¿Qué es una recesión económica y cómo afecta al precio de Bitcoin? 

Date:

Una recesión económica es un período prolongado de contracción en la actividad económica de un país o región, generalmente definido por una disminución del Producto Interno Bruto (PIB) durante al menos dos trimestres consecutivos. Se caracteriza por una reducción en la producción industrial, el comercio, la inversión y el consumo, lo que suele resultar en un aumento del desempleo y una caída en la confianza tanto de consumidores como de empresas.  

Las recesiones pueden ser desencadenadas por diversos factores, como crisis financieras, shocks externos como pandemias o guerras, o políticas económicas fallidas. A menudo este fenómeno financiero lleva a intervenciones de los gobiernos y bancos centrales, generando recortes de tasas de interés o inyecciones de liquidez que pueden agravar el panorama económico. 

En el caso de bitcoin, el efecto de una recesión sobre su precio es ambiguo y depende del contexto económico y del comportamiento de los inversores. Por un lado, bitcoin puede beneficiarse si se percibe como un activo de refugio ante la crisis económica. Por otro lado, en momentos de pánico financiero, su correlación con activos de riesgo, como las acciones tecnológicas, puede llevar a caídas abruptas si los inversores buscan liquidez. 

1 ¿Cómo se define técnicamente una recesión?

Una recesión, en términos generales, se define como un período de declive significativo en la actividad económica, caracterizado típicamente por una caída del Producto Interno Bruto (PIB) durante dos trimestres consecutivos, acompañado de un aumento en el desempleo, una reducción en la inversión y una contracción en el consumo

La Escuela Austriaca, representada por economistas como Ludwig von Mises y Friedrich Hayek, considera que las recesiones no son simplemente caídas cíclicas naturales, sino el resultado inevitable de políticas monetarias expansivas que distorsionan la estructura de producción.  

¿Qué es la escuela austriaca de economía?

La Escuela Austriaca de Economía es una corriente de pensamiento económico que se originó en Austria, cuyas principales ideas se centran en la teoría del valor subjetivo, la teoría del ciclo económico y la teoría de las tasas de interés. A nivel de criptomonedas, Bitcoin y la Escuela Austríaca de Economía (EAE) comparten algunos principios, como la búsqueda de dinero sólido, escaso y desnacionalizado.   

Según esta visión, cuando los bancos centrales manipulan las tasas de interés artificialmente a la baja (por debajo de la tasa natural determinada por el mercado), se generan incentivos para inversiones insostenibles, lo que Mises denominó «malinversión». Este auge artificial, alimentado por crédito barato, lleva a una asignación errónea de recursos hacia proyectos que no son viables a largo plazo. La recesión, entonces, es el período de corrección necesario en el que el mercado elimina estas distorsiones, reasignando recursos hacia usos más sostenibles.  

Para los economistas austriacos, la recesión no es el problema, sino la solución a los desequilibrios creados por la intervención monetaria. Intentar evitarla con más estímulos solo prolonga y agrava el daño. 

2 ¿Cuáles son las características principales de una recesión?

Las características principales de una recesión son indicadores económicos y sociales que reflejan un declive significativo en la actividad económica. 

  • Caída del Producto Interno Bruto (PIB): Una recesión se caracteriza por una disminución del PIB real durante al menos dos trimestres consecutivos. Esto indica que la producción de bienes y servicios en la economía se está contrayendo. Por ejemplo, las empresas producen menos debido a una menor demanda, lo que refleja un debilitamiento general de la actividad económica. Desde una visión crítica, esta caída puede ser vista como una corrección de excesos previos causados por políticas monetarias expansivas que inflaron artificialmente la economía. 
  • Aumento del desempleo: Durante una recesión, las empresas reducen costos, lo que frecuentemente lleva a despidos o a la paralización de nuevas contrataciones. Esto eleva la tasa de desempleo, reduciendo el ingreso de los hogares y afectando su capacidad de consumo. Por ejemplo, en la recesión de 2008, el desempleo en EE. UU. alcanzó el 10%. Desde una perspectiva austriaca, el desempleo refleja la reasignación de recursos humanos tras el colapso de proyectos insostenibles financiados por crédito fácil. 
  • Disminución del consumo: Los hogares tienden a gastar menos durante una recesión, ya sea por pérdida de ingresos, incertidumbre económica o un intento de ahorrar. Esto se observa en la caída de las ventas minoristas, como automóviles o bienes duraderos. La reducción del consumo agrava la contracción económica, ya que las empresas enfrentan menor demanda.  
  • Contracción de la inversión empresarial: Las empresas reducen sus gastos en capital, como maquinaria, tecnología o expansión, debido a la incertidumbre y la caída en los ingresos. Esto limita el crecimiento futuro de la economía.  
  • Caída en los mercados financieros: Los mercados de valores suelen experimentar declives significativos, ya que los inversionistas anticipan menores ganancias corporativas y una economía débil. Por ejemplo, el índice S&P 500 cayó más del 50% durante la crisis de 2008-2009. Desde una perspectiva bitcoiner, estas caídas reflejan la fragilidad de un sistema financiero basado en deuda y dinero fíat, que carece de fundamentos sólidos como un respaldo en activos tangibles. 
  • Reducción del comercio internacional: Las recesiones suelen estar acompañadas por una disminución en las exportaciones e importaciones, ya que la demanda global se debilita. Esto afecta especialmente a economías dependientes del comercio.  
  • Presión deflacionaria o inflación estancada: En una recesión, los precios de bienes y servicios pueden estancarse o caer (deflación) debido a la baja demanda, aunque en algunos casos la inflación persiste si los bancos centrales inyectan dinero para contrarrestar la crisis. Desde una perspectiva austriaca, la deflación puede ser un ajuste necesario para corregir precios inflados artificialmente. 
  • Aumento de quiebras y defaults: Las empresas con deudas altas o modelos de negocio débiles enfrentan dificultades para mantenerse, lo que lleva a un aumento de quiebras y defaults de préstamos. Esto también afecta al sector bancario, que puede volverse más cauteloso al prestar. Por ejemplo, durante 2008, la quiebra de Lehman Brothers marcó un punto crítico.  

¿Cuáles son los indicadores económicos clave para identificar una recesión?

Los indicadores económicos clave para identificar una recesión incluyen la caída del Producto Interno Bruto (PIB) real durante al menos dos trimestres consecutivos, un aumento sostenido en la tasa de desempleo, la disminución del consumo (reflejada en bajas ventas minoristas), la contracción de la inversión empresarial (menos gasto en capital), y la caída de los índices bursátiles, que reflejan menor confianza en las perspectivas económicas. 

3 ¿Cuáles son las causas comunes de una recesión?

Entre las causas comunes de una recesión económica están las crisis financieras, los shocks externos, las políticas económicas inadecuadas, las burbujas especulativas que estallan o un enfriamiento abrupto de la demanda global.  

Veamos a detalle estos eventos:  

Políticas monetarias expansivas y ciclos de auge y caída: 

Una causa frecuente de recesiones es el ciclo de auge y caída generado por políticas monetarias expansivas, donde los bancos centrales bajan artificialmente las tasas de interés o inyectan dinero en la economía. Esto fomenta un auge económico temporal, incentivando el endeudamiento y la inversión en proyectos que no siempre son sostenibles. Por ejemplo, tasas bajas en los años previos a la crisis de 2008 en EE. UU. alimentaron una burbuja inmobiliaria. Desde la perspectiva de la Escuela Austriaca, estas políticas distorsionan las señales del mercado, llevando a «malinversiones», es decir, proyectos no rentables a largo plazo. 

Cuando las tasas eventualmente suben o el crédito se agota, los proyectos insostenibles colapsan, desencadenando una recesión como corrección necesaria para reasignar recursos. La visión convencional, en cambio, podría culpar a una mala calibración de estas políticas, pero no al sistema en sí. 

¿Cuáles son las causas de las recesiones, según la visión bitcoiner?

La perspectiva bitcoiner ve las recesiones como una consecuencia directa de un sistema monetario fíat basado en la impresión ilimitada de dinero y la manipulación de tasas de interés por parte de bancos centrales. Los bitcoiners argumentan que el dinero fiat, sin respaldo tangible y sujeto a devaluación constante, permite a los gobiernos y bancos centrales financiar déficits insostenibles y rescatar instituciones fallidas, distorsionando los incentivos económicos. Una recesión, en este contexto, es vista como un colapso inevitable del castillo de naipes construido sobre deuda y confianza ciega en un sistema monetario inflacionario. 

Burbujas especulativas y su estallido: 

 
Las burbujas especulativas ocurren cuando los precios de activos (como bienes raíces o acciones) se inflan más allá de su valor fundamental, impulsados por el optimismo excesivo y el acceso fácil al crédito. Por ejemplo, la burbuja de las «puntocom» en 2000 o la crisis subprime de 2008 surgieron de especulaciones en tecnología y viviendas, respectivamente.  

Cuando la confianza se desvanece o los fundamentos económicos no sostienen los precios, la burbuja estalla, causando pérdidas masivas, quiebras y una contracción económica generalizada. Desde un enfoque crítico, estas burbujas son síntomas de un sistema monetario fiat que permite la creación ilimitada de crédito, distorsionando los incentivos para la inversión prudente. La corrección, aunque dolorosa, es vista como inevitable para limpiar excesos. 

Choques externos de oferta y demanda: 

 
Eventos imprevistos, como desastres naturales, conflictos geopolíticos o pandemias, pueden interrumpir las cadenas de suministro, aumentar los costos de producción o reducir la demanda. Por ejemplo, la pandemia de COVID-19 en 2020 provocó cierres masivos, paralizando industrias como el turismo y el comercio. Del mismo modo, un aumento abrupto en los precios del petróleo, como en la crisis de 1973 generada por los países árabes y que afectó a Occidente, puede encarecer la producción y reducir el poder adquisitivo, desencadenando una recesión.  


svg%3E
En el 73 se imprimieron cupones para gasolina en Estados Unidos. Fuente: Wikipedia.

Desde una perspectiva austriaca, estos choques no son la causa raíz, sino un catalizador que expone vulnerabilidades preexistentes creadas por políticas monetarias y fiscales insostenibles. Sin estas distorsiones, argumentan, las economías serían más resilientes. 

Sobreendeudamiento y crisis financieras: 

 
El exceso de deuda, ya sea de hogares, empresas o gobiernos, puede llevar a una recesión cuando los deudores no pueden cumplir con sus obligaciones. Por ejemplo, en 2008, los préstamos hipotecarios de alto riesgo (subprime) colapsaron, afectando a bancos y mercados globales. Cuando los defaults se multiplican, los bancos restringen el crédito, las empresas quiebran y el consumo cae, amplificando la crisis. 

¿Qué fue la crisis de las subprime de 2008?

La crisis de las subprime de 2008 fue una debacle financiera global desencadenada por el colapso de una burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, alimentada por préstamos hipotecarios de alto riesgo (subprime) otorgados a prestatarios con baja capacidad de pago. Estos préstamos, empaquetados en complejos instrumentos financieros como los valores respaldados por hipotecas (MBS) y vendidos globalmente, se consideraban seguros debido a las altas calificaciones crediticias y al supuesto crecimiento perpetuo del mercado inmobiliario. Sin embargo, cuando los precios de las viviendas comenzaron a caer en 2006-2007 y los prestatarios subprime incumplieron masivamente, estos instrumentos tóxicos generaron enormes pérdidas en bancos e instituciones financieras, como Lehman Brothers, que quebró en septiembre de 2008. 

La Escuela Austriaca ve el sobreendeudamiento como un producto directo del crédito artificialmente barato, que incentiva tomar riesgos excesivos. En contraste, la visión convencional podría culpar a una regulación financiera laxa, pero a menudo propone más intervención para mitigar el daño, lo que los críticos consideran un parche temporal. 

Caída de la confianza del consumidor y empresarial: 

 
La confianza es un motor clave de la actividad económica. Si los consumidores temen por su futuro (por ejemplo, ante noticias de despidos) o las empresas anticipan menores ganancias, ambos reducen el gasto y la inversión. Esta contracción puede convertirse en una profecía autocumplida, donde la menor actividad genera más incertidumbre.  

Por ejemplo, tras el colapso de Lehman Brothers en 2008, el pánico generalizado paralizó los mercados. Desde una perspectiva crítica, esta pérdida de confianza refleja la fragilidad de un sistema económico basado en dinero fiat y deuda, donde los actores económicos saben que los fundamentos son inestables. La confianza solo se restaura, según esta visión, con señales claras de corrección estructural, no con más estímulos. 

Política fiscal o regulatoria inadecuada: 

 
Decisiones gubernamentales, como aumentos excesivos de impuestos, regulaciones restrictivas o déficits fiscales insostenibles, pueden debilitar la economía. Por ejemplo, un alza abrupta de impuestos puede reducir el consumo y la inversión, mientras que un gasto público descontrolado puede generar inflación o desconfianza en la solvencia del gobierno. La crisis de la deuda soberana en Europa (2010-2012) ilustra cómo los déficits fiscales llevaron a recesiones en países como Grecia.  

4 ¿Cuánto tiempo suele durar una recesión?

La duración de una recesión varía significativamente dependiendo de sus causas, la estructura económica del país o región afectada, y las respuestas de política económica implementadas.  

En términos generales, según datos históricos de economías desarrolladas, las recesiones suelen durar entre 6 y 18 meses, con un promedio de alrededor de 11 meses, de acuerdo con análisis del National Bureau of Economic Research (NBER) en Estados Unidos, que mide las recesiones desde el pico hasta el punto más bajo de la actividad económica.  

¿Qué diferencia hay entre una recesión y una depresión?

La diferencia entre una recesión y una depresión radica principalmente en la duración, la gravedad y el impacto económico. Una recesión es un declive significativo pero temporal en la actividad económica, generalmente marcado por dos trimestres consecutivos de caída del PIB, con una duración promedio de 6 a 18 meses, como la Gran Recesión de 2008-2009. Una depresión, en cambio, es una recesión mucho más profunda y prolongada, con caídas masivas en el PIB, desempleo extremadamente alto y una recuperación que puede tomar años o incluso décadas, como la Gran Depresión de los años 30, que duró aproximadamente una década y tuvo un impacto devastador en la economía global. 

Por ejemplo, la recesión de 2008-2009 en EE. UU., conocida como la Gran Recesión, duró oficialmente 18 meses (de diciembre de 2007 a junio de 2009), aunque sus efectos en el desempleo y el crecimiento se prolongaron más allá. Factores como la gravedad de la crisis, la rapidez de las intervenciones (como recortes de tasas de interés o estímulos fiscales), y la resiliencia de los sectores económicos clave influyen en esta duración.  

Sin embargo, la percepción de la duración puede diferir según la perspectiva económica. Desde un enfoque convencional, la recesión termina cuando indicadores como el PIB o el empleo comienzan a recuperarse, pero para enfoques críticos como la Escuela Austriaca, la «verdadera» duración puede ser más larga, ya que las intervenciones estatales (como inyecciones masivas de dinero o rescates) tienden a prolongar los desequilibrios subyacentes, retrasando una corrección completa. 


Tienda de muebles con anuncios de rebajas y ventas totales.
58a Store closing signs at a furniture store in 2009 968×600

5 ¿Cómo afecta una recesión al consumidor promedio?

Una recesión impacta al consumidor promedio al reducir su seguridad económica, principalmente a través del aumento del desempleo o la precariedad laboral. Muchas empresas, enfrentadas a menores ingresos, recortan personal o congelan contrataciones, lo que puede llevar a la pérdida de empleos o a una menor estabilidad en los ingresos. Para alguien con un trabajo estable, la amenaza de despidos o la reducción de horas laborales genera incertidumbre, lo que limita su capacidad de planificar gastos importantes, como la compra de una casa o un automóvil. Incluso quienes conservan su empleo pueden enfrentar salarios estancados, ya que las empresas evitan aumentos para controlar costos, erosionando el poder adquisitivo, especialmente si la inflación persiste. 

El consumo personal se ve directamente afectado, ya que los hogares tienden a gastar menos en bienes y servicios no esenciales. Durante una recesión, el consumidor promedio prioriza necesidades básicas como alimentos y vivienda, reduciendo compras de artículos de lujo, viajes o entretenimiento. Por ejemplo, las ventas de ropa, electrodomésticos o restaurantes suelen caer, como se vio en la recesión de 2008, cuando el gasto en bienes duraderos en EE. UU. disminuyó significativamente. Esta cautela también se refleja en un mayor ahorro, si es posible, o en dificultades para pagar deudas, como hipotecas o tarjetas de crédito, especialmente para quienes enfrentan una reducción de ingresos, lo que puede llevar a un aumento de los incumplimientos. 

El impacto no solo es financiero

Una recesión afecta la confianza y el bienestar psicológico del consumidor promedio. La incertidumbre sobre el futuro económico puede generar ansiedad, llevando a decisiones más conservadoras, como posponer inversiones personales o evitar grandes compromisos financieros. 

6 ¿Cómo suelen reaccionar los mercados de valores a una recesión?

Durante una recesión, los mercados de valores suelen experimentar caídas significativas debido a la disminución de las ganancias corporativas y la pérdida de confianza de los inversionistas. Los índices bursátiles, como el S&P 500, tienden a caer cuando las empresas reportan menores ingresos y los pronósticos económicos se vuelven pesimistas. Por ejemplo, en la Gran Recesión de 2008, el S&P 500 perdió más del 50% de su valor entre 2007 y 2009, reflejando el temor a quiebras y una recuperación lenta. 


Gráfico del comportamiento de las acciones S&P 500 desde el año 92 al 2022.
En los últimos años y con cada crisis económica, las acciones tecnológicas reaccionan de forma agresiva a la inestabilidad. Fuente: Statista.

Sin embargo, los mercados pueden recuperarse antes de que la economía salga completamente de la recesión, anticipándose a mejoras futuras. Las políticas de estímulo, como recortes de tasas de interés o inyecciones de liquidez, a menudo impulsan alzas en las bolsas, incluso si el desempleo o el consumo siguen débiles. Por ejemplo, en 2020, tras el colapso inicial por la pandemia, los mercados globales repuntaron rápidamente debido a los masivos rescates financieros, aunque la economía real tardó más en estabilizarse. 

7 ¿Qué papel juegan los bancos centrales durante una recesión?

Los bancos centrales desempeñan un papel crucial durante una recesión al implementar políticas monetarias para estimular la economía. Su principal herramienta es reducir las tasas de interés, lo que abarata el crédito y fomenta el consumo y la inversión. Por ejemplo, durante la crisis de 2008, la Reserva Federal de EE. UU. bajó las tasas casi a cero para impulsar la liquidez. Este enfoque busca evitar una contracción prolongada, aunque puede generar riesgos inflacionarios si se prolonga demasiado. 

¿Qué sucede con la inflación durante una recesión?

Durante una recesión, la inflación tiende a disminuir o estancarse debido a la caída en la demanda de bienes y servicios, lo que reduce la presión sobre los precios. Los consumidores gastan menos y las empresas pueden bajar precios para atraer clientes, generando incluso riesgos de deflación. 

Además, los bancos centrales suelen recurrir a medidas no convencionales, como la flexibilización cuantitativa (QE), comprando activos financieros para inyectar dinero directamente en el sistema. En 2020, durante la recesión por la pandemia, bancos centrales como el Banco Central Europeo y la Fed expandieron masivamente sus balances para estabilizar los mercados. Estas acciones ayudan a prevenir colapsos financieros, pero pueden distorsionar los precios de los activos y fomentar burbujas a largo plazo. 

¿La pandemia generó una recesión?

Sí, la pandemia de COVID-19 generó una recesión global en 2020, considerada una de las más abruptas en la historia moderna. La combinación de cierres masivos, restricciones de movilidad y la interrupción de cadenas de suministro provocó una caída drástica en la actividad económica. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB mundial se contrajo un 3,1% en 2020, con economías avanzadas como Estados Unidos (-3,4%) y la Eurozona (-6,3%) sufriendo fuertes declives.  

Desde la perspectiva de la Escuela Austriaca y la visión bitcoiner, los bancos centrales no son salvadores durante una recesión, sino los principales culpables de su origen, al distorsionar los mercados con políticas monetarias expansivas. Los austriacos argumentan que bajar las tasas de interés artificialmente durante una recesión solo agrava las «malinversiones» previas, incentivando más deuda insostenible en lugar de permitir que el mercado elimine proyectos ineficientes. Por ejemplo, las tasas cercanas a cero tras 2008 prolongaron burbujas en activos como acciones y bienes raíces, postergando una verdadera corrección. Para ellos, los bancos centrales impiden que la economía se limpie de excesos, perpetuando ciclos de auge y caída. 

8 ¿Cómo ha reaccionado el precio de Bitcoin en recesiones históricas?

Bitcoin solo se ha enfrentado a una recesión significativa en su historia: el colapso económico de 2020 por la pandemia de COVID-19. Durante la recesión de 2020, que en EE. UU. duró oficialmente de febrero a abril, el precio de Bitcoin mostró una reacción inicial de alta volatilidad. Otros países como Argentina, México y del continente europeo también registraron una contracción en sus mercados. 

En marzo de 2020, cuando los mercados globales colapsaron por el pánico de la pandemia, Bitcoin cayó drásticamente de alrededor de USD 9.000 a casi USD 3.000 en cuestión de días, reflejando una correlación temporal con activos de riesgo como las acciones. Esta caída se atribuyó a una liquidación masiva, donde los inversionistas buscaron efectivo para cubrir pérdidas o necesidades inmediatas. 

Sin embargo, tras esta caída, Bitcoin se recuperó rápidamente, subiendo a USD 10.000 para octubre de 2020 y alcanzando USD 64.000 en abril de 2021, impulsado por estímulos monetarios masivos, tasas de interés cercanas a cero y una percepción creciente como refugio contra la inflación, lo que sugiere que, aunque inicialmente sensible a choques, puede beneficiarse de políticas expansivas postcrisis. 

Antes de 2020, Bitcoin no existía durante recesiones globales importantes como la Gran Recesión de 2007-2009, por lo que no hay datos directos de ese período. En este sentido, se podría considerar que la incertidumbre comercial que se registra en 2025 es un terreno medianamente inexplorado por la criptomoneda y su comunidad, por lo que habrá que esperar su comportamiento para determinar cuánto beneficia o afecta una depresión prolongada al valor de bitcoin.  

¿La guerra de aranceles cómo está afectando a bitcoin y a una recesión?

La guerra de aranceles iniciada por las políticas proteccionistas de Donald Trump en 2025 ha generado volatilidad en el precio de Bitcoin, que cayó significativamente, por ejemplo, de USD 106.000 en diciembre de 2024 a alrededor de USD 74.500 en abril de 2025, reflejando una aversión al riesgo similar a la de activos tradicionales como las acciones. Esta incertidumbre macroeconómica, con temores de inflación y una posible recesión global, ha llevado a los inversionistas a buscar refugios como el oro, aunque algunos ven a Bitcoin como una alternativa a largo plazo frente a la devaluación del dinero fíat. 

9 ¿Podría la incertidumbre económica impulsar la adopción de Bitcoin?

La incertidumbre económica, como la generada por recesiones, guerras comerciales o políticas monetarias erráticas, puede impulsar la adopción de Bitcoin al resaltar las debilidades del sistema financiero tradicional. Cuando los bancos centrales responden a crisis con medidas como la impresión masiva de dinero o tasas de interés ultrabajas, como ocurrió tras la recesión de 2008 y la pandemia de 2020, la confianza en las monedas fiat puede erosionarse.  

Bitcoin, con su oferta fija de 21 millones de unidades y su diseño descentralizado, se presenta como una alternativa que no puede ser manipulada por gobiernos o bancos. Por ejemplo, durante la inflación post-2020, cuando el dólar perdió poder adquisitivo, Bitcoin alcanzó máximos históricos cerca de USD 69.000 en 2021, impulsado por inversionistas que lo veían como un refugio contra la devaluación. Esta narrativa de «oro digital» gana tracción en momentos de incertidumbre, especialmente entre aquellos que desconfían de las instituciones financieras tradicionales. 

Sin embargo, la adopción de Bitcoin no es automática y enfrenta obstáculos prácticos. Durante períodos de incertidumbre económica, los inversionistas tienden inicialmente a buscar liquidez, vendiendo activos percibidos como riesgosos, incluido Bitcoin, como se vio en la caída de marzo de 2020 o en 2022 durante las alzas de tasas de la Reserva Federal. Además, la volatilidad de Bitcoin, que puede caer un 30-50% en semanas, disuade a los consumidores promedio que buscan estabilidad para transacciones diarias.  

¿En una economía bitcoinizada puede haber recesión?

En una economía completamente bitcoinizada, donde Bitcoin reemplazará al dinero fiat como moneda principal, las recesiones aún podrían ocurrir debido a choques externos (como desastres naturales o conflictos), pero su naturaleza sería diferente. La oferta fija de Bitcoin eliminaría las distorsiones causadas por la impresión de dinero y las tasas de interés manipuladas, reduciendo los ciclos de auge y caída artificiales que critica la Escuela Austriaca. 

¿Qué factores específicos del mercado de Bitcoin debo considerar en una recesión? 

Durante una recesión, el mercado de Bitcoin se ve influenciado por una combinación de factores únicos que reflejan su naturaleza como activo descentralizado y volátil. Desde la percepción de los inversionistas hasta las políticas monetarias globales, estos elementos clave determinan su comportamiento y potencial en tiempos de crisis económica. 

  • Volatilidad de precios: Bitcoin tiende a experimentar caídas iniciales en recesiones debido a la aversión al riesgo, como la caída de USD 9.000 a USD 3.000 en marzo de 2020, seguida de recuperaciones si hay estímulos monetarios. 
  • Correlación con activos de riesgo: En el corto plazo, Bitcoin a menudo se mueve en línea con acciones tecnológicas, como se vio en 2022, cuando cayó junto al Nasdaq por alzas de tasas. 
  • Percepción como refugio: En recesiones prolongadas, Bitcoin puede ganar tracción como «oro digital» si la inflación o la devaluación fiat persisten, como tras 2020, cuando subió a USD 64.000 en 2021. 
  • Liquidez del mercado: Durante crisis, los inversionistas pueden vender bitcoin para obtener efectivo, reduciendo su precio, especialmente en exchanges con bajo volumen. 
  • Políticas monetarias: Estímulos masivos, como la flexibilización cuantitativa, pueden impulsar el precio de Bitcoin a mediano plazo al erosionar la confianza en el fiat, como en 2020-2021. 
  • Adopción institucional: La entrada o salida de grandes inversores insitucionales afecta la estabilidad; por ejemplo, la adopción de MicroStrategy en 2020 ayudó a sostener precios. 

Share post:

Subscribe

spot_imgspot_img

Popular

Relacionados
Relacionados