Lo sabemos todos y está bastante claro: el agua combate al fuego. Al fin y al cabo, el trabajo de los bomberos se basa en esta premisa. Es algo que tenemos tan interiorizado que, realmente, no aprendemos nunca la ciencia de cómo el agua apaga realmente las llamas. Entonces, ¿cómo lo hace? Pues igual funciona de una manera muy diferente a lo que pensabas.
Como indica Live Science, el agua apaga el fuego principalmente porque es un muy buen disipador del calor y es realmente bueno para absorberlo. Pero quizá te sorprenda que no actúe sobre las llamas: en realidad, el fuego requiere tres cosas para mantenerse en marcha: combustible, oxígeno y una fuente de calor. En lugar de combatir el fuego directamente, el agua actúa sobre el combustible. El agua en realidad dificulta que el combustible, ya sea madera, maleza o un edificio, siga ardiendo.
El fuego requiere tres cosas para mantenerse en marcha: combustible, oxígeno y una fuente de calor
Cuando la madera se está quemando el calor del fuego en realidad está vaporizando sustancias en la madera, convirtiéndolas en gas, que luego alimenta el fuego. Si empapa la madera en agua, el fuego debe estar lo suficientemente caliente para vaporizar el agua y la madera. Debido a la alta capacidad calorífica del agua, se necesita mucha energía o calor para vaporizarla. A medida que el agua absorbe el calor, el combustible se enfría. Y si la llama no puede calentar el combustible lo suficiente como para vaporizarlo, no puede alimentarse a sí misma, por lo que se disipará.
Esta también es una forma muy efectiva de contener un incendio: humedecer el combustible potencial para que el fuego no se propague, que al final es la estrategia detrás de los sistemas de rociadores. Evitan que el fuego se propague más, lo que les da tiempo a los bomberos para llegar allí. El agua vaporizada también es una estrategia de extinción de incendios para algunos escenarios, como las oficinas. Imagínate echar agua sobre todo el mundo (y los ordenadores) que trabaja en una oficina, siempre es mejor otra estrategia: la nebulización de agua, que rocía gotas tan pequeñas que parecen vapor.
El agua es un agente extintor efectivo. Pero hay situaciones en las que el agua no es una estrategia factible, particularmente los incendios forestales
Claramente, el agua es un agente extintor efectivo. Pero hay situaciones en las que el agua no es una estrategia factible, particularmente los incendios forestales, donde es muy difícil llevarla a donde realmente se necesita. La mayoría de las veces, el agua que se ve caer sobre los incendios forestales no está destinada a apagarlos, sino a frenarlos.
Lo sabemos todos y está bastante claro: el agua combate al fuego. Al fin y al cabo, el trabajo de los bomberos se basa en esta premisa. Es algo que tenemos tan interiorizado que, realmente, no aprendemos nunca la ciencia de cómo el agua apaga realmente las llamas. Entonces, ¿cómo lo hace? Pues igual funciona de una manera muy diferente a lo que pensabas.