En junio de 2015, el entonces ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón, consiguió poner en forma de ley una idea a la que llevaba años dando forma: un plan para cerrar la herida que habían dejado los Reyes Católicos en 1492. Se trataba nada más y nada menos que una regulación que ayudaría a los sefardíes a conseguir pasaporte español. Una vía para conseguir la nacionalidad que, sin embargo, como adelantaba este mismo periódico, en la práctica no funcionó demasiado bien.
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Antonio Villarreal Enrique Andrés Pretel Datos: Darío Ojeda
Todo el mundo conoce la historia: el 31 de marzo de 1492, los Reyes Católicos promulgaron el Edicto de Granada por el cual ordenaban la expulsión de todos los judíos de las que entonces eran las Coronas de Castilla y Aragón en un plazo máximo de cuatro meses. Entre 50.000 y 200.000 judíos fueron obligados entonces a dejar su patria. Los que se quedaron se convirtieron y los que se negaron a abandonar su religión se establecieron por toda la cuenca del mediterráneo y otros países europeos. Llevaron consigo una lengua que todavía se sigue hablando: el ladino.
Tras la Segunda Guerra Mundial, aquellos judíos europeos que sobrevivieron a los campos de exterminio nazis se establecieron en Israel, donde siguieron conservando sus costumbres y lenguas como el ladino antes mencionado o el yiddish.
Un censo realizado por la Iglesia Católica española demuestra que hay más de 5.000 apellidos israelitas definidos
En realidad, la ley de 2015 del gobierno de Mariano Rajoy no es la única que ha seguido esa línea. Durante la dictadura de Primo de Rivera, se aprobó el 20 de diciembre de 1924 un decreto muy parecido sobre “la concesión de nacionalidad española por carta de naturaleza a protegidos de origen español”. Muchos gobiernos sucesivos en nuestro país han tratado de reparar esa situación de injusticia que sufrieron muchos españoles.
Apellidos sefardíes
Un censo realizado por la Iglesia Católica española, basado en libros que compilan listas de los penitenciados por el Santo Oficio de la Santa Inquisición, demuestra que hay más de 5.000 apellidos israelitas definidos. Nosotros dejamos aquí una lista con los más comunes, por si te interesa conocer tus orígenes.
Como es lógico, el hecho de que nuestro apellido aparezca en la lista no significa que podamos acogernos a la ley establecida por Ruiz-Gallardón, pues a ella pueden acceder solamente los sefardíes que prueben su condición.
- A: Abraham, Acevedo, Acosta, Aguado, Aguiar, Aguilar, Alarcón, Alba, Aldana, Alcalá, Alegre, Alfonso, Alfaro, Almeida, Alonso, Álvarez, Amigo, Amado, Amaya, Aranda.
- B: Baltasar, Báez, Barral, Barrios, Beato, Benavente, Benítez, Bernal, Bravo, Bueno, Bermejo.
- C: Cabrera, Calvo, Camacho, Campo, Cantos, Carrasco, Carrillo, Carvajal, Castellanos.
- D: Delgado, Diego, Díez, Díaz, Duque, Domínguez, Durán, Dorado, Duarte.
- E: Enrique, Enríquez, Espejo, Esperanza, Espinosa, Escudero, Esteban.
- F: Fajardo, Fernández, Ferrer, Ferrero, Figueroa, Flores, Fuentes, Fuertes.
- G: Gálvez, García, Gato, Garzón, Gil, Gimeno, Giménez, Gómez, Granado, González, Gutiérrez.
- H: Haro, Henríquez, Hernández, Heredia, Holgado, Herrera, Huerta, Hurtado.
- I: Ibáñez, Israel, Izquierdo.
- J: Jaén, Jiménez, Jimeno, Jorge, Juárez, Julián.
- L: Lázaro, Leal, Lara, Larios, Leiva, León, Lima, Linares, Lobato, Lobo, López, Lorca, Lorenzo.
- M: Madrid, Madrigal, Macías, Machado, Manuel, Márquez, Marchena, Marcos, Martínez, Marín.
- N: Nájera, Navarro, Navas, Nieto, Núñez.
- O: Ocampo, Ochoa, Olivos, Olmos, Oliva, Ordóñez, Olivares, Orellana, Ortega, Ortiz.
- P: Pacheco, Padilla, Palma, Palomino, Pardo, Paredes, Pareja, Parra, Paz, Pascual, Pedraza, Pena, Pérez.
- Q: Quirós, Quemada.
- R: Ramírez, Ramos, Real, Rey, Reina, Ribera, Ricardo, Rivero, Robles, Roca, Rivas, Rodríguez, Ruiz.
- S: Salgado, Salinas, Salas, Salazar, Salcedo, Salvador, Sánchez, Sancho, Serra, Serrano, Sierra, Silva.
- T: Talavera, Toledo, Torre, Torres, Trigo.
- U: Úbeda, Uría, Urrutia.
- V: Valero, Valle, Vara, Varela, Vargas, Vázquez, Vega, Velázquez, Vera, Vergara, Villanueva, Vidal.
- Z: Zalazar, Zaragoza, Zúñiga.
En junio de 2015, el entonces ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón, consiguió poner en forma de ley una idea a la que llevaba años dando forma: un plan para cerrar la herida que habían dejado los Reyes Católicos en 1492. Se trataba nada más y nada menos que una regulación que ayudaría a los sefardíes a conseguir pasaporte español. Una vía para conseguir la nacionalidad que, sin embargo, como adelantaba este mismo periódico, en la práctica no funcionó demasiado bien.
