Aunque perfectamente podría protagonizar una película, lo último que la Armada de Estados Unidos está preparando para sus fuerzas navales, gracias a la colaboración entre una startup nueva de veteranos de la Marina y uno de los astilleros tradicionales más potentes del país, es una auténtica bestia.
Se trata de una flota de buques de superficie autónomos, modulares y flexibles, que combinan la agilidad de una empresa emergente. Los buques pesan hasta 100 toneladas y pueden navegar más de 1.600 kilómetros sin repostar, por lo que son perfectos para misiones largas y de extrema dificultad en alta mar.
Como si de un enjambre mastodóntico se tratase, lo que buscan es una flota totalmente versátil. Esto lo consiguen precisamente con la modularidad, que permite que se cambien fácilmente los módulos de armamento o equipamiento según la misión que toque.
Tienen un diseño tipo catamarán con dos cascos delgados para mayor estabilidad y velocidad, alcanzan velocidades máximas de 46 km/h y pueden operar autónomamente por meses. Por otro lado, el buque actúa como plataforma para lanzar misiles de última generación, como el LRASM (Long Range Anti-Ship Missile), diseñado para atacar objetivos lejanos.
Estos pueden alcanzar miles de kilómetros gracias a su diseño aerodinámico, motores y también tienen capacidad para saltarse las defensas enemigas. La idea es encontrar y destruir barcos enemigos en alta mar sin necesidad de guía, funcionando casi de forma autónoma.
Poco a poco se irán desplegando, con la idea de que hagan su aparición en conflictos como los que se esperan en el Indo-Pacífico, un lugar que la Marina considera prioritario.
Ucrania también cuenta con su arma definitiva para ganar la guerra gracias a la IA
Teniendo en cuenta la situación mundial, no solo EEUU se está preparando para que lo que pueda ocurrir y Ucrania, debido a la actual guerra que está viviendo contra Rusia, también se ha puesto las pilas.
La nueva estrella del arsenal ucraniano es un dron terrestre con inteligencia artificial que promete ser la pesadilla de los drones rusos.
La Decimoquinta Brigada de la Guardia Nacional de Ucrania ha comenzado a utilizar este nuevo sistema de defensa antiaérea desarrollado por la empresa local Dron ZP. Este aparato combina una torreta automatizada con sensores avanzados y redes neuronales, creando un cazador de drones implacable que funciona con la precisión de un cirujano y la velocidad de un rayo.
Aquí la IA se encarga de localizar y derribar drones enemigos de forma automática, mientras un operador supervisa todo el proceso usando una especie de tablet. Por supuesto, viene con todo tipo de tecnologías y, por ejemplo, incorpora visión nocturna. Además, esta novedad puede trabajar las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin que nada falle, ya que su conexión por fibra óptica lo hace inmune a las interferencias electrónicas.

Generada con IA
Pero, sin duda, si hay un gran protagonista en esta guerra son los drones. Tan Rusia como Ucrania han desplegado en los cielos batallones enteros de esta tecnología para acabar con el enemigo y, sin duda, los ucranianos están usando la imaginación para hacerles frente.
Un claro ejemplo es Yurii, un joven ucraniano de apenas 18 años, que está poniendo en jaque esos cientos de drones rusos que circulan por los cielos de diferentes países con un invento que casi parece salido de un juego de estrategia. Se trata de municiones antidrones muy baratas que pueden fabricarse en masa y que ya han demostrado ser letales en combate.
Yurii inició todo este proyecto en 2023, cuando aún estaba en el instituto, obsesionado por ayudar y proteger. Primero se dedicó a diseñar hélices silenciosas para drones FPV con la idea de mejorar la capacidad de ataque y vigilancia de sus tropas, pero rápidamente se dio cuenta de que esto tenía que escalar y que los drones se iban a convertir en el nuevo enemigo a batir. Razón no le faltaba.
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