Primer CEO de una gran empresa en admitir la triste realidad de la IA: “Reemplazará a las nuevas contrataciones”

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Hace apenas unos años, los expertos empezaron a advertir que la inteligencia artificial irrumpiría con fuerza en el mundo laboral. No solo como una herramienta de apoyo, sino como una tecnología capaz de transformar por completo la forma en que las empresas funcionan.

Aquella previsión que muchos consideraban lejana, ya está aquí. Y Tobias Lütke, CEO de Shopify, acaba de convertirse en el primer alto ejecutivo en decirlo abiertamente: la IA ha llegado para quedarse, y ya está empezando a reemplazar puestos de trabajo. Sus declaraciones han generado un enorme revuelo en redes sociales.

En un memorándum que envió a sus más de 8.000 empleados, y que posteriormente compartió en X (la red social de Elon Musk), Lütke fue directo: “Antes de pedir más personal y recursos, los equipos deben demostrar que la IA no puede hacer el trabajo.”

Una frase contundente que resume un cambio de enfoque en el modelo de contratación en las empresas. Ya no basta con argumentar una necesidad operativa para contratar a alguien, sino que ahora hay que justificar por qué no es una tarea que pueda realizarse con inteligencia artificial.

Inteligencia artificial y trabajos

La IA ya compite contigo y por tu trabajo: La nueva realidad laboral

La declaración de Lütke ha sido interpretada por muchos como un punto de inflexión en el discurso corporativo. Lo que hasta ahora se presentaba como una transición suave hacia la transformación digital, empieza a adquirir un tono mucho más exigente. 

El lenguaje de la eficiencia y la productividad ya no oculta que, en muchos casos, la IA es vista como una alternativa más rentable que contratar a una persona.

Se habla de una nueva cultura empresarial, marcada por lo que algunos CEO denominan “franqueza radical”, que es una forma directa de advertir a los trabajadores que la inteligencia artificial está empezando a sustituir empleos humanos, especialmente en tareas repetitivas, mecánicas o administrativas. 

Y aunque muchas personas todavía no utilizan estas herramientas de IA en su día a día, la presión por adoptarlas no deja de crecer. Esto está empujando a los trabajadores a adaptarse rápidamente… o a quedarse fuera.

Las empresas se están moviendo hacia un modelo donde la IA tendrá prioridad operativa, y los nuevos candidatos deberán demostrar su valor añadido frente a un empleado digital que no descansa, no pide aumentos y no se queja. Esto implica prepararte para justificar con hechos que puedes ofrecer algo que la IA no puede replicar.

Desde hace años, se anticipaba que la IA sería especialmente eficaz a la hora de automatizar tareas repetitivas, analizar grandes volúmenes de datos y mejorar procesos internos. Lo que no se decía tan alto era que, en la práctica, eso significaría una reducción progresiva del número de empleados necesarios para realizar las mismas funciones.

Actualmente, la inteligencia artificial ya opera con éxito en sectores como la manufactura, el comercio electrónico, la atención al cliente, la contabilidad o la logística. El ritmo de evolución de los algoritmos, sumado al aumento exponencial de la potencia de procesamiento, hace que cada vez más tareas puedan ser realizadas por sistemas automatizados.

Y ahora, varios CEO empiezan a reconocer públicamente algo que era un secreto a voces. Por ejemplo, Micha Kaufman, director ejecutivo de Fiverr, también envió recientemente un mensaje interno a su plantilla en el que afirmó: “La IA viene por vuestros trabajos. También viene por el mío. Esta es una llamada de atención”

Su mensaje, aunque más matizado, coincidía en lo esencial, donde antes de pensar en ampliar equipos, hay que aprender a aprovechar al máximo lo que la IA puede hacer. No se trata únicamente de eficiencia. Se trata de una estrategia de negocio que ya está en marcha y que debe ser aprovechada, pero, para ello, se debe entender las capacidades de esta tecnología. 

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¿Qué significa todo esto para ti?

Si trabajas en una empresa tecnológica, en marketing, ventas, atención al cliente o cualquier rol que implique procesamiento de información estructurada, lo más probable es que ya estés compartiendo espacio con la inteligencia artificial, aunque no lo percibas de forma explícita. 

Las herramientas que utilizas para redactar correos, clasificar datos o responder consultas pueden ser el primer paso hacia una automatización parcial de tus tareas. Esto no significa que tu puesto desaparezca mañana. 

Pero sí implica que, si no aprendes a trabajar con la IA y a sacarle el máximo provecho, corres el riesgo de quedarte atrás. No se trata de competir contra estos chatbots, sino de demostrar que puedes trabajar con ella y aportar más que una solución automática.

En este nuevo escenario, formarse, adaptarse y desarrollar habilidades complementarias será clave. El conocimiento técnico, la capacidad de análisis, el criterio humano y la creatividad siguen siendo valiosos. Pero ahora tendrás que reivindicar ese valor con más claridad que nunca.

La inteligencia artificial ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad estructural dentro de las empresas. Y la frase de Lütke no es solo una advertencia, sino una señal clara de por dónde irán las decisiones laborales en los próximos años. 

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Etiquetas: Inteligencia artificial

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