Aunque no todos lo saben, Bolivia es de los países que más dinero en criptomonedas mueve de América Latina. De hecho, recibe en estos activos tres veces más volumen que El Salvador. Incluso a pesar de que el gobierno de este último es famoso por invertir en bitcoin (BTC) y promover su adopción y educación. Las razones son varias.
Precisamente, Bolivia es el séptimo país de América Latina que más dinero recibe en criptomonedas, según un reciente informe de Chainalysis. El reporte indica que captó 14.800 millones de dólares (USD) entre julio de 2024 y junio de 2025, lo que la ubica 9 lugares por encima de El Salvador.
El país gobernado por Nayib Bukele se posiciona en el puesto 17 entre los países de América Latina que más volumen de criptomonedas recibieron en dicho periodo. El valor captado fue de 3.500 millones de dólares.
Si bien Bolivia tiene casi el doble de población que El Salvador (11 millones vs. 6 millones de habitantes), lo que puede explicar su mayor uso de criptomonedas, esto no es lo único que lo respalda. Existe un uso orgánico de estos activos a raíz de su situación económica y regulatoria.
Inflación y falta de dólares: el combo perfecto para USDT
La inflación anual en Bolivia llegó al 24,86% en julio de este año, un nivel no visto en casi cuatro décadas. Y, aunque ha estado disminuyendo desde entonces, aún sigue por encima del 20% a vísperas del 2026.
Este contexto inflacionario hace que los bolivianos busquen respaldo en monedas más duras como las stablecoins que mantienen el mismo precio que el dólar. Aunque la divisa estadounidense no está exenta de devaluación por su creciente emisión, funciona como una herramienta práctica para no perder valor en el día a día respecto a la moneda local.
Es así que estos criptoactivos son tan utilizados en países con problemas inflacionarios como Bolivia. Esta tendencia en la nación se ve reforzada, además, por la iliquidez de dólares y el control de capitales que resultan en una crisis cambiaria.
Fernando Romero Torrejón, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, explica que por ello se buscan activos financieros alternativos, como la stablecoin tether (USDT).
“En Bolivia, desde el 2023 hasta el presente, hubo una escasez aguda e importante de dólares, haciendo que no solamente no exista disponibilidad de divisas, sino que también exista restricción con una especie de corralito bancario para los ahorristas del sistema financiero boliviano”, dijo en diálogo con CriptoNoticias.
Para poner en perspectiva la magnitud del panorama, según Romero, “el tipo de cambio oficial ha quedado simplemente en la anécdota”. “En todo caso, el tipo de cambio paralelo, el cual está basado en gran parte de la cotización del USDT, ha hecho que el mismo se convierta en más oficial que el oficial”, expresó.
“Esto ha dado que la situación haya hecho como un curso de río, buscando su propio cauce. Pues, los diferentes actores económicos, empresas, familias y personas han buscado alternativas para acceder a activos financieros u otros que sean sustitutos en parte del dólar americano, el cual es escaso y muy difícil de encontrar en la economía boliviana”, agregó.
Bolivia surfea con América Latina las olas de la economía
Lo que vive el país no es algo aislado; en diferentes medidas resuena con realidades extendidas a lo largo de América Latina. “Se ha evidenciado una preferencia regional, y también de Bolivia, por las stablecoins, sobre todo por el USDT como cobertura y medio de pago”. Así lo subrayó Romero, como también lo desglosa Chainalysis en su informe:
“El dominio de las stablecoins en América Latina refleja la inflación persistente, la volatilidad de las divisas y los controles de capital, que impulsan a hogares y empresas a buscar la estabilidad vinculada al dólar estadounidense para el ahorro, las remesas y el comercio. En efecto, las stablecoins funcionan como un sistema financiero paralelo, ofreciendo tanto una cobertura como una herramienta práctica de pagos donde las monedas locales a menudo no logran proporcionar estabilidad”.
Hay un elemento clave además que resalta el especialista boliviano: “Los criptoactivos son canales más rápidos y baratos para remesas y pagos internacionales”. “Reducen costos en tiempo frente a sistemas bancarios formales o tradicionales”, precisó.
Por lo tanto, son de uso frecuente, indica, para remesas y pagos de proveedores, importadores y demás actores que hacen actividades económicas, financieras y comerciales. Es así que su uso ha aumentado en los últimos años, algo propiciado también por el cambio del marco regulatorio.
Aunque cada país enfrenta desafíos y oportunidades únicos, la trayectoria general de la región sugiere que las criptomonedas, y especialmente las stablecoins, han evolucionado más allá de su adopción temprana para convertirse en una parte integral del panorama financiero de América Latina. A medida que las stablecoins continúan sirviendo como una cobertura crucial frente a la volatilidad de las monedas locales y un medio eficiente de transferencias transfronterizas, la clave para mantener este impulso residirá en encontrar el equilibrio adecuado entre innovación y regulación.
Chainalysis, empresa de análisis blockchain.
Bolivia pasó a una regulación pro criptomonedas
Hace un año y medio, en junio de 2024, el Banco Central de Bolivia (BCB) emitió una resolución que permite las operaciones de compraventa, uso, comercialización y pagos de criptoactivos por parte de las entidades financieras reguladas. Hasta el momento, eso era algo que estaba restringido en el sistema formal.
“Con el levantamiento de la prohibición, han salido a la luz distintas iniciativas que –al menos en el pasado– se realizaban con bajo perfil para no levantar riesgos personales”, decía apenas dos meses después el abogado Ismael Franco.
Entre las consecuencias, mencionaba, en primer lugar, un incremento en las transacciones entre pares (P2P) habilitadas por exchanges entre personas residentes en Bolivia. Esto sobre todo para la compraventa de stablecoins como tether (USDT).
En segundo lugar, detallaba la presencia de páginas web de referencia sobre tipos de cambio paralelos para el dólar, basadas en criptomonedas. Y, en tercer lugar, múltiples ofertas en redes sociales sobre cursos para manejar estos activos, así como consejos y publicidad de billeteras virtuales, brokers y traders.
Como es notable actualmente, tal situación continuó exasperándose. Según un comunicado del Banco Central de Bolivia, las operaciones en criptoactivos aumentaron 650% en un año: el volumen de estas transacciones subió de 46,5 millones de dólares el primer semestre de 2024 a 294 millones en similar periodo de 2025.
“Este notable desempeño evidencia el amplio uso de estos valores digitales en el país, reflejando la efectividad de las políticas del Ente Emisor en su objetivo de generar alternativas para que los bolivianos puedan seguir realizando sus transacciones con divisas”, dijo el BCB entonces.
2026 será un año de mayor uso de criptomonedas en Bolivia
Para Romero, tales datos reflejan un poco más la coyuntura óptima del mercado de criptomonedas, con gran espacio para crecer. Sin embargo, matizó que todavía a nivel regulatorio no hay un marco claro respecto a temas como la evasión, el lavado de dinero o el financiamiento de actividades ilícitas, como el terrorismo o el narcotráfico.
“Un marco regulatorio claro y proporcional es muy importante”, apuntó como una tarea para el gobierno entrante. También consideró conveniente permitir que existan los pilotos públicos controlados y una política macro que reduzca los incentivos distorsionados en la industria.
El economista augura “que se abra la economía digital”. “Porque, quieras o no, no es el futuro; el uso del criptoactivo es el presente y sobre todo de Bolivia”.
Esto es algo que va a tono con el nuevo presidente de Bolivia, Rodrigo Paz. El mes pasado, días después de que asumiera el mandatario, el Ministro de Economía, José Gabriel Espinoza, anunció que permitirán a los bancos ofrecer servicios de activos digitales. En este sentido, se espera que la oferta y adopción de criptomonedas siga agrandándose en 2026.
