Göbekli Tepe: el inexplicable yacimiento que cambia nuestra percepción sobre el ser humano

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En el punto más alto de una cadena montañosa ubicada en el sudeste de Turquía, se levanta lo que llaman colina del ombligo y que está sujeta a un sinfín de conjeturas. Parece que es un santuario, o sería mejor decir que probablemente lo fue en otro tiempo. Los turistas se quedan impresionados cuando lo ven, aunque se trata de un simple conjunto de piedras calizas que en otro tiempo fueron algo más profundo y mágico. Es Göbekli Tepe, y cambia por completo la concepción que tenemos de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

Göbekli Tepe es un auténtico misterio, con muchas preguntas y pocas respuestas. Fue levantado entre 9.600 u 8.200 años antes de Cristo como tarde y, sin que se sepa el motivo, fue deliberadamente enterrado en algún momento de la historia antigua, permaneciendo olvidado durante unos 10.000 años. Lo más misterioso de todo ello es que el lugar se utilizó en los albores del Neolítico, en una época en la que, según las ideas que tenemos de nuestros antepasados, no había medios ni conocimientos suficientes para edificar tal construcción.

El lugar apareció en los albores del Neolítico, en una época en la que no había medios ni conocimientos suficientes para edificar

Antes de la rueda o la escritura estaba Göbekli Tepe, en un momento en que los humanos todavía eran cazadores recolectores. Los prehistoriadores consideraban hasta antes de su descubrimiento que la revolución en el Neolítico provino con el advenimiento de la agricultura, pero, a día de hoy, no tienen claro si fue la agricultura la que hizo que la gente se estableciese o fue más bien al revés. Para añadirle más misterio al asunto, el complejo monumental está construido como hemos señalado en la cima de una montaña rocosa, muy lejos de cualquier fuente conocida de agua. Se necesitó, por tanto, un grupo muy grande de gente para concebirlo, y, al encontrarse tan lejano de cualquier punto que pudiera relacionarse con la vida, su excavador original (el alemán Klaus Schmidt) lo describió como el primer templo del mundo.

Un santuario anterior a la escritura o la rueda

¿Son las ruinas de Göbekli Tepe las primeras muestras de las creencias en lo divino? ¿Pudo ser realmente el primer templo del mundo, erigido siete milenios antes que las pirámides de Giza y 6.000 años antes que Stonehenge? De alguna manera que nadie puede explicarse todavía, sus constructores tallaron y transportaron piedras de 16 toneladas a lo largo de una montaña, en un momento en que ni siquiera había ruedas o se habían domesticado los caballos.

Los pilares tienen forma de ‘T’ y podrían representar figuras humanas (o dioses) que miran a una zona común

El posible santuario fue, en otro tiempo del pasado siglo, desdeñado por los arqueólogos y considerado de poco interés. Por aquel entonces, creían equivocadamente que podía venir de la época bizantina. Tuvo que ser Schmidt el que se cerciorase de que el complejo era mucho más antiguo de lo que al principio se había creído. Los pilares tienen forma de T y podrían representar figuras humanas (o dioses) que miran a una zona común, como si estuviesen realizando un ritual o ceremonia. Las superficies tienen bajorrelieves que representan todo tipo de animales (escorpiones, leones, jabalíes), pero no se representan siendo cazados por los hombres, sino que más bien parecerían proteger a las figuras humanas de manera simbólica.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Además, la construcción se hizo en círculos de una increíble complejidad geométrica. De hecho, los anillos (unos dentro de otros) siguen un patrón geométrico tan perfecto que de nuevo plantea muchas preguntas, pues resulta demasiado avanzado para la imagen que se tiene de los cazadores-recolectores del Neolítico. Otra explicación de por qué debía tratarse de un santuario es que Schmidt y su equipo no han encontrado hasta ahora ningún indicio de asentamiento en la zona (ni casas ni fogones ni basura). Y una curiosidad más: los primeros círculos, construidos miles de años antes que los últimos, tienen más complejidad y están mejor hechos, lo que tampoco parece tener mucha lógica.

Y, de pronto, por algún motivo desconocido, aquellos que lo habían construido decidieron abandonar el lugar más anacrónico del mundo

Y, de pronto, por algún motivo desconocido, aquellos que lo habían construido decidieron abandonar el lugar más anacrónico del mundo, que permaneció sepultado y olvidado durante miles de años.

¿El jardín del Edén?

Por supuesto, ante un misterio tal, han surgido muchas leyendas. Por un lado, la cultura sumeria cuenta la historia de los Apkallu, siete sabios mesopotámicos antediluvianos a los que envió el dios Enki para que aprendieran la agricultura, la construcción de templos o la escritura. Irremediablemente parecidos a los nefilim bíblicos, en ellos han querido ver los amantes de las teorías de la conspiración una explicación plausible a esos conocimientos de los humanos que, según la teoría oficial, no deberían tenerse. (Y los álienes siempre son otro clásico de estas teorías. Ante cualquier suceso sin una explicación clara, lo mejor es pensar en álienes, especialmente si está relacionado con Sumeria).

placeholder Entre el Tigris y el Éufrates, en una cadena montañosa...
Entre el Tigris y el Éufrates, en una cadena montañosa…

Pero hay algo más, aquellos que interpretan los relatos bíblicos de manera literal y no metafórica creen que Göbekli Tepe podría ser en realidad el verdadero emplazamiento del mismísimo jardín del Edén. Según las escrituras, esa zona se habría encontrado entre el Tigris y el Éufrates, en un lugar rodeado de montañas. Y ¿adivinas qué zona coincide con la descripción? Eso podría explicar, además, por qué fue abandonado de pronto sin una explicación clara.

Los Apkallu fueron siete sabios mesopotámicos antediluvianos a los que envió el dios Enki para que los humanos aprendieran la agricultura

Mitología aparte, Göbekli Tepe no necesita mucha parafernalia para sorprender a todo aquel que emprende el peregrinaje hacia el primer lugar sagrado de la Tierra. El silencio de su piedra caliza nos muestra que el pasado es algo que no se puede tocar, aunque podemos intuir lo que fue intentando desentrañar sus misterios. A caballo entre los primeros vestigios de espiritualidad y los últimos coleteos nómadas, sus figuras parecen querer advertirnos de un peligro desconocido y lejano. Quizá lo descubramos algún día.

En el punto más alto de una cadena montañosa ubicada en el sudeste de Turquía, se levanta lo que llaman colina del ombligo y que está sujeta a un sinfín de conjeturas. Parece que es un santuario, o sería mejor decir que probablemente lo fue en otro tiempo. Los turistas se quedan impresionados cuando lo ven, aunque se trata de un simple conjunto de piedras calizas que en otro tiempo fueron algo más profundo y mágico. Es Göbekli Tepe, y cambia por completo la concepción que tenemos de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

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