La nave de carga rusa Progress MS-21 ha reconocido una fuga de refrigerante durante su acoplamiento a la Estación Espacial Internacional. Es el segundo en dos meses, sin olvidar el fallo de la Soyuz de hace unos años, que estuvo a punto de causar la muerte a dos astronautas, uno de ellos norteamericano.
Durante una década Rusia ha liderado la industria aeroespacial, al ser la única que podía traer y llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS), incluyendo a los norteamericanos.
Esto cambió cuando SpaceX consiguió poner en órbita su cohete Falcon 9 con tripulación. Y desde entonces los fallos en la Soyuz y otras naves de carga rusas, han sido frecuentes.
Una larga lista de problemas en la naves espaciales rusas
El inciente más grave ocurrió en 2018, cuando un fallo en los motores de la Soyuz impidió que el cohete pudiese salir de la atmósfera terrestre, provocando un aterrizaje de emergencia que puso en peligro la vida de los dos astronautas que transportaba a la Estación Espacial Internacional.
En otro incidente muy similar al de esta semana, se detectó un agujero en la zona rusa de la Estación Espacial Internacional. Los rusos llegaron a hablar de sabotaje, aunque finalmente la causa oficial fue un micrometeorito.
El pasado diciembre, Rusia envió una nave Soyuz para traer de vuelta a 3 astronautas, uno de ellos norteamericano, este mes de marzo. Pero de nuevo, la nave sufrió un problema en el refrigerante, que aumentaba la temperatura de la nave a niveles peligrosos para volver a casa con los tripulantes.
Y finalmente esta semana, la nave de carga rusa Progress MS-21 ha experimentado el mismo problema: una fuga de refrigerante, según explica Phys. Por suerte ya se había descargado toda la carga en la ISS, y como no iba a transportar astronautas, se llenará de basura de la Estación y se desintegrará en la atmósfera.
Más problemático es el fallo de la Soyuz de diciembre. No va a poder transportar a los astronautas en marzo, así que Roscosmos (la agencia espacial rusa) va a enviar otra nave el 20 de febrero por si tienen que usarla como nave de escape de emergencia.
Pero esta nave no llevará tripulación, así que los astronautas no pueden volver en ella, porque no hay nadie que los reemplace. Tendrán que esperar hasta finales de verano u otoño, a que Roscosmos tenga lista otra cápsula.
Elon Musk se ha ofrecido para traer a los astronautas a casa con un cohete de SpaceX. Dudamos que Rusia acepte, teniendo en cuenta que Musk financia los satélites Starlink que Ucrania emplea para comunicarse tras la invasión rusa.
Pese a todo, la relación entre las agencias espaciales rusa y estadounidense, es buena. Colaboran en muchos proyectos, y Estados Unidos está ayudando con los análisis de los incidentes. Y como hemos dicho, el astronauta estadonidense Frank Rubio iba a volver a casa en la Soyuz rusa. Los problemas políticos de la Tierra, se quedan en la Tierra…
Sin embargo, los continuos incidentes de las naves espaciales rusas muestran que la flota está envejeciendo. Y con los gastos militares de la invasión ucraniana y el veto comercial europeo, Rusia no está como para invertir dinero en la carrera espacial.