Open AI como un “código rojo”, lo que equivale a activar la alarma de incendios. En pocas palabras ya están viendo que esta inteligencia artificial tiene un gran potencial.
Durante años se ha temido en todo el mundo a la inteligencia artificial, la tecnología y su inminente “conquista del mundo” y parece que ahora casi más que nunca con la llegada del imparable ChatGPT, que, además, ya sabemos que pronto será de pago.
¿Podría ChatGPT mandarnos a la cola del paro?
Como ya decimos, muchos ya afirman que Google ha muerto, pero claro, todo esto no se queda aquí y son otros tantos los que consideran que los empleos humanos también están en peligro.
The Guardian, por ejemplo, proclamaba que “profesores, programadores y periodistas podrían quedarse sin trabajo en pocos años”. Otra opinión, de la Australian Computer Society, Information Age, sugería lo mismo. The Telegraph anunciaba que el bot podría “hacer tu trabajo mejor que tú”.
Sin embargo, no sabemos si es por el clickbait o realmente lo consideran, pero parece que está cundiendo el pánico más de lo que debería. Un ejemplo muy sencillo para que entiendas por dónde va nuestra opinión: un reportaje de 2015 de la BBC destacaba cinco trabajos que los robots robarán primero: taxistas, trabajadores de fábricas, periodistas, médicos y el puesto de coctelero.
Pese a esto, ahí los tienes y con una necesidad cada vez mayor de presencia humana en estos sectores y si no que se lo digan a Apple que cada vez contrata más gente en sus fábricas (100.000 nuevos trabajadores para aliviar la presión de la producción).
Eso sí, desde luego esta tecnología puede ser una herramienta útil para principiantes que no saben ni por dónde empezar e incluso como ayuda para que los programadores escriban código más rápido.
Desde luego, por muy top que sea ChatGPT (porque realmente lo es, pese a algunos fallos, que irán mejorando), conviene recordar que, por muy impresionantes que sean las IA actuales, también son muy especializadas y, en consecuencia, limitadas. Incluso Sam Altman, CEO de OpenAI, que produjo ChatGPT, lo ha confirmado.
“ChatGPT es increíblemente limitado, pero lo suficientemente bueno en algunas cosas como para crear una impresión engañosa de grandeza. Es un error confiar en él para cualquier cosa importante en este momento. Es un avance del progreso; tenemos mucho trabajo por hacer en robustez y veracidad”, escribió en un tweet.
A los humanos hay una cosa que se nos da especialmente mal: predecir el futuro
Es bastante demostrable que a los humanos eso de predecir lo que va a ocurrir con ciertas innovaciones o cómo se nos plantea el futuro, es un tema que todavía tenemos pendiente de mejorar. Como muy bien dijo Bill Gates: “Siempre sobrestimamos el cambio que se producirá en los próximos dos años y subestimamos el que se producirá en los próximos diez”.
Lo mismo ocurre con ChatGPT en este caso. Es cierto que vende muy bien el alarmismo y es una posibilidad que, como con todo, existe y como tal hay que exponerla, pero siempre con cautela. Muchos medios ya hablan del fin del periodismo o del escritor por culpa de la inteligencia artificial, cuando la realidad dista mucho de ese punto.
En 2012, Kristian Hammond predijo que el 90 % de las noticias las escribiría un algoritmo en 15 años. Aún no hemos llegado a esa marca, pero la evidencia con ChatGPT es que a la IA aún le queda camino por recorrer. Sebastian Moss, redactor jefe de la publicación especializada DatacenterDynamics, intentó utilizar ChatGPT para escribir una noticia a principios de este mes, y esta es su conclusión.
“La IA es terrible a la hora de elegir un bando: sus artículos son muchas listas de pros y contras sin recompensa. Le faltan conocimientos técnicos y a menudo confunde las cosas. No sabe nada de actualidad, y no dice nada nuevo… El artículo está más cerca de un trabajo escolar que de una revista del sector”, escribió Moss.
Es innegable que el mundo poco a poco está cambiando y la inteligencia artificial va a ser uno de los grandes actores en todas estas novedades. Sin embargo, vayamos con calma porque por el momento, en vez de sustituirnos, lo único que está haciendo es mejorar nuestra calidad de trabajo.
En pocas palabras, esto lo que supondrá dentro de varios años es que los puestos de nivel básico que incluyen tareas muy repetitivas empiecen a desaparecer, mientras que en su lugar surgirán funciones centradas en tareas complejas con salarios mucho más competitivos, así que todos ganamos.
Con el tiempo estas herramientas acabarán convirtiéndose en un aliado más como puede ser el traductor o los correctores gramaticales, pero parece que hasta ahí podemos leer si intentamos hacer una predicción objetiva del futuro.
Si algún día nos encontramos en un mundo en el que todo el código lo escribe la IA, posiblemente habrá un nuevo puesto de trabajo: “Arquitectos de preguntas de IA”. Estas personas construirán las preguntas para ChatGPT u otras IAs que genere el código correcto. Al final siempre será necesaria la presencia humana, de una u otra forma.