La muerte del expúgil norteamericano George Foreman, ocurrida el pasado viernes, conmovió al mundo boxístico y probablemente sorprendió a muchos.
Foreman en los últimos tiempos se había mantenido en un perfil bajo y muy poco se sabía de él, mucho menos que estuviera enfermo. De ahí el que su deceso en el seno familiar pudo haber sido inesperado para la generalidad.
En su caso, se trata de uno de los más grandes campeones de la historia, no sólo en los pesos pesados, sino en cualquier división.
Admirador del excampeón mundial de los pesados, su compatriota, Sonny Liston, cuyo estilo era muy parecido, Foreman falleció a los 76 años de edad.
Era el último que quedaba con vida de esa pléyade de grandes pesos pesados que dio brillo y prestigio a esta categoría en las décadas de los 60 y 70, encabezada por el inmenso Muhammad Ali, e integrada además, por Joe Frazier, y en menor medida Ken Norton .
En su adolescencia practicó fútbol americano, pero el ojo clínico de su entrenador de esa disciplina, le hizo inclinar por el boxeo, tras descubrir en él que tenía más cualidades para destacar en el pugilismo que en ese otro deporte.
Y así fue. Su entrenador no se equivocó porque Foreman escribió una de las páginas más gloriosas de que se tenga recuerdo en la historia del pugilato.
Su rico y brillante historial comenzó con la conquista de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de México, en 1968.
Posteriormente, ya como profesional, sorprendió al mundo cuando el 22 de enero de 1973, noqueó espectacularmente al favorito Joe Frazier, a quien envió seis veces a la lona en apenas dos asaltos para consagrarse nuevo rey de los pesados.
Lo defendió fuera de los Estados Unidos…
Una particularidad en Foreman es que, durante su primer reinado como monarca, nunca defendió su trono en los Estados Unidos –desconocemos las razones, a lo mejor por los altos impuestos que cobran allí-. Noqueó al boricua Joe King Román, en el mismo primer asalto en Tokio, Japón, el 1 de septiembre de 1973.
Más tarde, el 26 de marzo de 1974, puso fuera de combate en dos vueltas a Ken Norton, en el Poliedro de Caracas, Venezuela, pelea de la que se cumplieron recientemente 50 años de haberse celebrado.
Ya en su tercera defensa del trono, se fue a Kinshasa, Zaire, Africa,el 30 de octubre de 1974, en aquella histórica pelea ante Muhammad Ali cuando fue destronado y despojado de su invicto tras caer por nocaut en ocho asaltos en un duelo épico.
De temperamento agradable y caballeroso, su sonrisa bonachona, contrastaba con su fiereza encima del ring y lo demoledor de sus puños, Foreman era una máquina que aniquilaba a sus rivales con golpes devastadores, cuyo curriculum lo sitúa como uno de los más grandes noqueadores que ha producido la categoría reina.
Tras retirarse en 1977, luego de caer sorpresivamente ante el también estadounidense Jimmy Young,en Puerto Rico, y afirmar que Dios le había hecho un llamado para que predicara su palabra, Foreman regresó 10 años después, en 1987, para concretizar una hazaña mayúscula dentro del boxeo:La reconquista del campeonato mundial pesado cuando contaba con 46 años, cinco meses y 18 días de edad, y de paso convertirse así en el más viejo campeón de la historia.
En efecto, la noche del 5 de noviembre de 1994, en Las Vegas, Nevada, Foreman noqueó a Michael Moorer en 10 asaltos con una pontente derecha , cuya victoria le ganó la elección de “El Atleta del Año” en los Estados Unidos.
Esta no fue una simple victoria encima del cuadrilátero, sino que con ello demostró que cuando se tiene fe en sí mismo, voluntad y determinación cualquier sueño se puede alcanzar. Pocos creían en él en aquel momento, pero su proeza se convirtió en una fuente de inspiración para aquellas personas que a esa edad -45 años o más- todavía tienen sueños, reconozcan que pueden materializarlos, siempre y cuando se sacrifiquen para lograrlo.
Ese, demostrar que se puede, y tener confianza en sí mismo, posiblemente haya sido uno de sus mayores legados, dentro y fuera del pugilismo.
Foreman cerró su ciclo cuando, el 22 de noviembre de 1997, perdió por cuestionable decisión en 12 rounds frente a su más joven rival, Shannon Briggs, en un resultado que todavía se discute.
Fue esta su última pelea para concluir así una carrera ilustre, en la que compiló 76 victorias, cinco derrotas y propinó 68 nocauts.Hasta siempre campeón. Paz a sus restos.
Pie
George Foreman