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Un coche cubierto de excrementos de gaviota a la salida del gimnasio ha desatado una oleada de reacciones en redes sociales tras el relato en vídeo de la creadora de contenido Isabel Llano, conocida como Isasaweis en redes sociales. Su testimonio, compartido en un vídeo de TikTok con un tono entre la incredulidad y el humor resignado, ha captado la atención de miles de usuarios que se han sentido identificados con su odisea matinal.
La protagonista acudía al gimnasio a realizar su rutina habitual de deporte cuando, al regresar, encontró su vehículo completamente cubierto de heces de ave, un contratiempo tan inesperado como desagradable. “Mi coche es negro y estaba lleno de ronchones blancos, que casi me da algo cuando lo vi. Se veía que era reciente”, narró en el vídeo. Según relató, el parabrisas y el capó estaban especialmente afectados por las manchas, que atribuía a gaviotas por el tamaño del desastre.
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La limpieza improvisada con toallitas
Incapaz de llevar el coche a un túnel de lavado en ese momento, la influencer recordó que llevaba toallitas húmedas en la mochila del gimnasio. Armándose de valor, comenzó a limpiar a mano, describiendo con todo lujo de detalles la textura y el esfuerzo: “Algunas eran tan gruesas, un asco, una revoltura…”. A pesar de las arcadas que le provocaba la situación, insistió en dejar el coche como nuevo, con una limpieza a fondo de cristales, puertas y capó.
@isasaweis VER HASTA EL FINAL 🙈 Os cuento mi ruina de hoy 🙈 En honor a @cap0 e @ignasitf de la @laruinashow 😅 Ya tengo qué contar la próxima vez que vaya a veros 😜🤣🤣🤣 —- #laruina #laruinadehoy #andaque #paflipar ♬ sonido original – Isasaweis
Tras veinte minutos de intensa faena, y con una gran bolsa de toallitas sucias en la mano, se dirigió a tirarlas a una papelera cercana. Fue entonces cuando ocurrió lo más inesperado: al regresar al coche, este no se abría. “Voy a abrir, y no abre, ¡no era mi coche! Era otro coche exactamente igual, mismo modelo y mismo color”, exclamó, tapándose el rostro, entre la incredulidad, el bochorno y el desconcierto, dejando entrever que el despiste había ido un paso más allá de lo habitual.
La autenticidad del relato, combinada con el tono directo y cotidiano de la narración, ha generado una ola de comentarios entre quienes se han visto alguna vez en una situación parecida. El contenido no solo ha triunfado por lo anecdótico, sino también por la forma en que ilustra una experiencia compartida con una mezcla de humor y resignación.