Es obvio que hoy en día el streaming y las descargas están imponiéndose cada vez más al formato físico tradicional. Sus ventajas son evidentes, pues que así el entretenimiento no ocupa espacio y resulta rápido y accesible de consumir. No obstante, tampoco faltan aquellos que advierten de los peligros de confiar exclusivamente del contenido en línea.
En realidad, si uno se fija en profundidad, existen razones por las que no deberías deshacerte de tus discos ni DVD antiguos. Por mucho que estos formatos puedan parecer obsoletos, en realidad esconden beneficios que tienden a pasarse por alto con demasiada frecuencia.
¿Por qué no deshacerte de tus discos ni DVD antiguos?
Hoy en día, con la cantidad de propuestas al más puro estilo Netflix o Amazon Prime Video, por citar solo dos de las muchas plataformas de streaming que existen, parece que guardar tu colección de discos, DVD o CD es algo poco menos que anacrónico. Sin embargo, no es del todo así.
Más allá de que puedas ser más o menos coleccionista, es indudable que al poseer productos físicos desarrollas un cierto sentido de propiedad que, en el mundo digital, se pierde. Pero un sentido de propiedad que, si se analiza, está totalmente fundado.
La desaparición de una película o un disco en una plataforma cualquiera de streaming o de Internet, puede hacer que dejes de tener acceso a estos artículos.
Por no hablar de que cualquiera, en un momento dado, puede “meter mano” en la obra. Es decir, que si por la razón que sea (la censura, por ejemplo) se quiere cambiar cualquier detalle de una obra clásica, ya te será imposible acceder a ella como fue concebida en su momento, a no ser que dispongas del DVD o disco original.
Por supuesto, también conviene hablar de calidad. Cualquier amante de la música, por ejemplo, sabe que la calidad del sonido de los discos de un CD es superior en comparación con muchos formatos de digitales. Y lo mismo sucede cuando se trata de la mayoría de películas. Disfrutar de ellas en DVD o Blu-Ray suele ser una experiencia superior a hacerlo en streaming.
Todo cambia y todo vuelve
Antes se ha mencionado de pasada el tema del coleccionismo, pero tampoco se trata de un asunto baladí. Muchos videojuegos antiguos llegan a alcanzar hoy en día los cientos o incluso miles de euros en el mercado de segunda mano. Incluso algunas cintas de VHS, que parecían condenadas a la desaparición más absolutas con la llegada de nuevos formatos, se han revalorizado de manera sorprendente.
Por no hablar de los propios vinilos, que perdieron vigencia ante la llegada del CD (más resistente, más pequeño y con mejor sonido, al menos para muchos) y que de un tiempo a esta parte han regresado con una fuerza inesperada. Si ambos formatos lo han hecho, ¿por qué no podría suceder lo mismo con el DVD o con el CD?
Finalmente, tampoco hay que olvidar que el proceso de comprar algo e incluso tocarlo para ponerlo en un reproductor, genera una recompensa mayor para cualquiera que, simplemente, acceder a un contenido online. Como suele decirse en estos casos, la vía más rápida no siempre resulta la más placentera, ni la que más se recuerda después.
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Etiquetas: música en streaming, Netflix, Cine