¿Qué ocurrió con la cruz en la que murió Jesús? Afirman existen trozos en RD

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Panorama Nacional. En una entrevista para Panorama el padre Eduardo Mojica, titular en los Heraldos del Evangelio, destacó que existe en República Dominicana trozos de la cruz en la que pereció el señor Jesucristo.

Mojica aseguró que en varios lugares del país están los fragmentos de la cruz, los cuales son utilizados para veneración de los cristianos en los diferentes cultos que realiza en la iglesia durante todo el año, en especial en Semana Santa, por la Pasión de Cristo.


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Según los datos de investigación en los que fundan sus creencias los cristianos, Jesús de Nazaret murió crucificado por orden del entonces prefecto romano en Judea, Poncio Pilato, y su tránsito hasta la muerte.

Decenas de monasterios e iglesias alrededor del mundo señalan tener al menos un trozo de la llamada «vera cruz» en sus altares, para la alabanza de sus fieles, y muchos de ellos basan la veracidad del origen de sus reliquias en textos de los siglos III y IV, que narran el hallazgo en Jerusalén del trozo de madera preciso donde fue ejecutado Jesucristo por los romanos.

«Ese relato, que incluye al emperador romano Constantino y a su madre, Helena, fue el iniciador de esta historia de la cruz de Cristo, que ha llegado hasta nuestros días», le explicó a BBC Mundo Candida Moss, profesora de Historia de los Evangelios y Cristianismo Temprano en la Universidad de Birmingham.

Está basado en los escritos de historiadores antiguos como Gelasio de Cesárea o Jacobo de la Vorágine. Pero para muchos de los historiadores actuales no determinan la autenticidad de los trozos de madera que hoy vemos en varios templos alrededor del mundo -ni pueden servir de confirmación de su procedencia.

«Muy probablemente ese madero no sea la cruz donde fue crucificado Jesús, porque pudieron pasar muchas cosas con ese pedazo de madera. Por ejemplo, que los romanos la hayan reutilizado para otra crucifixión, en otro lugar y con otras personas», señala Moss.

La leyenda dorada

En la narración de los evangelios, después de la muerte de Jesús en la cruz, su cuerpo fue llevado a un sepulcro en lo que hoy es la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Y durante casi 300 años no existió ninguna mención en el relato cristiano a aquel trozo de madera.

El relato aceptado por la Iglesia católica señala que la “Vera Cruz” (cruz verdadera) fue hallada cuando el emperador romano Constantino, el primero en convertirse al cristianismo, envió a su madre Santa Helena a buscar los objetos de Jesús a Tierra Santa.

Santa Helena viajó a Jerusalén en el año 326, según el relato, el emperador Adriano había construido un templo pagano sobre la tumba de Jesús, por lo que la madre de Constantino ordenó derrumbar esa edificación y comenzó a excavar para encontrar las reliquias de Cristo.

Como resultado de esa búsqueda se encontraron tres cruces, lo que coincide con los relatos de lo sucedido el Viernes Santo, cuando Jesús fue crucificado junto a dos criminales, Dimas y Gestas.

Algunas versiones señalan que Helena, al dudar de cuál sería la verdadera, puso a una mujer enferma sobre cada una de las cruces y la que finalmente la curó fue considerada la “Vera Cruz”.

Una parte de la cruz hallada en la misión de Helena fue llevada a Roma y la otra se quedó en Jerusalén, de acuerdo con la tradición; gran parte de los restos se encuentran conservados en la basílica de la Santa Cruz de la capital italiana.


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Con el hallazgo de la cruz de Jesús y la expansión del cristianismo por Europa, también comenzó la multiplicación de fragmentos de la “Vera Cruz” que fueron a parar a otros templos, como las catedrales de Cosenza, Nápoles y Génova, en Italia; el monasterio de Santo Toribio de Liébana, la iglesia de Santa Maria dels Turers y la basílica de la Vera Cruz, entre otras, en España; o la abadía de Heiligenkreuz, en Austria.

A estos fragmentos se los conoce como lignum crucis (madera de la cruz, en latín) y los concilios católicos de Nicea, en el siglo IV, y de Trento, en el siglo XVI, le dieron la validez espiritual a la devoción de estas reliquias como la cruz verdadera de Jesús.

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