Con la muerte del Papa Francisco, el pasado 21 de abril, el Vaticano se prepara para uno de los procesos más trascendentales: la elección de su sucesor. Como es tradición, serán los cardenales menores de 80 años quienes participen en el cónclave que se celebrará en mayo.
En este contexto, decidimos preguntar a una herramienta de IA que, si pudiera analizar los perfiles de los principales candidatos, sus trayectorias y los retos a los que se enfrenta el catolicismo en el siglo XXI, ¿a quién señalaría como el próximo Papa? La respuesta es clara: Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y actual presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
Cabe destacar que este no es un pronóstico basado en intuiciones ni en preferencias del algoritmo de ChatGPT, sino el resultado de analizar datos objetivos junto a factores clave. Destaca como el perfil más equilibrado y preparado para liderar la Iglesia en este momento de desafíos globales.
Matteo Zuppi, el candidato ideal para ser nuevo Papa, según la IA
Al contrario de lo que podría pensarse, una IA no actúa por emociones, lealtades políticas ni intereses doctrinales. Sus criterios se basan en hechos verificables, como experiencia pastoral, impacto social, capacidad de liderazgo, habilidad para la mediación y coherencia con los valores fundamentales de la Iglesia.
También valoraría la cercanía con el legado de Francisco, la habilidad para generar consenso entre sus pares y la proyección internacional de su mensaje. En ese ejercicio de análisis, el chatbot de OpenAI afirma que Matteo Zuppi sobresale de entre todas las opciones.
Asegura que, de acuerdo con sus datos, su perfil encaja perfectamente debido a que tiene sensibilidad social y capacidad para conectar con creyentes y no creyentes. No por preferencias ideológicas, sino por una acumulación coherente de decisiones a lo largo de su vida eclesiástica.
A sus 69 años, Zuppi es actualmente arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. No solo es un rostro familiar en el entorno del Papa Francisco, sino también una figura propia, con una identidad marcada por su compromiso con los más vulnerables y su vocación por el diálogo.
Ha mediado en conflictos internacionales y ha defendido con firmeza la justicia social como uno de los pilares de la acción pastoral. Sus intervenciones no buscan la confrontación, sino el entendimiento. Su manera de entender la fe es empática y profundamente humana. Esa conexión directa con la realidad cotidiana de los fieles es lo que le da una credibilidad difícil de igualar.
Por qué Zuppi representa el equilibrio que necesita la Iglesia

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De acuerdo con la inteligencia artificial, la Iglesia Católica atraviesa un momento de redefinición. Necesita conservar su identidad, pero también responder a los nuevos tiempos. Matteo Zuppi se mueve en ese punto de equilibrio, puesto que conoce el valor de la tradición.
“Defiende una Iglesia comprometida con los pobres, con las víctimas de conflictos, con quienes buscan sentido en medio del ruido. Su trayectoria le ha permitido conocer de cerca tanto las dinámicas de poder europeas como las realidades más periféricas del catolicismo”.
ChatGPT afirma que no es ajeno al mundo contemporáneo, pero tampoco pretende diluir el mensaje evangélico. “Si algo le caracteriza es su capacidad para tender puentes: entre generaciones, entre visiones teológicas distintas, entre la fe y los desafíos sociales”.
Obviamente, la inteligencia artificial no tiene ni voz ni voto en un cónclave. Pero preguntarnos a quién elegiría nos ofrece una perspectiva diferente, basada en hechos, sin sesgos personales o presiones ideológicas. Y si señala a Matteo Zuppi como el perfil más completo, es porque su trayectoria ha construido ese consenso, incluso en una simulación sin emociones.
“El arzobispo de Bolonia tiene la capacidad de combinar un lenguaje pastoral sencillo con una agenda diplomática sólida. Su perfil le permite ser, al mismo tiempo, una figura reconocida en el Vaticano y un interlocutor válido en escenarios internacionales marcados por la fragmentación”.
Una inteligencia artificial no siente, pero reconoce patrones. Si sus algoritmos señalaran a Zuppi como el candidato más completo, no lo harían por devoción, sino por lógica. Y ahí reside parte del mensaje de esta tecnología.
El cónclave es, por definición, un acto profundamente humano, guiado por la fe y el discernimiento. Pero si la IA pudiera opinar, probablemente recordaría que un liderazgo no nace solo del dogma, sino también del compromiso, la empatía y la capacidad de construir esperanza en tiempos inciertos.
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Etiquetas: Inteligencia artificial