Redacción Deportes (EE.UU.).- Los Angeles Lakers remontaron en el último cuarto y vencieron este viernes por 119-122 a los Phoenix Suns en otra emocionante edición del duelo entre LeBron James y Kevin Durant. Desde las Navidades de 2018, LeBron y Durant no se vieron las caras hasta el pasado 26 de octubre, cuando por fin coincidieron en la pista casi cinco años después.
Los Lakers se llevaron el partido en esa ocasión (100-95) y este viernes volvieron a golpear a los Suns dándole la vuelta al marcador a un encuentro en el que fueron por debajo durante tres cuartos y que suponía además para ambos equipos su debut en el NBA In-Season Tournament, el primer experimento de la NBA con el formato de copa.
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LeBron dio un recital con 32 puntos (excelente 11 de 17 en tiros de campo), 11 rebotes y 6 asistencias.
Anthony Davis, que volvió tras sus problemas en la cadera, consiguió 18 puntos y 11 rebotes pero sufrió de cara a canasta (5 de 14). Los Lakers (4-5), que llevaban tres derrotas seguidas, se beneficiaron de las actuaciones de voces secundarias del conjunto como Cam Reddish, crucial en el desenlace y que acabó con 17 puntos y un gran 5 de 8 en triples.
En los Suns (5-4), que no contaron por lesión con Devin Booker, Durant estuvo sensacional con 38 puntos (13 de 23 en tiros) y 9 rebotes mientras que Bradley Beal consiguió 24 puntos.
Los Lakers fueron un desastre en el rebote (60-49 para los Suns) y concedieron 21 puntos en segundas oportunidades, pero tras el descanso brillaron desde el perímetro con un 9 de 17 en triples. Otro espantoso primer cuarto
Los Lakers se han especializado esta temporada en naufragar en los primeros cuartos, tanto que su -74 acumulado en ocho partidos en los periodos iniciales es el peor balance de la historia en la NBA, según la cadena ESPN.
No cambió esta dinámica de los angelinos en su visita a Phoenix ya que los Suns dominaron claramente los doce primeros minutos (34-25) de la mano de Beal (9 puntos) y, sobre todo, Durant (14 puntos). Aun así, el marcador no fue la noticia más preocupante para los Lakers, que se quedaron sin respiración cuando vieron a LeBron cojeando tras hacerse daño en la pierna izquierda en una penetración a canasta.
Tras unos minutos en el banquillo, LeBron regresó sin problemas a la cancha y en el segundo periodo se lució con 14 puntos y un perfecto 5 de 5 en tiros de campo. Pero los de Darvin Ham seguían con demasiadas grietas en su juego.
Su defensa continuaba siendo endeble, Davis parecía muy incómodo, no encontraban el acierto desde el perímetro (3 de 10 en triples en la primera mitad) y los Suns, para rematar, se pusieron las botas en el rebote (32-18 al descanso). Con todo ello, el 63-55 al intermedio, tras una preciosa penetración de Beal sobre la bocina, pareció casi un mal menor para unos Lakers con mucho trabajo por delante para idear una remontada. Reacción angelina
Se pusieron manos a la obra al volver de los vestuarios y Davis despertó en el tercer periodo con 11 puntos.
Pero Phoenix, con 15 puntos en ese periodo de un Durant muy activo, se las ingenió para responder a cada arreón de los visitantes y mantener el partido bajo control antes de llegar al último cuarto (96-89).
Los minutos de descanso de Durant parecían el momento propicio para una trampa y los Lakers fueron con el cuchillo en la boca a tender una emboscada.
Con un contundente parcial de 0-11 en poco más de tres minutos, los de púrpura y oro no solo le dieron la vuelta al marcador sino que dejaron aturdidos a unos Suns ‘huérfanos’ de Durant y sorprendidos por la irrupción de actores secundarios de los Lakers como un asombroso Reddish.
Frank Vogel tuvo que pedir dos tiempos muertos antes de que el partido se le fuera totalmente de las manos y Durant, que se había ido al banquillo con un +7 para su equipo, regresó al partido con -5 para su conjunto (98-103 con 8.03 para el final).
Para entonces, escuderos en los Lakers como Rui Hachimura o Christian Wood se habían unido a la fiesta, pero la entrada de Durant en el partido bastó para que se llegara a un final muy afilado. Sin embargo, Reddish clavó un triple con 1.10 para el final (113-118) y, pese a que un robo de Beal a Austin Reaves (ganado por ‘challenge’ de Vogel) les dio una última oportunidad a los Suns, los Lakers se fueron finalmente de Phoenix con una valiosa y muy trabajada victoria.