La falta de fondos deja sin tratamiento a un tercio de los casos de VIH en Afganistán
EL NUEVO DIARIO, KABUL.- Las autoridades sanitarias de Afganistán tan solo pueden tratar a un tercio de los más de 3,000 pacientes de VIH que contabilizan en el país, obstaculizados por el bajo nivel de conciencia entre los afectados por el virus y la retirada de la ayuda internacional desde el ascenso de los talibanes al poder.
«Del total de 3,309 personas afectadas con el VIH solo brindamos tratamiento a 1,100 por la falta de centros de tratamiento, servicios de cirugía, transporte, logística y otros medicamentos, dijo a EFE el director de coordinación del Programa Nacional para el Control del Sida, las ETS y la Hepatitis (ANPASH) de Afganistán, Mohammad Naseer Manawar.
Una falta de recursos propiciada por la retirada de la ayuda internacional a este país asiático tras la toma de Kabul por los talibanes en agosto de 2021, que ha reducido casi un 50 % el presupuesto de este programa que en su mayoría era apoyado por donaciones procedentes del extranjero, según Manawar.
La disminución de los fondos provoca que el ANPASH esté presente solo en 14 de las 34 provincias de Afganistán y solo cuente con seis centros especializados en el tratamiento del VIH.
Estas complicaciones limitan registrar correctamente el número de pacientes infectados por este virus en todo el país, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se eleva por encima de los 12.000 contagios.
El último año vivió un ligero repunte de los casos, con 140, por encima de los 117 registrados en 2021 y los 129 contabilizados en 2020 por este programa, aunque con un elevado margen de error debido a su limitada presencia.
«Necesitamos el presupuesto para realizar un estudio integral y determinar el número exacto de los que padecen la enfermedad. Los desplazados internos y las fronteras abiertas reducen el margen de éxito de los cálculos», lamentó Manawar.
Con todo, sus cifras muestran que 43 personas murieron el último año en Afganistán debido al VIH, mientras que 344 lo han hecho desde 2003.
FALTA DE CONCIENCIA
La falta de conciencia de la población afgana es otro de los desafíos, puesto que son muchos quienes desconocen la causas de transmisión de este virus, que culturalmente ha estado asociado en el país a un defecto en la salud y los afectados prefieren ocultar que son portadores.
Mohammad Khan Hedayat, el director de la sala de VIH del Hospital Afgano-Japonés en Kabul, relató a EFE que su centro tan solo cuenta con cuatro pacientes hospitalizados por este virus pese a que registraron más de 1,300 casos de la enfermedad.
Reza, de 28 años, es un joven que fue infectado hace ocho años y evita compartir las posibles causas de su contagio mientras destaca la dificultad que acarrea portar el virus en Afganistán.
Junto a él, un hombre que acudió al hospital para acompañar a su esposa infectada por VIH prefería asegurar que su mujer padecía covid, contradiciendo los informes médicos.
Y es que el tema se vuelve todavía más tabú cuando afecta a las mujeres afganas, que «evitan reunirse con sus familiares, excepto con aquellos más cercanos o que conocen su infección», explicó Hedayat.