La basquetbolista Esmery Martínez está a punto de hacer historia para el país, cuando se convierta en la primera jugadora netamente dominicana en ser drafteada para jugar en la WNBA.
Pese a las proyecciones y expectativas que hay a su alrededor, Esmery prefiere mantener los pies en la tierra, sin que nada le perturbe y le quite la paz.
“Eso del draft me estresa, pero al mismo tiempo estoy tranquila. Confío mucho en Dios y no me voy a preocupar por cosas que no debería y que solo Dios sabe lo que pasará”, dijo Martínez sobre el tema, “pero aún así estoy emocionada”.
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Para la atacante de las Wildcats de Arizona, en el baloncesto colegial de los Estados Unidos, llegar a la WNBA es de suma importancia, ya que quiere seguir demostrando de qué está hecha y para lo que está preparada.
“Llegar sería un gran logro. Quisiera llegar hasta allá para ayudar a mi familia y a muchos talentos dominicanos”, señaló la nacida en Hato Mayor del Rey.
Esmery tiene como inspiración a su madre Grece y su abuela Altagracia.
“Estar aquí significa mucho para mí y mi familia, porque quiero garantizar un mejor futuro”, agregó.
Explicó que estar donde ha llegado servirá de motivación a otras chicas para que vean que existen otras oportunidades de superarse.
Revela que nunca soñó con lo que está viviendo hoy día, pero que a través de los estudios y el baloncesto ha llegado lejos y asegura que lo está disfrutando.
No le baja
A pesar de estar proyectada para ser seleccionada en primera ronda, Esmery manifiesta que debe seguir trabajando para lograr más éxitos en su carrera.
Habló sobre su madurez como persona y que tanto le ha ayudado estar jugando a un máximo nivel.
“He madurado mucho, antes me frustraba por sencilleces, pero ahora me mantengo positiva haciendo las cosas que puedo”, destacó.
Más allá del basket
Martínez, quien está cursando una licenciatura en Estudios Interdisciplinarios con especialización en Comportamiento Social y Comprensión Humana, tiene una pasión más allá del baloncesto y es el diseño de modas, anhela en un futuro tener su propia línea de ropa.
La jugadora de 23 años de edad, valoró en gran manera el apoyo que recibió desde sus inicios de la Fundación Minaya, quien le ayudó a gestionar una beca de estudios en Estados Unidos.
Uno de los mejores momentos que ha vivido Esmery en su andar por el baloncesto fue en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, cuando ganó medalla de plata con la selección dominicana.
Sin importar lo que ha logrado, Martínez se mostró preocupada por el poco apoyo que recibe el baloncesto femenino dominicano para ser desarrollado, señaló que debe existir mayor interés para promover nuevos talentos.
