La comunidad del béisbol dominicano y mundial despidió ayer con profundo pesar a Octavio Dotel.
Conocido por su carisma y espíritu alegre, dejó una huella imborrable en el béisbol, pero también en quienes lo trataron fuera de las líneas de cal.
Cientos de personas se congregaron en el Jardín Memorial para rendirle el último adiós. Entre ellos excompañeros de equipo y figuras emblemáticas del béisbol dominicano.
En una manifestación de dolor que excede lo meramente deportivo, lo lloran como si se hubiera ido un familiar cercano.
Rafael Furcal, quien jugó con Dotel en los Dodgers de los Angeles y los Cardenales de San Luis, sostuvo que nunca lo vio enojado, y que así quiere recordarlo.
“Todo lo que se puede decir de mi hermanito Dotel son cosas buenas. Mucha alegría, un competidor al 100%, tremendo compañero. Nunca lo vi guapo por algo, bueno, a excepción del juego 6 de la Serie Mundial cuando LaRussa lo sacó a ley de un out”, dijo Furcal con una sonrisa emotiva al recordar esa anécdota de su querido amigo.
“El Genuino”, como le apodaban a Dotel, es el primer pelotero dominicano en fallecer de los que ganaron el Clásico Mundial de Béisbol en el 2013.
Sobre ese evento, Edwin Encarnación lo recuerda como una bujía, y un jugador imprescindible en el éxito del equipo.
“Mucha gente no sabe que sin Dotel nosotros no hubiésemos ganado. No solo porque él fue bueno como lanzador y nos ayudó, sino también porque siempre mantuvo el equipo. Se mantenía cantando en los vuelos, y en el dogaut tenía siempre a los muchachos enfocados. Se nos fue, pero nos queda su eterna sonrisa”, expresó Encarnación al Listín Diario.
Descansa en paz, Octavio Dotel.