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Bitwise analiza el impacto de diversos porcentajes de bitcoin en portafolios de inversión.
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En el largo plazo, una estrategia “todo en bitcoin” ha sido la más beneficiosa.
Analistas de Bitwise, una firma especializada en gestión de activos digitales, compartieron sus perspectivas sobre cuánto bitcoin (BTC) conviene adquirir para diversificar un portafolios de inversión.
En el informe, los especialistas señalaron que bitcoin ha mejorado tanto los retornos absolutos como los ajustados por riesgo en un portafolio tradicional de acciones y bonos.
«Los resultados muestran que, históricamente, añadir bitcoin a un portafolio habría incrementado tanto los retornos absolutos como los ajustados por riesgo en todos los períodos de tres años desde 2014, asumiendo una estrategia de rebalanceo adecuada», indicaron los especialistas de Bitwise.
El informe evalúa el impacto de añadir BTC a un portafolio tradicional compuesto por un 60% de acciones (representadas por el ETF Vanguard Total World Stock – VT) y un 40% de bonos (representados por el ETF Vanguard Total Bond Market – BND), analizando el período del 1 de enero de 2014 al 31 de diciembre de 2024.
Es decir, los analistas estudiaron qué tan beneficioso habría sido asignar una parte del portafolio a BTC dentro de una estrategia clásica de inversión compuesta por un 60% en acciones y un 40% en bonos, utilizando datos reales del período 2014 a 2024.
En particular, se evaluó el rendimiento de la moneda creada por Satoshi Nakamoto en varias combinaciones posibles de períodos de 1, 2 y 3 años dentro de ese rango, con el objetivo de medir su impacto en distintos horizontes de inversión y evitar sesgos por la elección de fechas específicas.
Entre las métricas analizadas se encuentran: los retornos acumulados y anualizados, que muestran cuánto creció el portafolio en total y por año; la volatilidad, que mide qué tanto varían los precios; el ratio Sharpe, que evalúa el rendimiento ajustado por riesgo utilizando como referencia una tasa libre de riesgo del 2,36% (basada en el bono del Tesoro a 10 años); y las caídas máximas, que reflejan la mayor pérdida desde un punto máximo de valor.
Además, se evaluaron diferentes asignaciones de BTC dentro del portafolio, que iban del 0% al 10%, y distintas frecuencias de rebalanceo (mensual, trimestral, anual y sin rebalancear) para medir cómo estas decisiones influían en el desempeño del portafolio.
Lo concreto es que sumar bitcoin a una cartera de inversión tradicional mejora su rendimiento.
Sin BTC, el portafolio base logra un retorno acumulado del 96% (6,32% anualizado), con una volatilidad del 8,49% y un ratio Sharpe de 0,456.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando el inversionista asigna un 1% de BTC? Con una asignación del 1% de bitcoin, el retorno acumulado aumenta a 115,67% (7,25% anualizado), la volatilidad sube ligeramente a 8,59%, el Sharpe mejora a 0,557 y la caída máxima alcanza el 22,73%, mostrando una mejora moderada con bajo impacto en el riesgo.
Con un 2,5% de bitcoin, el retorno acumulado llega al 148,09% (8,62% anualizado), la volatilidad es del 8,89%, el Sharpe sube a 0,689 y la caída máxima es del 23,72%, destacándose como un punto de equilibrio entre rentabilidad y riesgo.
Tal como se observa en la tabla anterior, si el inversionista decide destinar un 5% del portafolio a BTC, habría elevado el retorno acumulado al 210,6% (10,9% anualizado), con una volatilidad moderada del 9,7% y una caída máxima del 25,3%.
En cambio, subir la asignación al 10% mejoró el retorno hasta el 272,4%, pero a costa de una mayor volatilidad (15,8%) y caídas más pronunciadas (29%).
Aquí es importante remarcar que, a mayores asignaciones, hubo más retorno, pero también aumentó la exposición al riesgo.
El gráfico a continuación muestra el rendimiento de una cartera tradicional comparada con aquellas que incluyen BTC, con asignaciones del 1% (línea verde oscura), 2,5% (línea celeste) y 5% (línea verde clara).
Es importante recalcar que el informe no hace una recomendación sobre una asignación fija de BTC para los inversionistas, sino que la decisión depende de factores como horizonte temporal, la frecuencia de rebalanceo y la tolerancia a las caídas máximas.
El informe sugiere que asignaciones moderadas de entre el 1% y el 5% ofrecen un equilibrio atractivo entre riesgo y retorno dentro de un portafolio tradicional, especialmente en horizontes de inversión de mediano y largo plazo.
Más allá de eso, la evolución del precio del activo digital a lo largo del tiempo demuestra que ha sido uno de los activos con mejor desempeño de la última década.
Por esa razón, empresas como Strategy (anteriormente MicroStrategy) están incorporando BTC a sus tesorerías como activo de reserva.
La empresa que preside Michael Saylor, un maximalista bitcoiner, es conocida por su estrategia agresiva de inversión de BTC.
Actualmente, es la empresa que cotiza en bolsa con la mayor cantidad de BTC en sus reservas, con un total de 528.185 BTC (41.780 millones de dólares), según datos de Bitcoin Treasuries.
Por ese motivo, cada vez más empresas están evaluando distintas estrategias de emisión de instrumentos financieros con el fin de conseguir fondos y adquirir BTC.
Como ha reportado CriptoNoticias, la Junta Directiva de GameStop, la reconocida cadena estadounidense de videojuegos con sede en Texas, aprobó recientemente la inclusión de BTC en sus reservas corporativas como parte de su estrategia de tesorería.
El interés institucional también crece a nivel estatal. Además de El Salvador, que mantiene una reserva estratégica de BTC, Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva para seguir un camino similar en Estados Unidos.
¿Por qué bitcoin?
Una buena respuesta a esta pregunta la tiene BlackRock, la gestora de activos más grande del mundo, que calificó a la moneda digital como un “activo diversificador único”.
Por sus características, incorporar BTC en un portafolio de inversión o utilizarlo como activo de reserva puede servir como cobertura frente a la devaluación del dólar o cualquier otra moneda fíat.
Como ya explicó CriptoNoticias, el activo digital tiene propiedades que lo asemejan al oro. Primero, porque tiene un suministro limitado a 21 millones de unidades, y su emisión se reduce cada 4 años por el halving. Se trata de un factor que impacta en su precio a mediano y largo plazo.
Además, BTC se diferencia del dinero fíat porque no se devalúa por la emisión monetaria ni por las decisiones de los bancos centrales.