El socio senior de McKinsey & Company en Panamá, Julio Giraut, presentó la ponencia “Oportunidades de Crecimiento para América Latina frente a los cambios de la nueva era global”, durante el Foro elDinero 2025, en la que se analizaron los factores que definirán la competitividad y el crecimiento económico de la región en la próxima década. Su intervención puso sobre la mesa la urgencia de fortalecer la productividad y acelerar la adopción tecnológica en un entorno internacional cada vez más dinámico.
El análisis expuesto mostró que, aunque América Latina ha crecido a ritmos similares al promedio mundial durante los últimos 25 años, gran parte de este avance se sustentó en la incorporación de población joven al mercado laboral. Con el bono demográfico llegando a su fin y un crecimiento poblacional proyectado prácticamente en cero hacia 2050, los países latinoamericanos deberán apoyarse en aumentos reales de productividad para sostener su desarrollo económico.
Giraut enfatizó que la región enfrenta un punto de quiebre que exige cambios estratégicos. “Estamos frente a una transformación inevitable. El motor que nos impulsó durante décadas se está agotando y la única vía sostenible es elevar nuestra productividad a través de tecnología, innovación y una mayor sofisticación de nuestras economías. Lo que viene es una oportunidad histórica, pero requiere decisión, inversión y un cambio profundo en la manera en que competimos en el mundo”, afirmó durante su ponencia.
En el caso de la República Dominicana, destacó que el país ha logrado combinar un favorable bono demográfico con importantes flujos de inversión y mejoras continuas en productividad, permitiéndole crecer al doble del promedio regional. La diversificación hacia servicios de mayor valor agregado también ha fortalecido su posición en la economía global.
Además, subrayó que sectores como el turismo de alto nivel, el turismo médico y los servicios profesionales exportables representan ventajas competitivas para el país, gracias a su reconocida cultura de servicio y su capacidad de integrarse a cadenas globales de mayor sofisticación.
A nivel latinoamericano, se destacó que la inversión internacional se está desplazando hacia industrias avanzadas como energía, infraestructura de inteligencia artificial y manufactura tecnológica. En este escenario, la región mantiene un papel relevante como proveedor energético, fuente de minerales críticos y plataforma para servicios especializados en la misma zona horaria de Estados Unidos.
La participación de McKinsey aportó una visión basada en datos y proyecciones globales que busca orientar al sector público y privado sobre las prioridades estratégicas que definirán la competitividad de América Latina en esta nueva etapa.




