El pobre desempeño económico durante los primeros cinco meses de 2025 ha retado la capacidad de las autoridades monetarias para tomar decisiones proactivas y evitar lo que a todas luces será: un año de crecimiento limitado. Entre enero y abril el promedio de expansión del producto interno bruto (PIB) no superó un 2.45%, muy por debajo del potencial de 5.0% identificado por el Banco Central.
De enero de 2023 a abril de 2025 el promedio de expansión del PIB fue de 3.99%. En este período alcanzó un máximo de 8.2% en abril de 2024, pero, desde ahí, inició un comportamiento de sube y baja mensual hasta llegar al 3.3% en diciembre del año pasado. Terminó con un crecimiento interanual de 4.9%, mucho mejor que el 2.2% del año previo.
Lo que viene sucediendo con el comportamiento de la economía dominicana, sin embargo, no está lejos de lo que muestran las perspectivas globales. El Banco Mundial afirma que el crecimiento del producto se está desacelerando tras un marcado aumento de las barreras comerciales y una mayor incertidumbre sobre las políticas.
En este orden, la entidad multilateral prevé que el crecimiento se debilitará hasta llegar al 2.3% al cerrar este año, lo que constituye una importante rebaja con respecto a pronósticos anteriores. Espera una leve recuperación en 2026-2027. “El crecimiento podría ser aún menor si aumentan las restricciones comerciales o si persiste la incertidumbre en materia de políticas”, considera el BM.
Para la institución, otros riesgos a la baja son un crecimiento menor al esperado en las principales economías, el empeoramiento de los conflictos y fenómenos meteorológicos extremos. Sugiere seguir manteniendo la inflación estable y fortaleciendo los balances fiscales, al tiempo que emprenden reformas que mejoren la calidad institucional, estimulen la inversión privada y mejoren el capital humano y el funcionamiento del mercado laboral.
El BM prevé que el aumento de las tensiones comerciales y la incertidumbre normativa llevarán a que el crecimiento mundial registre este año su ritmo más lento desde 2008, sin considerar las recesiones mundiales absolutas, según la última edición del informe Perspectivas económicas mundiales que publica la institución. “Las turbulencias han provocado que se reduzcan los pronósticos de crecimiento para casi el 70% de todas las economías, en todas las regiones y todos los grupos de ingresos”, prevé.
Partiendo de este panorama poco alentador sobre el comportamiento de la economía global, lo que también repercute en República Dominicana, sumado al empeoramiento de los conflictos en Medio Oriente, es que las autoridades del Banco Central han optado por inyectar liquidez a la economía a través de una de las decisiones de política monetaria disponibles para dinamizar la demanda interna.
Inflación
Uno de los elementos positivos ha sido el control de la inflación durante este período, lo cual parece ser prioridad para autoridades que prefieren un crecimiento económico bajo a una inflación que se dispare, especialmente por las consecuencias que tiene en el poder adquisitivo de la moneda.
Sin tocar el corredor de tasas del mercado, que lleva seis meses sin movimiento, la Junta Monetaria autorizó un programa de provisión de liquidez de RD$81,000 millones para propiciar condiciones monetarias favorables y contribuir al dinamismo de la actividad económica.
Según un comunicado del Banco Central, el programa incluye la liberación de encaje legal por RD$50,000 millones para sectores productivos específicos y el uso de RD$14,000 millones disponibles de medidas de encaje legal aprobadas por la Junta Monetaria en 2024 para el sector viviendas. El monto liberado equivale al 2.4% del pasivo sujeto a encaje.
Según las autoridades, estos recursos deberán ser otorgados a una tasa de interés no mayor al 9% anual y plazos de hasta dos años, para sectores económicos de amplio impacto en la actividad productiva, como construcción, manufactura, exportación, agropecuaria, así como para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Explica que, para la adopción de estas medidas, la Junta Monetaria tomó en consideración los elevados niveles de incertidumbre y volatilidad del panorama internacional asociados a múltiples conflictos geopolíticos a escala mundial, así como los niveles de liquidez del sistema financiero, la tendencia al alza de las tasas de interés a nivel nacional y la moderación del crédito a los sectores productivos.
Según las autoridades, el objetivo de este programa es dotar al sistema financiero de recursos líquidos para facilitar el crédito a los sectores productivos y contribuir a impulsar el ritmo de crecimiento económico.
Acción proactiva de las autoridades
El Banco Central dispuso el aplazamiento por seis meses de RD$17,000 millones de facilidades de liquidez rápida (FLR), que estaban previstos a retornar entre junio y diciembre de 2025. Esta medida, refiere, contribuye a evitar que los beneficiarios de los préstamos que fueron otorgados por esta facilidad tengan que refinanciarse a tasas de interés más elevadas.
La Junta Monetaria precisó elementos sobre el alcance de los límites al financiamiento en moneda extranjera a los no generadores de divisas, excluyendo de ese límite las operaciones de comercio exterior de corto plazo, instrumentadas mediante cartas de crédito o instrumentos similares, así como las actividades vinculadas al sector turístico cuyos ingresos se perciben en moneda nacional.
Las autoridades prevén que con este programa de provisión de liquidez en moneda nacional y los ajustes implementados en las normas prudenciales del financiamiento en moneda extranjera, se contribuirá a la expansión del crédito al sector privado y a un mayor dinamismo de la economía, todo en un contexto de estabilidad de precios y de fortaleza de sus fundamentos macroeconómicos.