EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – Mucho más que una fruta tropical de sabor dulce y refrescante, la lechosa, también conocida como papaya, se consolida como una verdadera aliada del sistema inmunitario. Investigaciones científicas han comprobado que su alto contenido de vitamina C, enzimas digestivas y antioxidantes naturales contribuye significativamente a fortalecer las defensas del organismo, mejorar la digestión y reducir la inflamación crónica.
Expertos en nutrición destacan que los compuestos bioactivos de la lechosa ayudan a mantener la salud cardiovascular, regulan los niveles de colesterol y previenen trastornos asociados al envejecimiento celular. Estas propiedades convierten a la fruta en una pieza clave dentro de una alimentación equilibrada y preventiva.
La ciencia moderna, una vez más, confirma lo que las culturas ancestrales ya intuían: la naturaleza guarda en sus frutos el secreto de la salud, la energía y la longevidad. En cada bocado de lechosa se esconde un poderoso escudo natural para el bienestar integral del cuerpo.
Diversos estudios publicados en revistas médicas como Nutrients y Journal of Food Science señalan que las enzimas papaína y quimopapaína, presentes en la lechosa, poseen efectos antiinflamatorios comparables a los de ciertos medicamentos naturales. Estas enzimas facilitan la digestión de las proteínas y ayudan a aliviar molestias estomacales, gastritis y estreñimiento.
Asimismo, la vitamina C que aporta una sola porción de lechosa cubre más del 100 % de la dosis diaria recomendada, fortaleciendo la producción de glóbulos blancos y neutralizando los radicales libres que dañan las células. Su acción antioxidante también favorece la salud de la piel, contribuyendo a la producción de colágeno y retrasando la aparición de arrugas.
Nutricionistas recomiendan incluir la lechosa de forma regular en el desayuno o como merienda, preferiblemente fresca o en jugos naturales, para aprovechar al máximo sus nutrientes. En combinación con otras frutas como el mango o la naranja, potencia su efecto inmunoprotector y digestivo, convirtiéndose en un auténtico “remedio de la naturaleza” para mantener el cuerpo vital y saludable.
La lechosa no solo nutre, sino que también inspira un retorno a lo esencial: reconocer que en la sencillez de los frutos tropicales se esconde la sabiduría milenaria de la salud. En tiempos donde el bienestar se busca en laboratorios y fórmulas sintéticas, esta fruta recuerda que la medicina más poderosa puede venir, simplemente, de la tierra.




